La hipótesis del tiempo fantasma

Publicado el 17 marzo 2022 por Snow30759

De  seguro cuando leíste el título de este artículo pensaste que era una historia, de esas de terror que publico por ahí, creíste que iba a hablar de fantasmas que se ocultan en las sombras y atormentan a los vivos pero no es así. De hecho "La hipótesis del tiempo fantasma" es una curiosa teoría de un historiador alemán que defiende que los años que transcurrieron entre el 614 y el 911 nunca existieron y que los hechos históricos que se atribuyen  a este período son malinterpretaciones o históricas falsificaciones que se hicieron con posteridad. 😐

 Vamos por partes:

  Según el Hebert Illiq, (el historiador alemán), el emperador Otto II, el Papa Silvestre II y tal vez el

Emperador Bizantino Constantino VII quisieron vincularse al tan significativo número del año 1000 y modificaron tanto el calendario como el sistema de datación y en el proceso reescribieron parte de la historia a su beneficio.

 Aceptar esta teoría implicaría abrazar la idea de que personajes de la talla de Carlomagno (768-814) no existieron  o acontecimientos como la conquista árabe de le península ibérica (711) no sucedieron en el tiempo o forma que nos han contado. Sería un cataclismo enorme para nuestra historia y nuestra vida en general, pues de hecho no nos encontraríamos en el 2022 sino en 1722, pues deberíamos  eliminar casi 300 años de historia "ficticia"😶

 Las razones de la teoría:

  Aunque se pueda pensar lo contrario y suene a locura, los defensores de esta hipótesis no son pocos y presentan disímiles argumentos que  según ellos apoyan sus alegaciones. Algunos de ellos son: 

  •  Existen muy pocos restos arqueológicos que se puedan datar con seguridad en ese período específico, por lo que casi la totalidad del conocimiento que tenemos de esa época se basa en fuentes escritas, que según Herbert se escribieron en diversas ocasiones muchos años después, tergiversando los hechos y ofreciendo fechas erróneas.
  •  La posteridad ha demostrado también que diversos documentos importantes datados en la época habían sido falsificados por cuestiones políticas y no correspondían a dichos años.
  • El estancamiento en el desarrollo artístico respecto al período romano.
  •  La desincronización del calendario que se reformó en 1582. Cuando se realizó la reforma se consideró que había una desincronización de 10 días, que se hicieron "desaparecer" para acabar con las discrepancias. Según Illing dicho calendario debería haber producido una discrepancia de 13 días y no de 10, por lo que considera que no se tuvieron en cuenta tampoco las 3 centurias "fantasmas".

   Los pilares en su contra:



  No podía ser de otra forma, cuando se alza una teoría tan polémica por supuesto que levantará argumentos que refuten su validez. Dichos argumentos son varios, pero consideraremos solo los dos principales.  Uno de los mas poderosos es que esta teoría es casi exclusivamente eurocéntrica, pues sus argumentos principales se vinculan a características solo aplicables al continente europeo e imposibles de extrapolar a otros lugares del mundo, donde se conservan vastos testimonios de la línea del tiempo que Illing alega que "no existió". Por ejemplo en China quedan valiosos restos que son testimonio del estudio de la astronomía durante la dinastía Tang ( 618 - 907), o la aparición de la religión islámica, datada en el año 622, con toda la revolución cultural, artística y política que trajo consigo y la enorme extensión que logró entre aquel año y el 911, cuando se plantaron a las puertas de Francia, habiendo conquistado grandes zonas de Asia y el norte de África por el camino.  Por otro lado, es difícil aceptar que absolutamente todos los documentos y personajes históricos de 300 años fueron falseados, aunque dos emperadores y un papa se empeñaran en ello, es un pensamiento que difícilmente se sostiene. Por mucho que estas autoridades hubiesen querido imponer su "salto temporal" es casi imposible que convencieran al resto de Europa para crear dinastías, hechos político- militares y acontecimientos de todo tipo que encajaran con la datación que habían inventado.
 En fin, que por mucho escepticismo que exista sobre los métodos de datación utilizados en restos de esta época, las herramientas que se han empleando, aunque no son absolutamente exactas no tienen un margen de error de siglos, como tendría que serlo para que todos los restos que se conservan estuviesen tan mal datados que otorgaran la razón a Herbert.
 El nombre es tan atrayente como el título de una novela de terror, pero la teoría es casi igual de ficticia. Sus argumentos son endebles y aunque suena fascinante el nombrecito, está muy lejos de probarse que vivimos actualmente en el siglo XVIII.