La guerra en Bosnia: los efectos de las religiones y el nacionalismo cuando caen en manos equivocadas

Por Arielcassan

Un análisis de la Guerra en Bosnia y la antigua Yugoslavia desde el lugar de los hechos. Pero sobre todo, una invitación a la reflexión de cada uno de nosotros sobre nuestras propias actitudes cotidianas.


“No asesinarás.”
(Los 10 Mandamientos. Antiguo Testamento. Libro del Éxodo 20:13)

“Pero a ustedes que me escuchan les digo: Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los maltratan. Si alguien te pega en una mejilla, vuélvele también la otra. Si alguien te quita la camisa, no le impidas que se lleve también la capa.”
(Amor a los Enemigos. Nuevo Testamento. Evangelio según San Lucas 6:27-29)

“¡Creyentes! ¡Entrad todos en la Paz y no sigáis los pasos del Demonio! Es para vosotros un enemigo declarado.”
(Al-Baqarah. El Sagrado Corán. Sura 2, verso 208)

Está claro. Clarísimo.
Todas las grandes religiones monoteístas abogan por la paz y por la vida.
La justicia debe estar en mano de Dios en los cielos, y no en los deseos impulsivos de los hombres.
Si alguien comete un error, perdonarle, incluso si es enemigo. Si te pegan en una mejilla, poner la otra.

Todo muy claro.

"La Biblia. Antiguo y nuevo Testamento"


Musulmanes rezando en Ramadán. Sarajevo

Aunque… esperen. ¿Está tan claro?

“Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Saca al blasfemo fuera del campamento, y todos los que le oyeron pongan sus manos sobre la cabeza de él, y apedréelo toda la congregación.
Y a los hijos de Israel hablarás, diciendo: Cualquiera que maldijere a su Dios, llevará su iniquidad. Y el que blasfemare el nombre de Jehová, ha de ser muerto; toda la congregación lo apedreará; así el extranjero como el natural, si blasfemare el Nombre, que muera. Asimismo el hombre que hiere de muerte a cualquiera persona, que sufra la muerte.”

(Antiguo Testamento. Libro Levitico 24:13-17)

“No penséis que he venido para meter paz en la tierra: no he venido para meter paz, sino espada.
Porque he venido para hacer disensión del hombre contra su padre, y de la hija contra su madre, y de la nuera contra su suegra. Y los enemigos del hombre serán los de su casa.
El que ama padre ó madre más que á mí, no es digno de mí; y el que ama hijo ó hija más que á mí, no es digno de mí. Y el que no toma su cruz, y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que hallare su vida, la perderá; y el que perdiere su vida por causa de mí, la hallará.”

(Misión de Jesús a sus apóstoles. Nuevo Testamento. Evangelio según San Mateo 10:34-39)

“Retribución de quienes hacen la guerra a Allah y a Su Enviado y se dan a corromper en la tierra: serán muertos sin piedad, o crucificados, o amputados de manos y pies opuestos, o desterrados del país. Sufrirán ignominia en la vida de acá y terrible castigo en la otra.”
(Al-Maidah. El Sagrado Corán. Sura 5:33)

La paz en las Sagradas Escrituras. ¿Queda tan claro?

Ya no me queda tan claro lo de la paz y el valor de la vida…
Incluso la justicia divina se cae en versículos como este:

“El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.”
(Antiguo Testamento. Libro del Génesis 9:6)

Para el que no lo termine de asimilar, no es más que la famosa Ley del Talión, “ojo por ojo, diente por diente” en su versión “vida por vida”, dándole la autorización a los hombres de ejercer por su cuenta la noción de venganza.

Podrán decirme que la selección de los versículos que hice es malintencionada, subjetiva, y sacada de contexto. Y tendrían razón.

Por eso, quisiera aclarar algo. Lo que sigue no es en contra de las religiones.

Eso es otro tema distinto y su debate no debería ser abordado de esta forma tan parcial y relativa.

Esto será más que nada en contra de los que históricamente malinterpretaron estos versículos confusos, quedándose con lo que quisieron de ellos (o lo que les convino) y utilizaron las religiones en los últimos 3000 años sólo para convocar a guerras y más guerras.
Los verdaderos motivos siempre fueron sobre lo político y/o lo económico, pero aún así, siempre con las Sagradas Escrituras bajo el brazo.

Cruzados hacia la batalla

Sé de lo inusual que es este post en Odisea por el Mundo.
Mi blog, habitualmente tiene artículos sobre turismo o mis propias sensaciones en cada lugar. Pero esta vez, tendrá contenidos de historia, religiones, política y sobre todo, mucha injusticia social.

Pero haber estado donde estuve y haber oído lo que oí, sin escribirlo aquí para todos ustedes, me haría sentir irresponsable con la promesa que yo mismo me hice de compartir esos testimonios.

A quién no le interese, puede dejar de leer aquí mismo. Pero por favor, me gustaría que continúen y luego sí, saquen las conclusiones que deseen.

Trataré de ser breve, pero permítanme que les cuente una historia…

Los territorios eslavos. Fuente: Wikipedia

Tras el evento que los historiadores denominan “El Gran Cisma” en el siglo XI, la Iglesia Católica Romana y las Iglesias Ortodoxas de Oriente quedaron finalmente divididas y distanciadas.
El mútuo repudio entre ambas partes en aquel momento se mantiene hasta hoy, donde las dos principales iglesias del Cristianismo conservan su autoridad sólo sobre una parte de la lista de los países occidentales cristianos.

La católica, representada por el Papa en Roma, tiene su esfera de poder principalmente sobre todo Europa occidental y América, incluyendo dos países de los que hablaré: Eslovenia y Croacia.

Las ortodoxas, con sus Patriarcas y encabezadas por el de Constantinopla (hoy Estambul), hace lo propio en Europa del Este, Grecia, Rusia, el Caucaso y la mismísima Jerusalén. En este caso, hablaré de algunos de ellos también como Serbia, Montenegro y Macedonia.

Tras la caída de Constantinopla en el siglo XV en manos del Imperio Otomano, los territorios bizantinos en la Península de los Balcanes también cayeron en su mandato.
El Imperio Otomano, de religión musulmana, logró que el Islam fuese aceptado y predicado, sobre todo en algunas zonas más que otras. Algunas de esas regiones donde tuvo mayor impacto y de las que también hablaré fueron Bosnia, Kosovo o Albania.

La caída de Constantinopla en manos otomanas. Fuente: Wikipedia

Por otro lado, tras la Primera Guerra Mundial (aprox. 1920) y la caída del Imperio Otomano, en todos estos países eslavos, que poseen origen, idioma y cultura comunes (no así las religiones), se decidió que los territorios sean unidos para crear un único Estado central llamado Yugoslavia (“Yug”: sur, “slavia”: tierra de eslavos. Entonces, “Tierra de los eslavos del sur”).

Sin embargo, las tensiones étnicas producto de los intereses particulares de cada zona y por las diferencias religiosas se mantuvieron hasta la Segunda Guerra Mundial, donde algunas inclusive acompañaron el control nazi para atacar a otras, como en el caso de los croatas contra los serbios, sólo aumentando los problemas preexistentes.

Al final dicha guerra, los victoriosos defensores de Yugoslavia comandados por el mayor de sus generales, el mariscal Josip Tito, gobernaron el país estable y económicamente exitoso por 40 años. Para aplacar cualquier intento de lucha entre las regiones, existió una política de “mano dura” a cualquier individuo que aparezca con ideas nacionalistas, anti-comunistas o separatistas.

Al estar todos los países unidos, tanto durante el Imperio Otomano como durante Yugoslavia, personas de las distintas nacionalidades mudaron y se asentaron por todo el “nuevo territorio”, buscando mejores condiciones y nuevos trabajos. Las etnias se mezclaron y esto incluso fue apoyado por los gobiernos para lograr una multi-culturalidad que evite los temores independentistas, pero que sólo provocó aún peores cosas a futuro.

El mariscal Tito, homenajeado en todos los países de la Yugoslavia por igual

Aún con el buen pasar que tuvo el país yugoslavo en esa época, los nacionalismos individuales siguieron existiendo, y lo único que se logró al respecto es que continúe dormido, aletargado, esperando el momento para reaparecer en la escena.

Y el momento llegó con la muerte del “Mariscal Tito” en 1980. Sólo hicieron falta un par de años y que las personas incorrectas obtengan poder para que pase lo que finalmente terminó sucediendo.

Esta es la historia de una guerra inevitable, el trágico desenlace de años y años de tensiones étnicas producto de la intolerancia a la diversidad religiosa y el aliento a los deseos nacionalistas en una zona históricamente cargada de violencia.

La caída de Yugoslavia

Apenas crucé la frontera de Bosnia-Herzegovina sentí una tremenda ansiedad. No sabía con que me iba a encontrar.
Poco a poco el país va recuperando su imagen junto al turismo en escala que sus maravillas naturales y culturales merecen.
Turismo que fuera apagado durante años por los conflictos bélicos que comenté y arrebatado de manos de la injusticia y los múltiples crímenes contra civiles.

Lo que si sabía es que vería secuelas, aún muy presentes y vivas. Cicatrices en museos, en edificios, en las calles… pero sobre todo, en las caras y las palabras de su gente.

Pasé todo un mes leyendo en libros y en Internet, mirando documentales (les recomiendo “Death of Yugoslavia” de la BBC, con entrevistas directas a todos los personajes) y hablando con la gente de cada uno de los países involucrados, para poder comprender las causas y los efectos de lo que sucedió.

Y por esos testimonios decidí contarlo en este blog. Porque son testimonios que aún duelen, y porque provienen de una guerra de detalles generalmente desconocidos por la mayoría e incluso muy complicada de entender, pero que se llevó la vida de más de 150.000 personas, siendo un alto porcentaje de ellas simplemente civiles.

Secuelas en los edificios por la guerra en Bosnia

Al llegar a mi primer ciudad en la región de Herzegovina llamada Mostar, quería visitar un antiguo y hermoso puente otomano de piedra del siglo XVI, ícono de toda la región balcánica.

Sin saber nada al respecto, me encantó su belleza pero lo noté demasiado reluciente para ser de aquella época. Supuse que habría sido recientemente restaurado.
Y eso era en parte verdad, pero no por mantenimiento, sino porque aquel puente de un enorme valor cultural e histórico fue destruido estúpidamente durante la guerra.
Con el esfuerzo de la comunidad de ayuda internacional, hace unos pocos años fue reconstruido lo mejor posible según el plan original.

Como si fuera poca mi sorpresa, me enteraría que los que lo destruyeron fueron oficiales del Ejército de Croacia, que hasta lo que yo sabía, fueron aliados de los bosnios, ambos en contra de los serbios.
Estas eran sólo algunas de las contradicciones que hacían a este conflicto bélico tan dificil de entender y lo que me llevaba a querer interiorizarme más y más en sus detalles.

El hermoso puente otomano de Mostar, reconstruido tras su destrucción

Como les dije, todo fue causa de intolerancia religiosa y de exaltación nacionalista.
Históricamente, el ejército yugoslavo había estado mayormente compuesto por serbios, e incluso su capital se encontraba en territorio serbio, la región más grande del país.

Desde hace por lo menos un siglo, existieron en Serbia distintos grupos políticos con gran impulso nacionalista, con creencias de superioridad sobre el resto y que luchaban por la denominada “Gran Serbia”, un concepto que uniría a todos los países eslavos del sur bajo control serbio, supuestamente por el derecho histórico que ellos creían tener sobre toda la región.

Sólo falto que uno de ellos llegue al poder de Yugoslavia para que comiencen los problemas. Y ese “alguien” fue el que recibió todo el desprestigio y la imagen “diabólica” por el mundo occidental tras la guerra: Slobodan Milosevic.

Slobodan Milosevic, presidente de Serbia durante la guerra. Fuente: Wikipedia

La región de Kosovo era donde todos los monasterios sagrados de la Iglesia Ortodoxa Serbia se encontraban, pero en ese momento la zona kosovar era mayoritariamente musulmana (¿recuerdan lo que conté del Imperio Otomano?).

Unos simples conflictos ocurridos entre la mayoría islámica y la minoría serbia en esa región fueron aprovechados y les dieron el motivo a Milosevic, entonces sólo un miembro de poder en el partido comunista yugoslavo, de salir en defensa de los serbios y en contra de los kosovares en 1990, algo claramente en contra de las ideas plurales del país.

Claro está, el pueblo serbio lo apoyó deseando recuperar su Kosovo histórico y sagrado, y así Milosevic logró destituir al presidente para llegar al máximo poder de Yugoslavia.
Desde allí comenzó una campaña de expansión de los intereses serbios en Yugoslavia que provocaron el temor de los demás países miembros.

Ante ciertos insólitos pedidos de Milosevic y la inminente pérdida de participación croata y eslovena en los intereses de la federación, estos países decidieron plantear su secesión de la república y declararse unilaterlamente como independientes.

A Milosevic no le gustó nada perder el territorio de casi un tercio del país, y al ya no querer ser parte de Yugoslavia, dispuso que el ejército yugoslavo (mayormente serbio) comience el ataque a ambos países, sobre todo centrados en Croacia, el más fuerte de los dos.
Estos debieron constituir un ejército de emergencia, obteniendo armamentos en el mercado negro, y lamentablemente el presidente en los años 90′ de mi país, Argentina, fue uno de los que decidió ilegalmente venderles.

Mapa de la República de Yugoslavia en sus países miembros

No quisiera aburrirlos o prolongar el relato sobre la historia de esta guerra que en cualquier lugar pueden encontrar, por lo que me centraré en lo que sucedió en Bosnia, el país que yo estaba visitando.

Si me siguieron hasta acá, quizás se preguntaran que necesidad había de que haga esa provocación tan fuerte hacia las religiones al principio de este post. Es aquí donde lo verán.

Bosnia-Herzegovina es un país que está justo en el medio de todos los demás, como pueden observar en el mapa de arriba.
Se encuentra rodeado por Serbia, Croacia y Montenegro y como era de esperarse, fue el que recibió la mayor parte de esa “mudanza étnica” que les comenté, ayudado por ser uno de los que tenían mayor riqueza en la región a nivel recursos naturales.

Aquí no había grandes mayorías. Católicos (croatas), ortodoxos (serbios) y musulmanes (llamémoslos “bosniacos” para diferenciarlos de la nacionalidad bosnia actual) convivían prácticamente por igual. El gobierno anterior a la guerra, sin embargo, era de procedencia bosniaca, es decir, musulmán.

Los serbios y los croatas decidieron por falta de una definición militar en su enfrentamiento, concentrarse en ganar posiciones en Bosnia que también buscaba su independencia, y así controlar la parte del territorio bosnio donde viviesen muchos de sus pares nacionales.
Incluso, hicieron dos acuerdos para que cada uno sólo ataque la parte bosnia donde tenían mayoría étnica propia, disminuyendo el ataque directo entre ellos y con la intención de repartirse el país-botín.
Los musulmanes bosniacos quedaron en el objetivo del fuego cruzado.

Así es como el ejército croata comenzó a incursionar sobre la región de Herzegovina en 1992, y enfrentándose al débil ejército bosniaco, llegó a Mostar y para cortar una ofensiva, destruyó el antiguo puente de Mostar del que les hablé. Sin embargo, el éxito fue poco y los musulmanes pudieron contener bastante el avance católico en el sur.

En el norte fue totalmente distinto. Los serbios con su gran ejército proveniente de la República Yugoslava, llegaron rápidamente a la capital bosnia, Sarajevo y siguieron incluso el avance hacia el sur.

Nuevamente, los croatas temieron de que la ofensiva serbia los vuelva a alcanzar, pararon el ataque a los bosniacos y buscaron nuevamente una alianza con ellos ante los serbios. ¿Códigos de los croatas? Nulos.

Puente de Mostar al ser destruido por el ejército croata


"No olvidar" la destrucción de 1993, leyenda en una roca al costado del puente de Mostar


Tumbas en la ciudad bosnia de Mostar. Todas de los mismos años. Muy fuerte.


Tumbas en la ciudad bosnia de Mostar. Todas de los mismos años. Muy fuerte.


Daños en las fachadas de los edificios de Mostar


Los centros culturales e históricos también sufrieron por las bombas de mortero


Daños en las fachadas de los edificios de Mostar

Para poder entender lo que sucedió allí y quizás se convirtió en lo más importante de la guerra por lo terrible que fue, me moví entonces a la ciudad de Sarajevo, capital de Bosnia-Herzegovina, donde me quedé por unos 10 días.

Aunque va recuperándose a buen ritmo, la ciudad de Sarajevo sufrió lo peor de la guerra y es algo que no se veía en Europa desde la Segunda Guerra Mundial: un terrible asedio a la población civil que duró casi 4 años, desde 1992 a 1996.

Desde Mostar a Sarajevo viajé a dedo y mi último conductor me dejó a unos 8km del centro.
Comencé a caminar sin saber de esa distancia, por una extensa y ancha avenida.
Varios de los edificios a mi paso se veían derruidos y prácticamente todos estaban aún llenos de agujeros de balas en sus morteros. Algunos incluso presentaban signos de haber sido bombardeados por aviones o cañones de mortero.

Más tarde me enteré el apodo que tenía esa avenida durante el asedio a la ciudad. Se la conocía como la “Avenida de los Francotiradores”. Como la resistencia en la ciudad fue lo suficientemente efectiva para no perecer ante el intento de conquista, en algunos de estos edificios, francotiradores serbios apostados en las alturas tenían la orden de atemorizar a la población civil con la intención de doblegar su moral y así lograr finalmente la victoria.

Daños en los edificios a los lados de la "Avenida de los Francotiradores", Sarajevo


Cartel que recuerda la tristemente célebre "Avenida de los Francotiradores"

En el Museo de Historia de Sarajevo están presentados los objetos que utilizaban los ciudadanos en su vida cotidiana para sobrevivir. Algunos de ellos indican claramente una calidad de vida inhumana.
Incluso hay cartas, diarios y dibujos de niños que son terribles y preferiría no incluirlos en el post.

De hecho, el asedio tuvo como consecuencia más de 20.000 muertos, de los cuales cerca de 11.000 eran civiles y tristemente, unos 1.500 eran simplemente niños.

Se cuenta que excepto cuando las Naciones Unidas proporcionaban camiones blindados para que los ciudadanos traspasen la avenida escondiéndose tras los vehículos, cruzarla para ver a tu familia que vivía del otro lado o jugar con tus amigos de colegio era igual a poner tu vida en el destino del azar, sin saber si lograrías llegar al otro lado. Los relatos son desgarradores.

Foto a una foto de la exposición del Museo de Historia de Sarajevo


Los civiles cruzan la Avenida de Francotiradores refugiándose en un camión blindado de la ONU. Foto en el Museo de Historia de Sarajevo

Tan cruel fue el asedio a la ciudad de Sarajevo que incluso el gobierno serbio y el ejército serbio en Bosnia se separaron políticamente por diferencias en su forma de accionar. El apoyo militar continuó, pero hasta alguien como Milosevic no quiso estar involucrado en tales actos.

En otras ciudades del norte de Bosnia asediadas por los serbios, se vivió una situación similar.
Quizás la más reconocida fue la “Masacre de Srebrenica”, donde aún siendo teóricamente vigilada por las Naciones Unidas, oficiales de esta organización fueron corrompidos por los generales serbios que torturaron, violaron y masacraron a miles de ciudadanos musulmanes, incluyendo mujeres y niños.
Algunas fuentes dicen que fueron casi 8.000 los musulmanes que sufrieron estos terribles ataques y nuevamente, los relatos que incluyen niños siendo asesinados frente a sus padres o mujeres violadas frente a sus esposos provocan el llanto y la impotencia en cualquiera.

A estos procedimientos se les llama “limpieza étnica”, siendo el deseo de tener ciudades/países con un sólo grupo étnico y a todo el resto se los hace pasar por el filo de la espada para lograrlo. Esto es terrible, en contra de cualquier diversidad cultural y totalmente intolerable.

Claro que no es la primera vez que sucedía y curioso es que algunos de los que sufrieron históricamente estos intentos, luego tuvo ciertos gobernantes que pretendían lo mismo en algunas regiones que ellos consideraban propias por derecho divino.
Lo de los serbios no es el único ejemplo. El genocidio armenio, el holocausto nazi, las limpiezas en la Camboya comunista o algunos aspectos del Apartheid sudafricano son algunos entre tantos.

La limpieza étnica es algo absolutamente repudiable, sea cual sea el motivo y no debería haber argumento que pueda defender la idea de tener territorios con una sóla nación si ya hay otros pueblos también viviendo en ellos.

Recuerdo a las víctimas del asedio de Sarajevo

Finalmente, por los repetidos actos de violencia contra civiles de parte de este ejército serbiobosnio ya separado del gobierno serbio, la OTAN decidió bombardear las posiciones que asediaban la ciudad, provocando el fin del sitio y la retirada. Si hacer eso les parecía correcto (lo cuál es discutible), ¿era necesario esperar 4 años y que la gente haya sufrido lo que sufrió?

Nuevamente, el versículo del Génesis: “El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada”.

Cementerio de Sarajevo, creado por la necesidad durante el asedio


Secuelas de la guerra en las calles de Mostar


Recuerdos de la guerra en venta. Mostar, Herzegovina

Si llegaron en su lectura hasta aquí puede que aún tengan una opinión polarizada que quisiera contradecir.
Si están pensando “los serbios fueron los malos, los croatas los cobardes y los bosniacos los únicos damnificados”, no creo que estén en lo cierto.

Tras el bombardeo de la OTAN y hasta el pacto internacional que terminó oficialmente la guerra entre los tres países, los croatas y los bosniacos vieron su posibilidad de avanzar en las posiciones que los serbios habían obtenido y las matanzas y crímenes contra civiles serbios también se hicieron lugar.

Tanto durante la primer parte como en esta etapa final, cientos de civiles serbios fueron también torturados, violados o masacrados por fuerzas croatas y serbias en distintas ciudades de mayoría ortodoxa.
Incluso los croatas volvieron a cambiar nuevamente de lado y atacaron ciudades bosniacas que según ellos, tenían mayoría croata y les correspondía su soberanía.

En las guerras no hay buenos ni malos, todos son malos y según mi opinión, levantar las armas sea por ataque o por defensa, no lleva a más que a muertes y penurias para todos los involucrados.

El orgullo patriótico puede ser bueno, pero hay que saber hasta que límite llevarlo...

¿Qué hay de los testimonios que escuché en mi estadía tanto en Croacia, como en Bosnia o Serbia?

Obviamente hay cicatrices en cada persona, sea del país y religión que sea, que haya vivido allí en ese momento.
Hay excepciones que comprenden lo sucedido y piensan de forma respetuosa y pacífica, pero la gran mayoría guarda rencores y odio hacia los demás.

La mayoría de los croatas y bosniacos, culpan a los serbios de iniciar la guerra y de las atrocidades cometidas a sus ciudadanos.
Los bosniacos de todos modos, consideran que el nacionalismo croata es igualmente condenable que el serbio.
Por su parte, los serbios asumen sus responsabilidades, pero siempre recuerdan que no fueron los únicos y que tanto los croatas como los bosniacos también cometieron múltiples crímenes de lesa humanidad a su pueblo.

Apenas unos pocos reconocen que las tres partes se equivocaron, haciendo mea culpa de sus errores.
Y nuevamente insisto en las religiones por lo siguiente: Cuando he preguntado sobre estos temas, siempre siendo cauteloso y respetuoso sin querer ofender a nadie y tomando los temas con cuidado al no saber realmente con qué tipo de persona estaba hablando, la mayoría no se refiere a los demás como “croatas, bosniacos y serbios” sino como “esos musulmanes”, “los católicos que hicieron tal o cuál cosa” o “es culpa de los ortodoxos que…”

La mala interpretación de las religiones fue y será una parte esencial de la discriminación y separatismo entre estos y tantos otros pueblos en el mundo, y como plantée al principio, las Sagradas Escrituras muchas veces no ayudan demasiado.

Carteles agresivos como estos en Sarajevo no se entienden tras lo sucedido allí

Hoy por hoy, tras los acuerdos de paz que se hicieron entre las partes, Bosnia-Herzegovina tiene un status político muy particular.

Al llegar me enteré que aunque internacionalmente se lo ve como un único país, son de hecho dos países, con su autonomía particular en cada territorio.
“Claro. Uno es Bosnia y el otro es Herzegovina, ¿no?”, pensé.

No. La Federación de Bosnia-Herzegovina controla el 51% del país, de mayoría croata y bosniaca. Pero los territorios ganados por el ejército serbio durante la guerra y de mayoría étnica serbia, mantuvo su autonomía durante los acuerdos de paz y formaron lo que se conoce como “República Srpska”, que controla el 49% en el norte del país.

Además, como los serbios utilizan el alfabeto cirílico (muy similar al ruso o búlgaro), Bosnia se convirtió en el único país en el mundo con dos alfabetos oficiales y los carteles en el país están escritos de las dos formas, aún cuando su pronunciación es prácticamente la misma (¿recuerdan que mencioné que el origen de los idiomas es el mismo?).

Haciendo dedo hacia la República Srpska, la parte serbia de Bosnia-Herzegovina

Como dije, la región actualmente está en paz. Pero los rencores y el odio aún siguen presentes entre sus pueblos, lo que me hace pensar que una nueva guerra es sólo cuestión de tiempo.

Quizás Slobodan Milosevic fue condenado como el mismísimo diablo de la guerra, junto a los principales generales del ejército serbiobosnio que azotaron Sarajevo y otras ciudades bosniacas durante años, Radovan Karadzic y Ratko Mladic.
Sin embargo, el presidente croata Franjo Tudman, el presidente bosnio Alija Izetbegovic y tantos otros colaboradores, también apoyaron sus propias atrocidades.

Hoy los tres presidentes ya han fallecido y los otros dos que nombré están siendo juzgados por lesa humanidad en La Haya, pero aún así siguen siendo considerado héroes de la independencia por muchos en sus patrias. Otro argumento a favor de que nuevos problemas son lamentablemente sólo cuestión de tiempo.

Mi idea con este post no es que opinen que “las guerras son malas”. Eso creo que es algo que todos sabemos y consideramos innegable.

Sin embargo, las guerras no vienen de la nada como pudieron ver en el relato.
Son las actitudes personales de los ciudadanos, como la discriminación, la intolerancia a la diversidad cultural y religiosa, la creencia en la superioridad de una sociedad sobre las demás o la efervescencia nacionalista, las que poseen muchas personas del país que sea y que tarde o temprano, pueden llevar a un suceso como el que les conté aquí.
Sólo es necesario que una de las personas con esos pensamientos llegue al poder.

De hecho es muy probable que en sus países hayan habido guerras en las últimas decenas de años.

En mi país, Argentina, hace sólo 30 años fuimos a la guerra contra el Reino Unido por la soberanía de las Islas Malvinas.
Entiendo que muchos podrán decir que fue decidido unilaterlamente por un gobierno que no era democrático, pero aunque yo aún no vivía en esa triste época de dictadura militar, recuerdo ver fotos de una Plaza de Mayo (la plaza que da al palacio de gobierno argentino) repleta, alentando con una exacerbada exaltación nacionalista (no tan lejana a la que tuvieron los serbios al escuchar a Milosevic hablar del conflicto en Kosovo) al presidente de facto Leopoldo Galtieri al decir “Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla”.

Prisioneros argentinos en la Guerra de Malvinas. Año 1982. Fuente: Wikipedia

Siempre hay que recordar que un presidente que lleva a su pueblo a una guerra, es sólo uno de los tantos ciudadanos con un pensamiento particular, pero que tuvo la ocasión de llegar al gobierno.

Los invito a reflexionar entonces sobre este post, no sólo quedarse con el relato o con la idea de que la “guerra es mala”, sino a buscar nuestras propias actitudes separatistas, negativamente nacionalistas o discriminatorias hacia los demás, reconsiderarlas, intentar modificarlas y no sólo reprimirlas porque “socialmente está mal visto” decir que habría que matar o expulsar a tal o cual.

Si todos pudiésemos hacer esto, se acabaron las guerras.

¿Suena utópico? Claro que si, lo sé, pero el cambio siempre empieza en casa.

Me pregunto si estos juguetes ayudan de algo a nuestros niños...


Me pregunto si estos juguetes ayudan de algo a nuestros niños...

¡Saludos a todos!