Después de ver por qué nos puede interesar instalar biomasa térmica en nuestra vivienda, vamos a ver cómo seleccionar el mejor combustible de biomasa para tu hogar.
La biomasa posee las características y tecnologías necesarias como para alimentar los sistemas de climatización y Agua Caliente Sanitaria (ACS) de los edificios del mismo modo que lo hacen los sistemas de electricidad, gasóleo ó gas.
En la actualidad, los biocombustibles sólidos que permiten utilizar sistemas de climatización en viviendas o edificios residenciales son los pélets, las astillas, las briquetas, los residuos agroindustriales y la leña.
Pélets
Los pélets ó pellets son biocombustibles estandarizados internacionalmente producidos a nivel industrial. Se presentan como pequeños cilindros, resultado de la compactación a la que son sometidos los serrines y las virutas procedentes de serrerías u otras industrias.
A la hora de adquirir el combustible es conveniente consultar al suministrador de pélets las especificaciones técnicas para identificar su grado de eficacia. En la siguiente tabla se muestran parámetros de referencia que ayudan a definir la calidad del pélet:
Para conocer de una manera más práctica y sencilla la calidad del combustible, existen dos pruebas que permiten su análisis:
- Empuñar una cantidad reducida de pélets, agitarlos y comprobar tanto si mantienen la forma cilíndrica original como la proporción de finos existentes. Si ha cambiado su apariencia y se observa una proporción de finos considerable, es conveniente descartar su utilización como combustible debido a la baja calidad del material.
- Sumergir el pélet en un vaso de agua y comprobar su flotabilidad. Si permanece flotando, la densidad será inferior a 1 Kg/dm3, mientras que si se hunde, la densidad es superior y, por tanto, también lo es su calidad.
Astillas
Son fragmentos de madera pequeña obtenidos por corte mecánico que dan lugar trozos pequeños de tamaño irregular de entre 5 y 100 mm de longitud.
Su clasificación se establece en función de su calidad, definida por la procedencia de la materia prima.
- Astillas de clase 1: provenientes de maderas forestales muy limpias con humedades inferiores al 30%.
- Astillas de clase 2: procedentes de tratamientos silvícolas, agrícolas y forestales con humedades de hasta el 45%.
Las astillas de clase 1 son apropiadas para viviendas y todo tipo de instalaciones, mientras que las astillas de clase 2 se utilizan para instalaciones de media y alta potencia, como grandes edificios y redes de calefacción.
Briquetas
Biocombustibles densificados con alto poder calorífico, de fácil manipulación y que además de no producir ni humos ni chispas, el volumen de cenizas que genera es bajo. Presentan forma de cilindro y se originan a partir de los serrines y virutas de madera.
Residuos agroindustriales
Estos restos son susceptibles de ser utilizados en las calderas de biomasa son los provenientes de las industrias de los frutos secos, de las aceitunas y el aceite de oliva de las alcoholeras y bodegas.
Habitualmente, se reduce el grado de humedad mediante procesos de secado con el objetivo de incrementar la calidad y eficiencia de los combustibles.
Leña
La leña utilizada proviene de los troncos que no se emplean para la producción de madera. Habitualmente, los usuarios que aplican este sistema son aquellos capaces de producir madera para su autoconsumo.
Su uso se puede combinar con el de otros biocombustibles como astillas, briquetas o pélets aunque es menos frecuente que el resto de biocombustibles sólidos. Eso sí, existen calderas modernas adaptadas para su utilización. La calidad, como en el del resto de biocombustibles, depende de la materia prima y de la humedad, que es de un 20% aproximadamente.
Una vez definidos los tipos de biomasa susceptibles de ser utilizados para satisfacer las necesidades de climatización y ACS de los edificios residenciales, es imprescindible valorar con detenimiento cual es el biocombustible del que se va a nutrir la caldera de biomasa.
El factor principal para decidir el combustible a utilizar es el suministro. Las 3 premisas indispensables que definen un suministro de calidad que nos asegure un combustible adecuado son las siguientes:
- Analizar los combustibles disponibles en la zona de instalación de la caldera y considerar la elección del tipo de biomasa más abundante.
- Asegurar un suministro constante y de calidad a medio-largo plazo antes de la instalación de la caldera.
- Acordar los precios de la biomasa a futuro para poder realizar una previsión certera del periodo de retorno de la inversión y no depender de fluctuaciones del mercado.
Si existe más de un combustible que reúna las premisas anteriores, se tendrán en cuenta las especificaciones técnicas.
A continuación, se detallan las ventajas y desventajas de la utilización de cada tipo de biocombustible:
En la próxima entrega hablaremos sobre cuál es la caldera más apropiada para tu vivienda.
Podéis acceder a la guía completa en nuestro fondo documental ecointeligente o desde este enlace: Guía para la instalación de biomasa térmica en tu vivienda o comunidad de vecinos de Twenergy.
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