La habitación roja en la Sala Penélope (Madrid). Fotografías Isabel L. Marrupe
Después de más de una década en el panorama musical independiente La habitación Roja con su último disco “Fue eléctrico” ha conseguido el reconocimiento general de la crítica. Ayer, 9 de febrero, se subieron al escenario de la Sala Penélope de la capital para demostrar porque ha sido elegido mejor disco del año y regalarnos uno de esos conciertos difíciles de olvidar.
Una sala abarrotada, hacia días que habían colgado el cartel de entradas agotadas para su cita madrileña. Un ambiente propicio para lo que se iba a vivir esa noche con un público diverso, desde sus seguidores más veteranos hasta los más jóvenes que han conocido a este grupo valenciano por canciones como Ayer o Indestructibles. Todo estaba preparado para recibir a uno de esos grupos que se ha hecho así mismo y que con trabajo, talento y dedicación han conseguido hacerse un hueco en el panorama nacional.
Así fue el público estalló con los primeros acordes de El resplandor, de su último disco. Sin descanso los valencianos siguieron presentándonos Fue eléctrico, con Siberia y la coreada Annapurna, una de sus últimas joyas que nos aseguran que este grupo se encuentra en uno de sus mejores momentos. Jorge Martí, cantante del grupo, tras esta introducción descansó unos segundos para dar las gracias y saludar a los asistentes y adelantarnos que sería una noche especial donde habría hueco para sus trabajos anteriores y “las peticiones que muchos de vosotros nos pedís a través de facebook o twitter” comentó Jorge.
Los acordes de Febrero daban paso a estos regalos que los valencianos nos tenían preparados. En realidad muchas de sus canciones han sabido hacerse un hueco en nuestras vidas de ahí que estuviésemos ante mucho más que un concierto. Siguieron Universal, Cuando te hablan de mí o Segunda oportunidad, uno de los momentos estelares de la noche. El público vibró al son del ritmo de la batería como si todos los que estuviésemos allí formáramos parte de la canción.
El ecuador del concierto había llegado pero en el ambiente no se respiraba ni áspide de cansancio después de más de una hora cantando, bailando y saltando. Sino todo lo contrario, parecía que la fuerza, el entusiasmo aumentaban. Lo podías ver con tan solo girar tu mirada a tu alrededor ver las caras de la gente que te rodeaba, sentían lo que cantaban y escuchaban.
Nunca ganaremos el mundial, Indestructibles, El eje del mal y Voy a hacerte recordar completaron la segunda parte del concierto hasta llegar al final que como no podía ser de otro modo una gran noche debía cerrarse con una gran canción, la canción del año, Ayer. La sala por completo acompaño con su voz toda la canción y así disfrutar de uno de esos momentos únicos que no se repetirán.
El público madrileño incluso antes de que los valencianos abandonasen el escenario ya pedían un bis que no tardó en llegar. Norge, Días de vinos y rosas, 23 y Razón universal fueron las elegidas para poner fin a casi tres horas de puro arte.
Isabel L. Marrupe
Estudiante de periodismo inconformista y algo soñadora. Construyo un mundo con pequeños detalles, donde la fotografía y las letras son los grandes protagonistas.
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