La filósofa autodidacta
Marie Le Jars de Gournay nació en París el 6 de octubre de 1565. A pesar de pertenecer a una familia noble, las guerras de religión que asolaron el país en aquellos años los habían sumido en la miseria. La falta de dinero no fue un obstáculo para que la niña inquieta y ávida de saber que a buen seguro era la pequeña Marie aprendiera latín, física, geometría o historia. Lo hizo de manera autodidacta, como, por otro lado, hicieron muchas mujeres de su tiempo. La hija adoptiva espiritual En 1588, cuando Marie tenía veintitrés años, conoció al filósofo Michel de Montaigne. Ella conocía su obra desde hacía tiempo y quedó impresionada ante aquel humanista. Un sentimiento que resultó ser mutuo. Montaigne se convirtió no sólo en admirador de las ideas de Marie sino que la alentó a escribirlas y publicarlas, algo totalmente revolucionario para su tiempo.