El ejército está comportándose de manera irresponsable, hasta tal punto que podrían ser capaces de provocar una catástrofe natural de enormes magnitudes. El daño que causaría sería de una magnitud impredecible. Estas fueron las palabras de Pável Brýkov, jefe de la planta en Górlovka, llamada Stirol.
Brýkov indicó que el fuego indiscriminado del ejército sobre la ciudad podría dañar la planta petroquímica.
En esta planta se almacena un material llamado mononitroclorobenceno tan tóxico que acabaría con la vida de alrededor. Actualmente, los habitantes que siguen viviendo en la ciudad están sometidos a un riesgo continuo.
Cualquier día un misil podría explotar contra la fábrica, provocando un vertido del material, que al entrar en contacto con el organismo, afecta a la hemoglobina, el hígado, los huesos y el corazón, provocando la muerte. El vertido tendría un radio de destrucción de 300 kilómetros, que con ayuda del viento y los ríos, este se ampliaría de manera muy notable.
El asalto de la ciudad lleva ya tres semanas, provocando la muerte de 52 civiles y 170 heridos. Además, una iglesia ortodoxa de una gran importancia arquitectónica se ha visto afectada. De este modo la guerra se ha reconvertido, ya no es sólo un conflicto que desgraciadamente mate a miles de personas, sino que puede provocar la destrucción total de la zona, dejando la ciudad como un territorio inhabitable.