La habitación de Emma Donoghue

Publicado el 27 septiembre 2013 por Hsusurradas @HSusurradas


La habitación
Autor: Emma Donoghue    Género: Narrativa
Editorial: Alfaguara     Publicación:  2010ISBN:9788420406619           Precio: 21,00€
Para Jack, un niño de cinco años, la Habitación es el mundo entero, el lugar donde nació, donde come, juega y aprende con su madre. Por la noche, Mamá lo pone a dormir en el Armario, por si viene el Viejo Nick. La Habitación es el hogar de Jack, mientras para su madre es el cubículo donde lleva siete años encerrada, secuestrada desde los diecinueve. Con gran tesón e ingenio, la joven ha creado en ese reducido espacio una vida para su hijo, y su amor por él es lo único que le permite soportar lo insoportable. Sin embargo, la curiosidad de Jack va en aumento, a la par que la desesperación de su madre, que sabe que la Habitación no podrá contener ambas cosas por mucho más tiempo

A pesar de que en últimos años han salido a la luz escalofriantes casos de secuestros y cautiverios de mujeres, la siguiente novela no resulta menos impactante. Posiblemente porque esta historia obliga a abrir los ojos y enfrentarnos, sin anestesia, a un relato sobrecogedor que refleja una realidad abrumadora de un modo que quebranta el carácter frío, irreal y lejano que ofrece una noticia en los medios de comunicación.
Así da inicio "La habitación", relatando el drama vivido por una madre y un hijo, fruto de las violaciones de su raptor, recluídos en un espacio no mayor a tres metros cuadrados. Siete largos años de confinamiento a bordo de una montaña rusa de emociones: miedo, rabia, odio, desconcierto y la amarga resignación.
Su sonrisa y esperanza es Jack, el pequeño de cinco años que nos narra en un tono inocente y tierno cómo transcurren sus días. Desde que se despierta, desayuna y da paso a una marcada rutina; leer, hacer gimnasia, dibujar, jugar con sus escasos juguetes, cantar, escribir, ver los dibujos... hasta la hora de ir a la cama, instalada en la oscuridad de un armario, oculto a los ojos del diablo que visita a su madre por las noches, denominado el viejo Nick. Ese es su mundo y el único que conoce. Nadie le ha hablado de lo que hay más allá de la claraboya, la única ventana a la libertad.
Podéis imaginar que durante toda la lectura he sentido un opresivo nudo en el estómago. La historia de por sí no deja indiferente, pero menos el contraste que encontramos entre madre e hijo. Mientras que ella se ahoga en la celda que la retiene y desea escapar del hombre que abusa de ella y se cree su dueño y salvador por mantenerla, Jack no sueña con más de lo que conoce.
Cuando son niños pequeños los protagonistas, suelo discrepar con la edad y el perfil que ofrecen. En esta ocasión no ha sido diferente, no obstante, aunque más maduro, muestra la misma impaciencia, ingenuidad y arrebatos que el resto de niños de su edad. Pero sobre todo, el apego por su habitación. Su casa.
El libro está divido en dos partes y en cada una de ellas son muchas las reflexiones que podemos extraer. [Spoiler] Si es difícil vivir privada de libertad y asumir todo el tiempo robado, también lo es descubrir un mundo paralelo y distinto y que te arranquen de él. Sin embargo, el ansiado rescate no es el punto y final a un escabroso capítulo, es el principio de muchas secuelas.
La autora sorprende con una narrativa ágil dotada de una sensibilidad exquisita, sirviéndose de unos ojos que sin intención alguna maquillan la verdad. Se demuestra en el final, que no podía ser de otra forma y es sencillamente emocionante el mensaje que simboliza. Supongo que no es necesario señalar lo mucho que me ha gustado, diría incluso que es una lectura obligatoria. Aunque no negaré que algunos personajes me han gustado más que otros, al igual que algún aspecto me ha parecido cogido con pinzas.
En definitiva, una lectura que emociona y nos ayuda a tomar consciencia del papel que tiene la sociedad en estos casos. Incluso para los que tienen un férreo control de sus emociones será difícil contener alguna que otra lágrima. Una novela que deja huella, cuesta digerir que existen personas tan crueles.