La Hispania Romana

Publicado el 25 junio 2012 por Monpalentina @FFroi
Recientemente el Hogar Castellano-Leonés de Cataluña organizó un encuentro sobre lo que supuso, bajo una mirada histórica, artística y cultural, la ocupación romana de España y, más concretamente, de Castilla y León.
Dos buenos amigos han sido los encargados de presentarla:
Juan Manuel Macho, que ya intervino en la sección "Curiosón invitado" y el abogado José Luis de Mier, trabajo que presentaremos en cinco partes, reservando para las primeras semanas de septiembre, una mirada especial a la Explotación de las minas de oro de Las Médulas (León), al Yacimiento Arqueológico de Tiermes (Soria) y al Acueducto de Segovia.
Espero y deseo que lo disfruten.



Poco después de derrotar a los cartagineses en la península, Roma decidió incorporar a sus dominios los territorios bajo su control militar, que por entonces incluía todo el levante desde Ampurias a Cartago Nova y la casi totalidad de Andalucía, tanto el valle del Guadalquivir como la zona de las cordilleras béticas y Sierra Morena al norte. Dicho territorio fue dividido en dos provincias separadas por una frontera que discurriría desde el oeste de Cartago Nova hacia el norte, debiéndose repartir los territorios conquistados desde entonces entre ambas provincias. A una provincia la llamaron Ulterior (la más alejada de Roma) y a la otra, Citerior (la más cercana a Roma). El territorio que cada una de estas englobaba fue variando con el tiempo, a medida que Roma conquistaba nuevos territorios ibéricos.
Así durante los primeros sesenta años del dominio republicano sobre las provincias hispanas, desde la división de 197 a. C. hasta el fin de las Guerras Lusitanas y Celtibéricas 137-133 a. C. aproximadamente, las provincias se mantuvieron más o menos estables englobando cada una:
  • Hispania Ulterior: Actual Andalucía en su totalidad, partes del sur de la actual provincia de Badajoz y de la Mancha, así como el suroeste de la actual de Región de Murcia. Posiblemente también englobaría las zonas portuguesas al este del Guadiana (Moura, Serpa, etc.) y el Algarve. Su capital fue fijada en Cordoba.
  • Hispania Citerior: Norte y este de Murcia, gran parte de Castilla la Mancha, incorporada a lo largo de este periodo, la zona valenciana, Cataluña, el Ebro y el Pirineo aragonés, también incorporado durante estos años. Su capital fue Tarraco.
Al finalizar las guerras Celtibéricas y Lusitanas, el dominio romano sobre Hispania fue ampliado sustancialmente: Extremadura y la mayor parte de Portugal (al sur del Duero) fueron incorporados a la Ulterior, con lo que quedaban conformados los territorios de las dos hispanias ulteriores que se crearon en época augustea, la Baetica en los territorios más antiguos y romanizados de Andalucía y la Lusitania en los recién incorporados territorios de Extremadura y el Portugal al sur del Duero, y a la Citerior se le incorporó buena parte de la submeseta norte. En los siguientes cien años de dominio romano, hasta la Guerra con los astures de Augusto, la frontera solo fue ampliada de manera muy limitada, añadiéndose al dominio romano tan solo los territorios que quedaban por incorporar al sur de la cornisa cantábrica.