La Historia Compartida – Arthur Conan Doyle

Publicado el 04 junio 2015 por César César Del Campo De Acuña @Cincodayscom

La Historia Compartida…Por César del Campo de Acuña

Sean bienvenidos una vez más a La Historia Compartida, la sección de www.cincodays.com dedicada a las breves biografías de las más variopintas personalidades de la historia. En esta nueva, y literaria entrega, les presento a otro de mis autores preferidos.

¿De quién hablamos?: de Arthur Ignatius Conan Doyle, conocido mundialmente como Sir Arthur Conan Doyle, un médico y escritor británico nacido el 22 de mayo de 1859 en Edimburgo, Escocia y fallecido el 7 de julio de 1930 en Crowborough.

¿Por qué paso a la historia?: Ha pasado a la historia de las letras y la ficción literaria gracias a ser el padre de Sherlock Holmes, el detective más famoso del mundo.

¿Sabías que…?: Se basó en El Quijote y Sancho Panza, así como en el médico forense Joseph Bell (profesor de Conan Doyle en la Universidad de Edimburgo donde cursó sus estudios de medicina) para crear a Sherlock Holmes y a su inseparable Watson.

Fue durante sus años en la universidad cuando comenzó a escribir historias cortas. En 1879 publica, antes de cumplir los 20 años, The Mystery of the Sasassa Valley en el  Chambers’s Edinburgh Journal. Pero no fue hasta 1891que comenzó a publicar en la revista Strand Magazine las aventuras de Holmes, siendo Estudio Escarlata el primero de los sesenta y ocho relatos que relatarían la carrera del frio e irónico detective.

Sherlock Holmes alcanzo tal fama que cuando Conan Doyle decidió que muriera en una de sus aventuras junto a su eterno enemigo el Profesor Moriarti en 1893, la presión a la que le sometieron los lectores le obligo a resucitarle en 1901 en la obra El sabueso de los Baskerville.

Como su personaje estrella, Arthur Conan Doyle practico el boxeo. Puede que no alcanzara el nivel de excelencia pugilística que poseía Holmes, pero eso no le privo de seguir practicando el citado deporte durante sus años universitarios y posteriormente. Por otro lado cabe destacar que Conan Doyle fue un escritor/medico muy activo en la práctica deportiva. Durante sus años en la universidad no solo practico el boxeo, sino que además jugo al rugby y al golf. Posteriormente jugo al rugby de manera profesional en el Portsmouth Association Football Club durante siete años (aunque tan solo jugó 10 partidos) y fue portero del primer equipo de futbol de la ciudad de Portsmouth, el Pompey. Aparte practico el cricket y ayudo a popularizar el esquí, siendo el primero que trajo el deporte invernal de Escandinavia a Suiza.

Algo que no mucha gente sabe es que no recibió el título de caballero por sus novelas de Sherlock Holmes. Arthur Conan Doyle fue armado caballero por el Rey Eduardo VII en 1902 por sus escritos patrióticos a favor de La Guerra de los Boers (una guerra en la que trato de luchar, pero fue rechazado como soldado por estar demasiado gordo, aunque si sirvió como médico voluntario en uno de los barcos que se desplazó hasta África) como La guerra en Sudáfrica de 1900.

Su patriotismo no terminaba sobre el papel. Cuando estallo la Primera Guerra Mundial trato de alistarse como simple soldado raso a los 55 años de edad argumentando que aún era fuerte y tenía una poderosa voz para hacerse oír en el fragor de la batalla. Fue rechazado cortésmente y paso a ayudar desde un punto de vista propagandístico en el esfuerzo bélico.

Su hijo Kingsley si lucho en la brutal contienda continental y falleció a causa de una neumonía que contrajo en el frente. La muerte de su hijo supuso un duro golpe para el escritor lo que le empujo a adentrarse más y más en círculos del Espiritismo fundado por Allan Kardec. Todos su estudios, escritos y esfuerzos relativos a este tema lo único que le granjearon fue enemistarse de por vida con el afamado ilusionista y anteriormente buen amigo, Harry Houdini. Entiendan que a pesar del escepticismo que su personaje más popular mostraba en sus aventuras, Conan Doyle llego a creer en que las hadas existían (de hecho les dedico un libro en 1921), por lo tanto no es de extrañar que creyera en este tipo de cosas.

Sus inquietudes políticas le llevaron a presentarse en dos ocasiones para el Parlamento (en 1900 y 1906) por el Partido Unionista. Aunque en ambas ocasiones recibió una considerable cantidad de votos nunca llego a ser electo. Por ejemplo en las elecciones de 1900 fue derrotado por el candidato del Partido Liberal, CM Brown. Brown recibió un total de 3,028 votos y Doyle 2,459.

Sir Arthur Conan Doyle no se limitó a escribir misterios, que en realidad resuelto algunos. Uno de especial interés para él era fue el caso de Oscar Slater (por el asesinato de Marion Gilchrist, una rica mujer de 82 años de edad, de Glasgow). Doyle aplica el “método de Holmes”, en el que descubrió nuevas pruebas, recordó testigos y cuestionó las pruebas presentadas por la fiscalía. Sus hallazgos fueron publicados como una súplica de perdón para Slater. Causó sensación y hubo peticiones para un nuevo juicio, pero fueron ignoradas por las autoridades escocesas. Slater desesperado y encarcelado envió de contrabando mensajes a Doyle desde la cárcel para que reavivara el caso y su interés en él. El autor entonces, escribió a los políticos y usó su propio dinero para financiar los gastos legales de Slater. Un político, Ramsay McDonald, informó al Secretario de Escocia que la policía y las autoridades judiciales se habían puesto de acuerdo para retener evidencias e influir en los testigos. Slater fue liberado de la cárcel con 6.000 £  compensación pero nunca lo compartió con Doyle.

Doyle murió sosteniendo una flor. El famoso autor murió el 7 de julio de 1930. Se desplomó en su jardín, agarrándose el corazón con una mano y sosteniendo una flor en la otra. Sus últimas palabras fueron para su mujer. Le susurró: “Eres maravillosa”

Algunas frases de Sir Arthur Conan Doyle:

  • La mediocridad no conoce nada más alto que sí misma, pero el talento instantáneamente reconoce el genio.
  • Ha sido durante mucho tiempo mi axioma que las pequeñas cosas son infinitamente lo más importante.
  • Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad.
  • Donde no hay imaginación, no hay horror.
  • Aunque la cadena es larga, cada eslabón suena a cosa cierta.

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