Debo decir que lo elegí también por poder tachar al fin un nuevo libro de la lista de los 1001 libros, en concreto es el #205 de ella. Hace mucho que no quito ninguno (desde El cuento de la criada) y ya iba tocando. Está claro que no voy a conseguir leerlos todos antes de morirme, sea cuando sea eso, pero no está mal tener la lista de referencia para buscar lecturas que al menos se pueden considerar de cultura general. Lo cierto es que he tenido muy buenos ratos con varios de los libros que ahí salen... y lo dejo que me estoy yendo por las ramas.
ArgumentoDías después, lo que se cree un "meteoro" impacta en el campo de Horsell, cerca de Londres. El narrador tiene su hogar cerca y es uno de los primeros en descubrir que el objeto es un cilindro artificial lanzado desde Marte, el cual se abre, dando paso a los "marcianos". Éste es el inicio del ataque de esta especie a la Tierra y todo indica, dada la superioridad que poseen en cuanto a armamento mortal, que conquistarán el planeta entero sin grandes dificultades.
Reseña
Nos encontramos ante una de esas novelas que supusieron un antes y un después en la ciencia ficción. Son innumerables las obras que han bebido de la fuente que supone para el género esta historia escrita en 1898. Según la Wikipedia, "es la primera descripción conocida de una invasión alienígena de la Tierra". Mucho ha llovido desde entonces y muchas otras historias han nacido gracias a ella. Sólo por eso, bien merece la pena darle una oportunidad.El relato pretende ser muy realista dentro de la propia ciencia ficción. Coge teorías plausibles para su época y luego lo reviste de apreciaciones que tendrían su lógica. Hay pasajes con nociones de astronomía, mecánica, biología o botánica que le dan una gran consistencia a la historia. Y, por supuesto, el final tiene todo el sentido del mundo y el autor no se saca nada de la manga.Un pequeño problema que me he encontrado en la lectura es el desconocimiento absoluto de los lugares que va nombrando el narrador. Éste se mueve mucho entre las poblaciones que rodean Londres y la misma capital y lo hace como si cualquiera que lea la obra las conociese como él. No se dan descripciones ni se habla de distancias más que alguna nota puntual, así que o se lee el libro con un mapa de la zona al lado (algo que no he hecho y quizás habría estado bien) o se perderán muchos detalles. Además, claro, de que hay que pensar en que el tamaño de estas poblaciones y sus conexiones por carretera hacia finales del siglo XIX no tendrán nada que ver con el siglo XXI.
Antes de juzgarlos [a los marcianos] con excesiva severidad debemos recordar que nuestra propia especie ha destruido completa y bárbaramente no tan sólo a especies animales, como el bisonte y el dodo, sino razas humanas culturalmente inferiores. Los tasmanienses, a despecho de su figura humana, fueron enteramente borrados de la existencia en una guerra exterminadora de cincuenta años, que emprendieron los inmigrantes europeos. ¿Somos tan grandes apóstoles de misericordia que tengamos derecho a quejarnos porque los marcianos combatieran con ese mismo espíritu?El libro también refleja las distintas etapas por las que pasan los humanos ante la invasión: incredulidad, altanería, desconcierto y ya la desesperación y el miedo. Esto lleva a diferentes actitudes y reacciones, a destacar cómo caen en la locura dos personajes que el narrador se encuentra y con los que pasa un breve tiempo. Como dice el argumento, ésta es una de esas historias narradas en primera persona sin tener el nombre del protagonista, un recurso que supongo está pensado para favorecer que nos pongamos en su piel. A esto ayuda que su caracterización sea bastante pobre. Él también sucumbe al egoísmo y locura en ciertos momentos, pero consigue mantenerse medianamente cuerdo dadas las circunstancias. En todo caso, dado que el relato está hecho a posteriori, nunca sentimos miedo por él porque sabemos que sobrevivirá aunque su situación llegue a ser muy desesperada. Del mismo modo, dado que incorpora en el relato lo que le contó su hermano que vivía entonces en Londres, también sabemos que éste sobrevivirá.Sin duda, es un clásico de su época, con todo lo bueno que tiene... pero también de malo. Las mujeres son un cero a la izquierda aquí, no pintamos nada en toda la historia. Ni siquiera la mujer del narrador de la que se separa pronto de manera inconsciente y de la que sólo se acuerda al final. Para no mentir hay una que sí tiene cierto momento de valor en la novela, pero eso es todo.De las tres adaptaciones que he visto hasta el momento, sin duda la miniserie arriba mencionada es la más fiel por situarse en el mismo contexto histórico. Haberla visto me ha ayudado ahora a visualizar algo mejor los hechos que se narran aquí. No obstante, la película con Tom Cruise, salvando las distancias, también tiene muchos detalles bien recogidos de la novela, algunos incluso mejor que la miniserie. No quiero entrar a hacer un listado de semejanzas y diferencias de las adaptaciones y la novela, os dejo que lo descubráis por vuestra cuenta, será más divertido.En definitiva, un clásico que es un imprescindible por lo que representó para todo un género literario. A ojos actuales es cierto que puede resultar un poco aburrido a ratos, con cierta falta de acción y escasez de personajes a los que seguir la pista y por los que sintamos algo. Saber que el protagonista va a sobrevivir, pase lo que pase, tampoco ayuda a la tensión, aunque es cierto que hay momentos bastante angustiosos. No obstante, las prioridades del autor al escribir esta historia estaban en la crítica al colonialismo y en dar verosimilitud en la medida de lo posible a lo narrado, tanto del lado extraterrestre como del lado humano.