La hambruna después de Market-Garden

Por Grisom_es @JuanjoOrtizCruz
Apenas tres meses después del desembarco aliado en Normandía, el 17 de septiembre de 1944, comenzó la “Operación Market Garden”, la mayor operación aerotransportada llevada a cabo por los Aliados, formada por unos 35.000 soldados al mando del mariscal británico Montgomery. El objetivo era tomar los puentes hasta el de Arnhem sobre el Rin y facilitar la invasión de Alemania (Market). Había que llegar a Berlín antes que los soviéticos, que avanzaba por el norte para terminar la guerra antes de fin de año.
El plan fue un fiasco. Entre otras cosas porque en Arnhem se encontraba el II Cuerpo Panzer SS. Además, los alemanes conocían parte de las acciones aliadas tras capturar al espía doble holandés Christiaan Lindemans y las unidades terrestres (Garden) del XXX Cuerpo de Ejército Británico se encontraban a demasiada distancia. Con numerosas bajas de británicos, estadounidenses y polacos, las tropas de Montgomery se retiraron el 25 de septiembre. La población sufrió las consecuencias. La derrota de las tropas aliadas trajo meses de oscuridad y miseria.
La ocupación nazi se había dedicado al expolio desde 1943. La llegada de las fuerzas aerotransportadas aliadas en 1944 supuso un nuevo saqueo. Sin suministros, los soldados tuvieron que alimentarse con lo que encontraron. Después fue el peor.
Las autoridades alemanas ordenaron la evacuación masiva de los 150.000 habitantes de Arnhem con la idea de encontrar a los miembros de la resistencia y a los soldados aliados que se habían quedado aislados. Las casas se fueron desalojando con una violencia extrema. Los habitantes salieron a pie de la ciudad, identificados como no combatientes con un trozo de tela blanca en el brazo. Cuando la ciudad quedó vacía los alemanes saquearon la ciudad.
Seyss-Inquart, gobernador nazi de los Países Bajos, ordenó después el bloqueo de alimentos a la zona todavía controlada por la Wehrmacht. Quería castigar el apoyo que los ciudadanos de Arnhem habían dado a los paracaidistas aliados, además de la huelga de los ferroviarios con la que esperaban paralizar el transporte de tropas alemanas, con lo que ayudarían a los aliados. Ese fue el “Hongerwinter” (Invierno del Hambre). Cuando el transporte de alimentos se levantó parcialmente, en un invierno más frío de lo habitual, los canales se habían congelado y no era posible el paso de barcazas. En su retirada, además, el ejército alemán voló los diques y el país se inundó y heló.
A finales de noviembre las raciones diarias de los neerlandeses habían caído a mil calorías, lejos de la cantidad recomendada de 2.500-3.000 para hombres y 2.000-2.500 para mujeres, y en febrero de 1945 habían descendido hasta las 580 calorías. Las raciones estaban de dos rodajas de pan, un par de patatas y con suerte un poco de azúcar, luego se fueron reduciendo.
La gente andaba decenas de kilómetros para realizar trueques en las granjas y comenzó a comer los bulbos del tulipán y remolacha. No había combustible, por lo que los neerlandeses quemaron sus muebles, traviesas del tren, vigas y cualquier cosa que les calentara. Las muertes por frío e inanición llegaron a las 20.000 personas, un caso único en un país avanzado, educado y moderno.
En abril de 1945 la aviación aliada comenzó a lanzar alimentos sobre los Países Bajos. Fue la “Operación Maná”, a la que siguió la “Operación Chowhound”. Suecia envió miles de sacos de harina con los que la población cocía pan, al que llamaron “pan sueco”.
Las mujeres embarazadas fueron de las más vulnerables y los niños concebidos durante ese invierno, entre 1944 y 1945, han padecido más diabetes, enfermedades cardiovasculares, obesidad y otros problemas de salud que los nacidos en fechas anteriores o posteriores, así como su mortalidad a partir de los 68 años era un 10% superior. Estudios posteriores también revelaron que los bebés del hambre tenían mayores índices de esquizofrenia, unos resultados que concordaron con una investigación similar sobre las víctimas de una hambruna en China a finales de la década de 1950. También se pudo observar que  la capacidad cognitiva de esos niños del invierno del hambre decrece más rápidamente que el promedio por lo que eran más propensos al desempleo.
Arnhem fue una de las ciudades que más sufrió la represión a través del hambre y el frío.
Una víctima del Hongerwinter fue la actriz Audrey (Kathleen) Hepburn. Su familia se trasladó a Arnhem en 1939 cuando Audrey tenía diez años. Ya en la edad adulta recordaba los fusilamientos de miembros de la resistencia en Arnhem, entre los que estuvo su tío, y el envío de judíos en tren a los campos de concentración y exterminio. Con el bloqueo nazi sufrió la hambruna, lo que le provocó anemia, depresión y dificultades respiratorias que padeció durante toda su vida.
A pesar de los numerosos estudios sobre la hambruna que sufrieron los Países Bajos, no hemos aprendido y el mundo ha seguido y sigue mirando para otro lado ante el hambre en el mundo.
Hongerwinter
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