La habana

Publicado el 19 septiembre 2013 por Viajaramundi (carmen E Israel)

NOTA PREVIA

Antes de empezar a relatar este viaje contaros que en un principio el planteamiento inicial era viajar a Cuba unos días y luego ir a México, en concreto a la península de Yucatán, pero viendo los costes de visado de entrada y salida tanto de Cuba como de México más el vuelo ida vuelta y alguna cosa más, finalmente decidimos dedicarle los 25 días de nuestras vacaciones a la isla de Cuba únicamente.

Llega el día en el que volamos hacia Cuba, hemos comprado unos billetes con Cubana Aviación por 600 euros I/V, un precio bastante económico después de haber estado buscando ofertas de viaje por internet, eso sí, volamos en un avión ruso qué vamos a ver cómo va, jajajaja. Llegamos al aeropuerto 2 horas y pico antes, y bueno, aquello es un caos increíble, la cola es infinita, cientos de cubanos con mogollón de bultos, la hora de embarque se empieza a acercar y el rumor es que lo mismo no embarcamos porque hay overbooking. Nos empezamos a cabrear porque nosotros tenemos los asientos reservados..entonces ¿para qué narices nos ha servido reservar los asientos y demás si no vamos a subir?. En fin, finalmente después de estar allí qué sí, qué no, finalmente conseguimos subir al avión.

La imagen dentro del avión es digna de fotografía aunque en esta ocasión no vamos a poder mostrarla dado que no hicimos ninguna, pero os podemos contar que es lo más precario que hemos visto en nuestra vida, allí el aire no funciona, la megafonía tampoco, todo el mundo dando voces, los pasillos atestados de trastos y paquetes que llevan los pasajeros a sus familiares y amigos, vamos...caótico, y luego ya el sonido de aquel bicho al despegar, la verdad es que impone.

El vuelo hasta La Habana son alrededor de 9 horas, después de un vuelo la verdad más que agotador estamos a punto de aterrizar cuando nos comunican que hay un temporal en la capital y que el avión no puede tomar tierra, que se tiene que desviar hacia Holguín al sur de la isla hasta que pase el temporal. ¡Estupendo!, pensamos, estábamos deseando bajarnos de aquí y ahora resulta que sí, nos vamos a bajar pero para tener que volver a subir..una auténtica maravilla, pero no tenemos nada que hacer nada más que resignarnos así es que... Total, aterrizamos en Holguín, son como las 11 de la noche y en ese aeropuerto no hay nadie, nada abierto como para poder tomarte un café o algo, eso sí, aunque está prohibido fumar, allí todo el mundo se sube a la primera planta y fumadero al canto. Después de 1 hora nos comunican que podemos volver al avión destino a La Habana, así que nos dirigimos por la pista en medio de la oscuridad hacia el avión, otra vez a subir a la tartana aquella, otro despegue y otro aterrizaje.

En algo menos de una hora por fin aterrizamos en La Habana, y ya tenemos el primer problema, jajajaja. Vamos a alojarnos en casa de Maricela, una señora que vive en la Habana y que nos han recomendado unos amigos que estuvieron en su casa, y quedamos con ella vía mail que cuando estuviéramos ya en el aeropuerto de La Habana la llamaríamos para que ella calculara y nos esperara en la puerta, pero claro, resulta que como sabéis en Cuba hay 2 monedas, el peso cubano y el peso convertible o CUC, pues bien, en este caso necesitamos pesos cubanos para llamar desde una cabina y no tenemos, en el mismo aeropuerto un tipo algo sospechoso nos dice que en los baños una señora nos cambiará pesos cubanos por convertibles, dicho y hecho, allí nos cambiaron en un periquete je je hemos llegado a Cuba, con esas monedas llamamos a la mujer un poco timoratos por las horas que son, la señora se muestra encantada y nos dice que vallamos para allá sin problemas, después de cerrar un precio con un taxista ...allá vamos dirección a la calle Galiano a casa de Maricela en busca de una cama, porque ya son las 2 o algo más de la mañana.

Cuando pisamos Cuba ya teníamos en nuestras espaldas más de 30 países, sin embargo estamos totalmente desencajados, apenas hay visibilidad, las calles, los edificios, parece que estuvieran en una posguerra, estamos impresionados la verdad, jamás habíamos visto algo parecido, tardamos alrededor de media hora en llegar a casa de Maricela, y allí estaba ella, una Cubana fuertota, con cara de buena gente que nos recibió con un gran abrazo y con muchísima amabilidad.

La calle Galiano está en Habana centro, y bueno, quizás a nivel turista no es la mejor zona, pero sí que es mucho más real que la Habana Vieja que al final es la zona decorada para el turista. Maricela vive en el 8 piso y desde su balcón hay unas vistas estupendas de toda la habana, aparte de ser una casa súper fresquita porque hay mucha corriente, Maricela nos recibe con un jugo de mango casero ¡qué bueno!, después del día que llevamos nos sienta a gloria aparte de que está riquísimo. Después de una agradable charla con ella y su marido quedamos con Maricela en que nos prepare el desayuno para el día siguiente y nos vamos a la cama a descansar porque estamos muertos, no sin antes asomarnos por la ventana, esta ciudad impresiona mucho, pero por el estado en que está, parece que acabaran de pasar un batallón destrozando todo...Mañana descubriremos La Habana.

Primer día en Cuba, nos levantamos a las 9, hay que decir que hemos dormido de lujo, aunque en la calle había mucho ruido, la gente aquí tiene muchas horas de ocio, y muchos de ellos se dedican a gastar lo poco que tienen en cervezas (qué mira que para ellos son caras) y en cantar y compartir, pero bueno, como estábamos hechos polvo y el piso de Maricela está tan alto, tampoco ha causado ningún trastorno.

Es una delicia levantarse y ver una mesa llena de cosas... buah!! Mango, plátano, papaya, piña, membrillo, queso, huevos revueltos, jugo de mango, café, leche, pan... bueno, una delicia todo, y una agradable conversación con Maricela antes de darnos una ducha y ponernos en marcha en dirección a la zona de La Habana vieja.

Una de las cosas buenas que tiene alojarse en casa de Cubanos, además de ser más barato, es el trato y el poder conocerlos de tú a tú, vives con ellos, comes con ellos, conversas con ellos y los llegas a conocer, esto no es el paquete turístico dónde todo el mundo es súper agradable y no te enteras de lo que hay fuera, no, aquí conoces mucho de la vida en Cuba, que ya os iremos contando, y bueno, otra cosa genial es que por muy pocos CUC al cambio entre (7 y 10€ ) tienes la opción de desayunar, comer y cenar allí, comida casera que ellos mismos te hacen. Así que hemos decidido que vamos a degustar nuestra primera Langosta en Cuba, y le decimos a Maricela que para cenar queremos Langosta. Hay que decir que aunque la gastronomía cubana es muy parecida a la nuestra los productos los tienen muy limitados, por lo que a la hora de elegir qué cenas o comes en las casas, la mayoría de la veces las opciones son, pollo, cerdo, langosta y algún pescado dependiendo de la zona, siempre acompañado de ensalada, o banana frita y jugos, pero recordar que aquí "la res" (como ellos dicen) está prohibida, sólo están para darles leche a los niños, aunque siempre se puede conseguir de contrabando por un módico precio. Aclarado esto, nuestra decisión de hoy es "langosta", así que Maricela sale con nosotros a la calle a hacer la compra mientras que nos hace un poco de guía, no lleva a la tienda donde comprar el agua (mejor comprar en pesos cubanos que en CUC) y ella nos indica donde, nos lleva a un gran almacén en la calle San Rafael, que es donde compran los cubanos. Casi todo el merchandising que os en podéis encontrar en la habana vieja, o en la zona de Vedado lo tenéis aquí pero mucho más barato, y hay de todo, desde madera, cuadros..En fin, un sitio recomendable para ir el último día y hacer las compras pertinentes, así que lo anotamos y continuamos.

Maricela nos acompaña hasta el inicio de lo que es la zona denominada como Habana Vieja, de camino nos sentimos como un cervatillo rodeado de leones, todo el mundo hace el ademán de acercarse a nosotros para sacarnos algo, sin embargo se cortan porque vamos con una de allí (el resto del viaje lo sufriremos en nuestras carnes) estamos en el Paseo del Prado como antiguamente se llamaba o Paseo de Martí como se llama actualmente. Esto es otra cosa particular en la habana en general, cuando coges cualquier callejero de la habana y buscas unas calle, encuentras muchas con doble nombre, el nuevo y el antiguo (entre paréntesis), lo que hay que saber es que si preguntas una calle a un cubano y te refieres a la "nueva" la probabilidad de que te sepan decir dónde está es mínima, así que apuntaros cómo se llama la "antigua" que seguro que así lograréis llegar a vuestro destino.

En fin, allí estamos...La verdad es que está gran avenida es una imagen muy de Cuba, coches de lado a lado, gente atravesando la calle sin ningún orden... edificios coloniales, el capitolio a mano derecha, todo el paseo a mano izquierda y el parque central justo enfrente de nuestros ojos. Pero ahora estamos solos, hasta aquí hemos llegado con Maricela y hay que decir que no se nos ha acercado nadie, pero ahora empieza realmente nuestro periplo por esta isla.

Desde aquí, nos dirigimos a la calle obispo, una de las calles más transitadas de la habana vieja, flanqueada por edificios del siglo XVI al XIX en la que puedes encontrar tiendas de todo tipo, pasearla es muy agradable. Esta calle desemboca en la plaza de armas, esa plaza que fijo habéis visto miles de veces en televisión, la cual se caracteriza porque allí se encuentran cantidad de puestos de venta de libros de segunda mano. Es muy curioso la verdad, la mayoría de los libros que allí venden son de la revolución, aunque claro, en Cuba en general aunque vayas a una librería donde puedes encontrar libros nuevos la selección de los mismos está muy "seleccionada" valga la redundancia, todos sabemos las restricciones del gobierno cubano y el bloqueo que ha sufrido la isla, por lo que aquí encontrar libros de determinados autores es inviable a parte del coste tan caro que tiene para un cubano los libros nuevos, así que la plaza de armas es un bueno sitio para pasear y hablar con los vendedores de los puestos, en sus conversaciones sentirás la revolución.

A parte de la peculiaridad de los puestos de libros y otros de antigüedades, esta plaza también tiene encanto por los edificios que allí se encuentran, El Templete, El Palacio de los capitanes generales, El Castillo de la fuerza real, los restaurantes con sus terrazas, es un sitio muy agradable, eso sí, tiene el inconveniente o está empezando a tener el inconveniente de que no paran de acercarse cubanos a ofrecernos de todo y empieza a ser un poco cargante, pero bueno, dejaremos la posibilidad de la duda y no ahondaremos en este tema de momento.

Este es otro de los sitios de la Habana a los que llegas como si ya lo conocieras, quién no ha visto mil veces las imágenes de este famoso lugar, según estás llegando es como si no hubiera nada desconocido, al revés, por no hablar de la famosa mujer del puro, sí, sí, aquella que la revista (Lonely Planet) plasmó en una de sus revistas en portada con aquel inmenso puro...pues allí está la señora con unas amigas viendo pasar a la gente y esperando a que le digas que le quieres hacer la típica foto para ella responderte que por unos cuantos CUC ella posa lo que tú quieras...Nosotros somos más de robado, así que ni siquiera la preguntamos y para prueba un botón..Aquí está la foto:

La bodeguita está atestada de gente y eso que son las 12 de la mañana, así que pá dentro a tomarnos un mojito, tenemos que decir que no será el mejor mojito que probaremos en cuba ni mucho menos, pero sí que es verdad que hay que visitarlo y disfrutar un rato de esas paredes llenas de firmas, fotos, dedicatorias... Sí, hay que ir y por lo menos tomarse algo mientras disfrutas del lugar, luego ya si quieres comer...ahí no os podemos decir, porque sólo nos tomamos el mojito y descansamos, aparte de que con el desayuno que nos hemos apretado y el calor no tenemos nada de hambre.

Como curiosidad, para los que no hayáis probado un mojito en Cuba, éste no tiene nada que ver con lo que estamos acostumbrados a degustar en España. Primero, la cantidad de hielo es mínima, segundo, se hace con ron blanco y con azúcar normal, nada de azúcar moreno, (las hojas de hierba buena y limón no lima, pero un limón tipo lima que tienen allí)

Tras el mojito continuamos merodeando por la zona, - dios que calor hace- tomamos el malecón en busca del trasbordador que te cruza a Regla, un lugar que se encuentra en la costa este de la bahía, el muelle del que salen se llama de la Luz, lo buenos es que cuesta solo 2 pesos cubanos, tarda apenas 15 minutos, una vez allí lo más interesante es una pequeña iglesia donde se encuentra la famosa virgen de Regla, que es la patrona de los pescadores y de la Habana, es una virgen negra cuyo arraigo radica en los esclavos de la isla. Según bajamos del barco nuevamente comienzan a darnos la plasta to quisqui, amigo amigo- te grita todo el mundo, llevamos solo media jornada y empezamos a cansarnos, (como sea así todo el viaje), las informaciones que tenemos nos dicen que en la habana y en Santiago son más pesados de lo normal así que hay esperanzas. Respecto a la iglesia, pues está bien pero vamos tampoco es para volverse loco.


Después cruzamos nuevamente en barco, el calor nos pasa factura, paramos en un bar cercano sin aire acondicionado pero con buena pinta, pedimos unas cervezas y decidimos pedir algo para comer, la verdad, otra cosa que comenzamos a intuir es la baja calidad de los platos en general, pero como tenemos mucho calor, apenas si nos entra mucha comida.


Con las pilar cargadas y con la caída de la tarde seguimos caminando hacia el famoso malecón, la vida en la Habana nunca cesa, transeúntes y vehículos de todo tipo coexisten sin orden alguno, todo parece caótico pero a la vez todo el mundo parece estar alerta, cada uno con su función, es decir, cuando alguien se te acerca normalmente lleva un rato observándote, posiblemente te ha escuchado hablar e intenta descifrar si eres Español, Argentino etc, normalmente para comenzar una conversación con algo de familiaridad, en plan - oye amigo yo estuve en la calle más larga de Madrid en la calle Alcalá- ja ja en cuanto tiras un poco de la manta y repreguntas tú te das cuenta que no ha pisado la ciudad en su vida....


El malecón....qué decir del malecón, pues bueno, digamos que es una especie de paseo marítimo venida a menos, y es que esta ciudad -a pensar de lo que pueda parecer- tiene posibilidades, su arquitectura es única, sólo que está hecha polvo, pero sin duda tuvo su época de esplendor y porque no, quizás algún día vuelva a tenerla....en fin, el paseo por el malecón duro poco, hasta que no aguantamos más a los cientos de moscones que acudían como si fuéramos mil....regresamos a la casa de Maricela a la que habíamos encargado la cena, cenamos y nos quedamos charlando largo y tendido, ésta es la buena generación de cubanos, de edad madura, cultos, trabajadores, pueden hablar de mil temas con el mayor de los sentidos comunes, resultaba muy agradable escuchar el punto de vista de la propia cuba y sus gentes por ellos mismo.

Comenzamos con el estupendo desayuno que nos preparan en la casa, abundancia de mango, zumos naturales de ensueño, bollos, huevos, café con leche, todo por 3 CUC, hay que decir que la mayoría de ellos no se puede permitir ese desayuno, especialmente los huevos, la leche también cuesta mucho conseguirla además tiene un sabor extraño, no malo, solo extraño....el desayuno por cierto lo preparaba el hijo de la casera, es curioso, tiene un sistema tal que de una casa de huéspedes comen varios, es decir la dueña de la casa gestiona, cobra, atiende, etc etc, luego normalmente cocina otra persona, normalmente otro familiar o una vecina o alguien allegado y lo mismo con la limpieza, en ocasiones se encargaba una tercera persona, trabajos todos ellos asumibles por una sola persona, ahora bien, quizás porque los cubanos son más solidarios y deciden repartir riqueza para que llegue a más personas o porque son vaguetes y no quieres afrontar todo el trabajo, seguramente es lo primero y nuestra mentes de occidentales capitalistas nos hacen pensar - yo lo haría todo y me llevaría todas las ganancias- je je...en cualquier caso nos pareció un sistema curioso y no parábamos de pensar ¡vaya, en Madrid nuestras madres no tienen dinero para que les hagan la comida o las limpien las casas! ¿Realmente vivimos también en occidente?


Esta noche hemos decidido salir a conocer el ambiente nocturno, muy al pesar de la dueña de la casa salimos a cenar a la habana vieja, ¡madre mía en que hora! Entramos en un restaurante de la calle Obispo después de haber repelido a más de 10 personas, una vez dentro pudimos comprobar que había 2 tipos de personas, turistas y jineteros, así que nos encontrábamos sentados intentando cenar hasta que en menos de 15 minutos el de la mesa de al lado junto con otro amiguete se gira y nos pregunta - amigo, ¿Qué te parece cuba? A lo que contestamos, cuba bien pero la gente no para de agobiarnos y queremos estar tranquilos, el tipo se molesto de inmediato y soltó - la palabra de un hombre tiene un valor incalculable- ja ja con todos los respetos, ¿cómo se valora la palabra de un hombre, qué cuesta, un intercambio de palabras? ¿100 CUC? ¿Invitar una ronda? En fin, tras un intento y ver que con nosotros no iba a poder ser, desistió y se giro mal humorado, siguió bebiendo ron a destajo y puso sus ojos en otro individuo...para colmo pedimos langosta y olía a amoniaco que tiraba pá tras, dijimos que nos la cambiaran y lo hicieron pero ya cenamos con la mosca en la oreja .....vamos, que no cenamos a gusto para nada, mucho mejor en una buena casa cubana con una buena conversación (con el valor que ello implica ojo), eso sí, disfrutamos de un agradable espectáculo de cubanos bailando y tocando que nos encantó, os dejamos una muestra de ello aquí.

Día 4, 20 de junio.

Comenzamos visitando el Vedado, ¡pero bueno! ¿esto qué es? Aquí cada barrio es una historia, el vedado es un barrio residencial mucho más enfocado para recibir turistas, las casas se encuentran muy bien conservadas, el agobio de las gentes es menor, hay locales de música en directo -jazz- muy chulos, a nuestra llegada nos entramos con un mercadillo de antigüedades muy agradable, allí encontraréis de inmediato el famoso Hotel Nacional cuyo estado de conservación es relativo, también está el famoso Coppelia y sus míticos helados etc etc...las calles son agradables de pasear, casas coloniales que se conservan en buen estado, aprovechamos para cambiar dinero en una casa de cambio, recordar que el horario es muy muy amplio de 10 a 12 de la mañana (2 horas) debe ser lo que llaman los mini Jobs, ah la anécdota es que tomamos una coca cola en un hotel para occidentales, sí sí, aquí sí hay coca cola no tukola ¿Qué curioso no?.


Dimos un largo largo paseo hasta llegar a un parque en el que hay un estatua en honor de Jhon Lennon, por el camino pasamos por varios hospitales con muy buena pinta la verdad.


Por la tarde y con un calor insoportable visitamos la Plaza de la Revolución (impresionante) el monumento de José Martí que consiste en un enorme torre con un mirador arriba, lo visitamos, desde allí puede vislumbrarse toda la ciudad, merece la pena, por cierto allí coincidimos con una chica de valencia que vivía en Venezuela y nos contó la situación en aquél país y la paranoia de la gente con la seguridad, fue interesante saborear el punto de vista la verdad.


Finalizamos la tarde en la Universidad de Derecho (buff qué caminata nos dimos) allí estudió Fidel y es un lugar cargado de historia, por fin un poco de normalidad, estudiantes mirando sus notas, unos dando saltos por haber aprobado, otros buscándose en las listas, en fin, ni rastro de acosadores ja ja...de repente nos sentamos a descansar en los jardines y se nos acercaron 2 estudiantes repartiendo unos panfletos, nos habían confundido con estudiantes de intercambio, hasta que se nos ocurrió decir que estábamos de visita, por primera vez nos engañaron, sin saber cómo comenzó una conversación muy interesantes con los chicos, rompió a llover y nos refugiamos los cuatro, mientras escampaba continuamos hablando, por primera vez parece que alguien quiere hablar con nosotros sin ningún interés material, nos preguntaron de la situación en España, nos contaron cual era su situación allí, cosas curiosas, de cómo se tenían que apañar para conseguir material etc -eso nos lo creemos la verdad- nos dijeron que su Internet éramos nosotros (los extranjeros) etc etc....tras media hora soltaron, aquí mismo hay un local donde se juntaban Fidel y otros de la revuelta, insistieron y comenzamos a pensar mal, efectivamente, sin darnos cuenta estábamos en un bar, en cuanto entramos el camarero los miró como diciendo pardillos a estribor, y prácticamente y casi sin haber entrado ya nos estaban preguntando que tomábamos (cosa bastante poco usual en Cuba) de inmediato contestamos -nada gracias ya nos marchamos- los chicos nos miraban anonadados así que decidimos darles un par de cuc más que nada para que no nos dieran el charlote.


Estamos seguros que mucha gente hubiera terminado tomando copas con ellos y diciendo eso es interactuar o mezclarse con las gentes de un lugar, creernos si os decimos que nos hubieran encantado pero por encima de eso está que piensen que eres un turista rico y tonto que no se entera de nada y al que pueden tangar, para nosotros eso es en sí una forma de desprecio y de falta de respeto, de haber ido de cara habríamos pagado más de una ronda, os lo aseguramos.

Regresamos y cenamos en la casa, esta noche vamos a tener el lujo de que Maricela nos prepare cocodrilo, sí, sí, cocodrilo y tenemos que decir que es un sabor entre pescado y pollo que nos gustó bastante, si tenéis oportunidad no dudéis en probarlo.

Estamos en el caribe así que llegó el día de acudir a la playa, tomamos un autobús enfrente del Capitol que nos llevó a una de las playas del este de la Habana, a Guanabo, en poco más de una hora encontramos una playas de lo más agradables, nada más bajar del autobús se nos acercaron personal de un chiringuito ofreciéndonos hamaca y algo que tomar, el atractivo precio hizo que aceptásemos la oferta, pillamos un par de hamacas y tomamos algún refresco y alguna cerveza cristal, también una piña colada. En fin, la sorpresa que encontramos fue la siguiente, playas atestadas ¿de turistas? Pues había alguno pero sobre todo cubanos, ojo, no es que los cubanos no puedan acudir a la playa, faltaría más, es que estában con hamaca, pidiendo ron a mansalva y langosta, como unos campeones, hasta las trancas se ponían, nos sorprendió bastante, más que nada porque se supone que no tienen apenas dinero ni medios ni nada de nada....¿el resto del día? Hombre, pues poco más que contar, día de playa flipando con la de botellas que se bebían sin hielo ni nada, a palo seco oiga...

De regreso nos encontramos con problemas que ya habíamos vivido en países de similares características, solo había un autobús y mogollón mogollón de personas, pero lo bueno de sitios como Cuba es que con pasta todo es posible así que paramos a un menda que iba para la habana y compartimos coche con una parejita de cubanos....

Por la noche en la casa comentamos la jugada con Maricela la dueña de la casa, nos explico que todos los cubanos que vimos en la playa son en su mayoría jineteros, que en cuanto reúnen unos pocos pesos se van a gastárselo en langosta y ron con alguna chica o amigo y que lo que les gusta es aparentar y no les importa gastarse en un día todo lo que han reunido. Por otro lado, la generación de Maricela no es así, su hijo tampoco, ellos dan la sensación de vivir conforme a sus posibilidades y de ahorrar en la medida de lo posible, eso sí no en los bancos ja ja.....


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