La habitación nº 26.

Publicado el 07 mayo 2012 por Bypils @bypils

En la habitación nº 26…

“Me siento triste. Mi tristeza contamina todas las zonas de mi alma y se expande. Se hace grande , gigantesca…A veces, es tan grande que no sé como gestionarla. No me cabe.

Tengo un miedo terrible a explotar. Ese día,  en el que mi tristeza sea tan descomunal que presione las paredes de mi alma y de mi cerebro, sé que estallaré. Los mil pedazos de mi tristeza rota, saldrán desperdigados hacia todos los lugares. Puede que mi tristeza llegue, incluso a la luna…

 Lo de explotar, me preocupa de verdad. A veces pienso que lo que haré será implosionar pero no puedo estar segura. Si me voy hacia afuera, desgraciadamente mis gajos de tristeza  , propulsados por la explosión , pueden tocar a muchos. No quiero que mi tristeza toque a nadie….En cambio, si implosiono, me replegaré en mil recovecos hasta desaparecer. No sé si será más o menos doloroso que saltar por los aires pero creo que sería la forma más responsable…No quiero que nadie se contagie.

No puedo controlar esta tristeza. Ni siquiera cuando soy feliz, consigo vaciarme de ella. Siempre está ahí, acumulativa. Haciéndose grande y fuerte.

Noto que ya estoy rebosante. Una de estas, será la gota que colmé el vaso y entonces…o explotaré o implosionaré. Siento toda esa energía que se acumula y que tensa, tensa, tensa…”

(…)

-. Sé que es científicamente imposible pero, ¿es posible que la paciente de la número 26 se esté haciendo más…pequeña?

-. ¿Pequeña? ¿Qué quieres decir?

-. No sé. Está igual: mide lo mismo, pesa lo mismo pero…me parece …diminuta. ¿Te has fijado que duerme hecha un ovillo?

-. Yo también lo hago, no sé que tiene eso de raro.

-. No, fíjate. Se enrosca, pies y cabeza, protegiéndose con las manos, de una forma especial. Casi parece una contorsionista.

-. Ya me fijaré. Tengo guardia esta noche… La nº 26 me despierta  especial  ternura…Siempre que coincido con ella…No sé…Tiene algo… No entiendo por qué está aquí. Según el historial, sufre de delirios …Dice que va explotar…Ha puesto su vida en peligro en varias ocasiones…

-. ¿Y por qué no la vacían? Cualquier día , tenemos un disgusto…¿No se la puede obligar?

-. No acepta el tratamiento. Ya sabes que es voluntario. Sólo te pueden vaciar de tu tristeza, con tu consentimiento. Hay gente que prefiere no perder los escasos buenos momentos de la vida y elige que no la vacíen. Supongo que en unos años, se podrá vaciar la tristeza sin que te tengas que quitar, también, la felicidad acumulada. Se están haciendo grandes avances .Lo he oído en el laboratorio…

-. No sé. Tengo la sensación de que no le queda mucho tiempo. Está a punto de rebosar…

(…)

La técnico-cuidadora se deslizaba por el pasillo de la Planta 7, con especial sigilo. Era la tercera ronda de la noche y sabía que sus pacientes disfrutaban de un sueño profundo. Respetaba esas horas de calma y serenidad de los espíritus que , en la vigilia, se veían perturbados por la tristeza. Mientras dormían, estaban en paz.

Tras comprobar que todos dormían apaciblemente, volvió sobre sus pasos, hacia la habitación nº 26. Su compañera tenía razón: aquella joven estaba menguando… Era todo lo contrario a lo establecido por las leyes de la naturaleza  tristológica: la tristeza hincha . Te agranda. Te puede hacer explotar pero…¿menguar?

(…)

 “Siento que me encojo. Ya está. Estoy a punto. No quiero que nada me haga olvidar esa sonrisa, ni esa mirada. Es mía y sólo mía y no quiero que desaparezca jamás. “

(…)

La técnico-cuidadora abrió la puerta de la habitación nº 26 con delicadeza. Al dirigir su mirada hacia la cama de la paciente, sintió que algo no iba bien. Lo que le pareció oír en ese momento, según especifican los informes, fue un suspiro seguido de una suave carcajada. Sintió, también, una brisa perfumada, agradable. No supo identificar aquel aroma.  Declaró que la habitación estaba vacía. Se precipitó hacia la cama y movió las sábanas que se mostraban huecas y sin volumen. Especifica que al realizar esa acción, notó como algo pequeño y brillante, del tamaño de un guisante, caía en el suelo. Emitió unos preciosos destellos, durante unos segundos y desapareció.

No se supo nada más de la paciente nº 26. Se comunicó su desaparición a las autoridades pertinentes y se procedió a eliminar los datos de su expediente.

(…)

La técnico-cuidadora que ese día, estaba de guardia en la Planta 7, debe realizar una sesión de vaciado.Ya le toca…

Nadie sabe por qué no ha acudido a la cita. No duele y te deja como nuevo. Vacío pero como nuevo….

Hace tiempo que no saben de ella. Se acogió a una excedencia y apenas ha tenido contacto con el Centro…Todos saben que algo ocurrió en la habitación nº 26 …

(…)

No se va a vaciar…. Ya está decidido. Convivirá con sus tristezas …No sabe explicar qué es lo que pasó  en la habitación nº 26 y por eso, no lo mencionó en la investigación pero, por unos instantes, disfrutó de una intensa sensación de felicidad, plena, que la dejó conmocionada. A su mente acudió una imagen : una sonrisa, después…una mirada. Fueron unos instantes, ridículos, diminutos , al compás de un simple destello pero sintió como su cuerpo absorbía aquella sensación y la hacía suya.

Ya han pasado más de tres meses desde aquel suceso y debería haberlo olvidado pero , de forma increíble, ha conseguido rememorar “ese” instante en varias ocasiones y apreciar, aunque sea de refilón, esa felicidad deliciosa. Son pequeñas dosis , muy pequeñas, pero ya sabe que no va a poder renunciar a ellas…

En algún lugar,  hay una sonrisa, hay una mirada que le pertenece…