“No habrá dinero para sostener la protección social si la dejemos como está“. Esta frase corresponde al titular de una entrevista concedida por la Consejera de Empleo y Asuntos Sociales del Gobierno vasco, Gemma Zabaleta, al diario El Correo. Sentencias tan lapidarias como ésta encierran un riesgo grave, en la medida en la que contribuyen a difundir la percepción de que la protección social puede ser excesiva o bien las personas que cobran ayudas de emergencia o la renta de garantía de ingresos no siempre quieren trabajar. Puede que me equivoque, pero detecto en el PSOE de Euskadi un interés manifiesto, compartido por otras instituciones, en transmitir la idea de que habría una gran bolsa de fraude en las solicitudes de protección social. No dudo de que existan casos concretos que deben perseguirse y subsanarse, pero no deja de ser casual que quienes difunden estos mensajes callen, en cambio, ante el fraude fiscal, amparen las pensiones públicas de 80.000 euros anuales para Felipe González y José María Aznar, financien con fondos del Estado la avaricia y la prepotencia de la banca, potencien los abusos de la patronal y el capitalismo sobre la dignidad y los derechos de las personas,…… Es, una vez más, la hipocresía del poder, que aprovecha los momentos de crisis para recortar las políticas de protección social, con la falsa excusa de que sus receptores, en gran parte, no las merecen, y con el falso argumento de que no hay fondos económicos suficientes. Por rsupuesto, nadie habla de apostar por una política fiscal justa y progresiva o limitar los beneficios de escándalo de la patronal y la banca, que mientras la ciudadanía cada día es más pobre y vulnerable, ellos cada día son más ricos y fuertes.