"No nos preguntamos qué propósito útil hay en el canto de los pájaros, cantar es su deseo desde que fueron creados para cantar. Del mismo modo no debemos preguntarnos por qué la mente humana se preocupa por penetrar los secretos de los cielos...”Johannes Kepler. Misterium Cosmographicum.La bóveda celeste, plagada de recuerdos del antiguo y salvaje reinado de los dioses del Olimpo, también recuerda en la actualidad a Galileo Galilei. Satélites galileanos (Io, Europa, Ganímides y Calisto) un cráter en la Luna y otro en Marte llevan su nombre y el satélite 697 se denomina Galilea. Pero en Venus –planeta del Amor- un astroblema (cráter) de 96,6 km de diámetro lleva el nombre “María Celeste”...cariñoso reconocimiento de la astronomía moderna a la Hija del primer científico de la historia.
Virginia, la hija mayor, tomó el velo en 1616 y escogió en esos momentos llamarse Sor “María Celeste”, por devoción a la Virgen María y Celeste, en celebración al descubrimiento de las primeras fisuras en el cielo para ver las estrellas de su padre.
A la muerte del astrónomo, filósofo, matemático y físico Galileo Galilei, fueron encontradas 124 cartas escritas por Virginia, desde 1623 a 1634. Esta correspondencia –cuidadosamente conservada- no sólo ayudó a conocer íntimamente al hombre que el Santo Oficio condenó por herejía, también son el único recuerdo de una Hija excepcional.
Desde su claustro, Sor María Celeste compartió los descubrimientos y publicaciones de su padre," la visión" de esos ojos que miraban al cielo a través de sus telescopios, la primera ley del movimiento, el determinado apoyo al copernicanismo, el rechazo a las ideas aristotélicas. ¿Qué opinaba esta religiosa, atrapada no sólo en un convento, también entre las ideas contrapuestas de sus dos amores, la iglesia y su padre? ¿Qué sintió cuando la Inquisición juzgó y castigó a Galilei por defender la teoría heliocéntrica y fue obligado a reconocer públicamente un error que no era un error?
“Yo, Galileo Galilei, he abjurado con lo antedicho de mi propio puño”.Sentencia: “Decimos, proclamamos, sentenciamos y declaramos que vos, Galileo, en razón de las cuestiones que ha sido expuestas en el juicio y vos habéis confesado, según el veredicto de este Santo Oficio, sois declarado altamente sospechoso de herejía principalmente por haber sostenido y creído en la doctrina, que es falsa y contraria a las Sagradas Escrituras, de que el Sol es el centro del mundo …”
Sor María Celeste estaba acorralada entre la Fe a su Iglesia, albacea de la Verdad, depositaria de Dios y vínculo de la humanidad con Jesucristo… y la ciencia. La Mujer “de exquisita mente y singular bondad” según escribió Galileo, sólo se permitió un momento, antes de morir en abril de 1634, para suplicar por sí misma:
"¡He dudado y por esa duda Dios podrá castigarme!".La hija de Galileo murió creyéndose hereje, dudando de la inmovilidad de la Tierra y de que todos los astros giraban a su alrededor. En oposición a la soberbia de su tiempo, María Celeste no renegó de su Fe, pero tampoco de los hechos de la ciencia. Con humildad, sensatez e infinito amor concilió ambos, en un gesto de Paz para el descanso de su padre y los tiempos venideros.
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Para Alyx Faderland, con todo cariño. ¡Muchas Gracias por presentarnos este personaje!
Nota 1: El papa Juan Pablo II pidió perdón por los errores que hubieran cometido los hombres de la Iglesia a lo largo de la historia. En el caso Galileo propuso una revisión honrada y sin prejuicios en 1979, pero la comisión que nombró al efecto en 1981 y que dio por concluidos sus trabajos en 1992, repitió una vez más la tesis que Galileo carecía de argumentos científicos para demostrar el heliocentrismo y sostuvo la inocencia de la Iglesia como institución y la obligación de Galileo de prestarle obediencia y reconocer su magisterio, justificando la condena y evitando una rehabilitación plena. Fuente:Wikipedia.
Nota 2: Las cartas que escribió Galileo Galilei a su hija –única posesión terrenal de María Celeste- fueron aparentemente incineradas por la abadesa del convento por temor a represalias de la iglesia. El diálogo entre padre e hija pasó a la historia como un monólogo. Fuente Galileo´s Daughter.
Nota 3: Las cartas de Sor Celeste se encuentran encuadernadas en un solo volumen y residen entre los “Manuscritos raros” en la Biblioteca de Florencia. Aún se pueden leer con claridad. Fuente Galileo´s Daughter.