La Historia Compartida…Por César del Campo de Acuña
Sean bienvenidos una vez más a La Historia Compartida, la sección de www.cincodays.com dedicada a las breves biografías de las más variopintas personalidades de la historia. Hoy les voy a hablar de otro de los piratas más brutales de la llamada Edad de Oro de la Pirateria.
¿Por qué paso a la historia?: Edward Low pasó a la historia por ser uno de los últimos capitanes de cierto éxito en los años finales de la Edad de Oro de la Piratería y por el sadismo del que hacía gala con sus enemigos, prisioneros y miembros de su tripulación.
¿Sabías que…?: Como ya he mencionado, supuestamente nació entorno al 1690 en el barrio de Westminster. Creció en un entorno miserable en el seno de una familia de criminales. Analfabeto y peleón, Low se ganaba la vida con pequeños robos, estafas y juegos de azar. Charles Johnson, en su libro Historia general de los robos y asesinatos de los más famosos piratas señala que su hermano, Richard Low, fue ahorcado en 1707 por colarse en una casa en Stepney. Al crecer y viendo que sus pequeños hurtos comenzaban a convertirse en grandes robos que, más tarde o más temprano le conducirían hasta la horca, Edward Low se marchó al Nuevo Mundo a probar suerte en 1710 cansado de Inglaterra. Hasta establecerse en Boston, el joven Edward Low estuvo viajando durante tres años.
Una vez establecido contrajo matrimonio el 12 de agosto de 1714 con Eliza Marble en la Primera Iglesia de Boston. Tuvieron dos hijos. El primero, un niño, murió cuando aún era un bebe. El segundo, una niña a la que bautizaron con el nombre de Elizabeth, sobrevivió pero Eliza murió en el parto. Supuestamente el fallecimiento de su mujer siempre persiguió a Low lo que le llevo a tener una actitud indulgente tanto como con los hombres casados (a los que no obligaba a unirse a su tripulación cuando los capturaba) y con las mujeres (asegurándose que nunca fueran molestadas mientras estuvieran navegando en sus barcos y llevándolas a emplazamientos seguros).
En un principio trato de ganarse la vida honradamente como aparejador. A principios de 1722, o finales de 1721, se enrolo, junto a otros 12 hombres, en una empresa que les llevaría hasta Honduras en una balandra con el objeto de comprar un cargamento de madera que vender en Boston. Low se enrolo para cargar y descargar los troncos en el navío. Tras una jornada de trabajo de sol a sol, el capitán le informo que ese día no tendría derecho a su ración y que se tendría que contentar con un poco de ron. Low, cansado y tras años de reprimir los instintos que adquirió en el barrio de Wetsmister desenfundo su pistola de chispas y descerrajo un tiro al capitán. Debido a la imprecisión de las armas de la época, y a pesar de encontrarse a una distancia relativamente corta, herró el disparo y mato al marino que estaba justo detrás de su objetivo al destrozarle la garganta. Su revuelta no prospero, pero afortunadamente para Low y los hombres que estaban con el (entre ellos Francis Springs), no fueron entregados a las autoridades obligándoles solamente a abandonar la embarcación. Tras aquel revés, Low y sus seguidores robaron otra embarcación, matando a un hombre en el proceso, para dedicarse a la piratería. Fue el primer día que hondeo la bandera de Edward Low en la que se podía ver un esqueleto humano bañado en sangre.
Desempeño su actividad como capitán pirata frente a las costas de la Costa Este norteamericana, las Islas Azores y el Mar Caribe. Francis Springs se convirtió en su contramaestre en la guerra que Low entablo con el mundo. Dirigió una pequeña flotilla que llego a capturar más de 100 barcos siendo terriblemente eficiente y cruel. La mayor parte de sus presas terminaron en el fondo del mar y sus métodos de tortura e intimidación solo fueron superados por el terrible pirata francés Jean-David Nau, El Olones.
¿Cómo llego a la capitanía? Tras unas primeras capturas bastante hábiles frente a las costas de la Colonia de Rhode Island, las plantaciones de Providence y Port Rosemary, Low desplego trapo rumbo al sur, a las Islas Caimán, donde se unieron al capitán pirata George Lowther, el cual capitaneaba una balandra de 100 toneladas armada con 8 cañones y 10 cañones giratorios. Low se convirtió en su lugarteniente. Navegando junto a Lowther (el cual había perdido su embarcación a manos de unos nativos y ahora navegaba en una balandra llamada Ranger), capturaron un Bergantín, armado con 6 cañones, llamado Rebecca que le fue entregado a Low el 28 de mayo de 1722. Se separó, en buenos términos de Lowther, y empezó su empresa en solitario como capitán al mando de 44 hombres.
En junio de 1722 Edward Low regreso a Port Rosemary. A pesar de verse ampliamente superado en número, Low enarbolo su pabellón pirata y grito que no habría cuartel para nadie. La visión de aquella bandera negra con un esqueleto rojo y la promesa de Low fue todo lo que necesitaron los habitantes de Port Rosemary para rendirse. Saquearon todos los barcos que estaban en el puerto y se quedó con una goleta de 80 toneladas a la que, tras armarla con 10 cañones, bautizo como El Fancy. Evidentemente abandono la Rebecca. Antes de irse obligo a multitud de hombres a enrolarse en su tripulación. Philip Ashton, un marino que escapo de Low en mayo de 1723 tras ser capturado en el asalto, describió la experiencia como una experiencia terrible en la que fue constantemente golpeado, fustigado y encadenado por negarse a firmar/secundar el código pirata de Low. Por si saquear el puerto y las naves que allí fondeaban, así como obligar a muchos hombres a unirse a su tripulación, fuera poco, en un último acto de maldad Low mando al fondo del puerto a todos los barcos que allí echaban el amarre.
¿Pero qué torturas infligía Edward Low a sus prisioneros? Bien, según contaron testigos de las mismas, una de sus formas preferidas para hacer confesar a aquellos que tenían la mala fortuna de caer en su poder, era atar los dedos de sus manos fuertemente con una cuerda y luego prender fuego a esta hasta que las llamas se abrieran pasó hasta el hueso. En otra ocasión hizo izar a dos prisioneros atados por las muñecas hasta la mitad del mástil para luego dejarlos caer cuantas veces hicieran falta hasta que murieran. Por si esto fuera poco, Low no dudó en pasar a cuchillo a tripulaciones enteras, así como a cortar orejas y narices para lograr respuestas.
Anteriormente he mencionado que Edward Low tenía un código pirata y este estaba conformado por 12 puntos. La mayor parte de ellos hablan del desempeño a bordo del barco y de cómo se produciría el reparto del botín. También se detallan las actitudes y acciones que terminarían llevando al marinero a un castigo que sería decidido por toda la tripulación. Pero, hay un par de puntos interesantes. En el código de Low se recoge que cualquier marino que, durante su servicio, perdiera un miembro en combate seria compensado con seiscientas piezas de a ocho y podría permanecer en el barco todo el tiempo que él quisiera. Otro de los puntos llamativos era el que señalaba que el marino que avistara una vela en el horizonte se le daría las mejores armas para el inminente abordaje.
Aunque no dudaba en enarbolar su pabellón, otra de las técnicas que Low y sus hombres utilizaron fue izar pabellones falsos para engañar a sus presas. Pero, en una ocasión, aquella táctica le salió mal y le hizo sacar lo mejor de sí mismo, cuando se encontró con un barco de guerra en las costas de Terranova al que se aproximó por pura arrogancia. Tras aquello acabo en la Bahía de Concepción y después navego hasta Las Azores, islas donde se hizo con un impresionante buque de guerra al que llamo Rose Pink. De ahí marcho a las Islas Canarias y luego al Brasil Portugués, pero antes paro en el Caribe. Por aquel entonces se hacía llamar Comodoro pero demostró tener muy pocos conocimientos (y naves) para adueñarse de ese cargo. Mando carenar las naves (el Rose Pink y el Fancy) en las costas del Surinam. ¿Qué ocurrió? Que termino hundiendo el navío durante la maniobra. Murieron dos hombres y se perdió toda la carga, incluido, como es evidente, prácticamente todos los vivieres que tenían almacenados para futuras empresas. Tras aquel desastre, a bordo del Fancy y racionando la comida se hicieron con otra balandra en Trinidad y Tobago. Le dio el control de la nave a su fiel Francis Spriggs, el cual la rebautizo como Delight. Pero, tras una serie de desavenencias con Low, una noche Spriggs decidió soltar el amarre y huir con los hombres que le eran leales para empezar su carrera como pirata en solitario.
En 1723 Low capturo unas cuantas balandras más y se quedó con una a la que llamo Fortune. Durante el asalto, Low volvió a mostrar sus brutales métodos cuando le cortó la oreja a un marinero llamado John Welland por un botín de 150 miserables libras esterlinas. Tras aquella captura se hizo con el navío portugués Nostra Signoría de Victoria. El barco lleva en su interior un botín superior o igual a 15.000 libras esterlinas en oro pero el capitán portugués prefirió que el mar se tragara el botín antes de que terminara en manos de los piratas. Aquello no sentó nada bien al brutal Low, el cual ni corto ni perezoso, mando cortar y hervir los labios de todos los oficiales portugueses para hacérselos comer después. Tras aquella nueva muestra de salvajismo mando pasar a cuchillo a toda la tripulación y hundir el barco. Los propios hombres de Low empezaban a temerlo. Tras aquella captura estuvo pirateando por aguas del Caribe, donde aumento su flotilla con una nueva balandra, pero esta fue reducida a cenizas en una escaramuza con el buque de guerra The Mermaid. El Imperio Britanico, cansado de sus acciones, puso precio a su cabeza y Low huyo a Las Azores, donde se alió con Charles Harris, otro capitán pirata. Allí pirateo a su antojo, pero una vez más se redoblaron los esfuerzos por pararle los pies y se vio obligado a huir a las Carolinas.
El Imperio Británico decidió que había llegado el momento de acabar con Low y mando para tales efectos al barco de guerra HMS Greyhound, capitaneado por Peter Solgard. Cuando se topó con la flotilla de Low esta sufrió perdidas devastadoras. Low huyo de la acción a bordo del Fancy con un botín de 150.000 libras y dejo al Ranger de Charles Harris lidiando con el Greyhound. El barco de guerra no mando al fondo del mar a la balandra bajo el control de Harris pero si apreso a este último y a 25 tripulantes. Todos ellos fueron juzgados y condenados a la horca. Todos aquellos piratas fueron colgados cerca de Newport, la capital de la colonia de Rhode Island. Harris fue enviado a Londres donde fue colgado en el muelle de ejecuciones. Peter Solgard fue recompensado generosamente por su servicio llegando a recibir las llaves de la ciudad y una caja de rape de oro.
Low, ciego de rabia e ira por haber perdido a sus hombres y a su amigo, comenzó una aterradora serie de abordajes. El primer barco que cayó en sus garras fue un ballenero; El capitán fue torturado salvajemente por Low hasta que le disparo a la cara y murió. Luego dejo a la tripulación a la deriva sin víveres pero estos lograron llegar al puerto ballenero de Nantucket para contar la historia. Tras aquel golpe capturo un pesquero y le corto la cabeza al capitán del barco para enviar a la tripulación a tierra firme. Su salvajismo llego a tal cota que su tripulación se negó a cumplir sur órdenes. Tras aquello capturo un barco francés con 22 cañones (11 por banda) y un barco mercante llamado Merry Christmas.
¿Cómo llego su fin? Nadie lo sabe a ciencia cierta. Hay quien dice que Edward Low y su tripulación acabaron en el fondo del mar a causa de una terrible tempestad, mientras que otras fuentes sugieren que terminó sus días viviendo tranquilo y retirado con su fortuna en el Brasil Portugués. Otras hipótesis barajadas al respecto de cuál fue su fortuna en 1724 indican que su tripulación se amotino y le abandonaron a la deriva en un bote hasta que fue encontrado por un barco francés donde fue reconocido como el famoso pirata Edward Low. Supuestamente los franceses lo llevaron a Martinica donde fue ahorcado por sus crímenes.
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