La Historia Compartida…Por César del Campo de Acuña
Sean bienvenidos una vez más a La Historia Compartida, la sección de www.cincodays.com dedicada a las breves biografías de las más variopintas personalidades de la historia. Hace ya demasiadas entregas que no le dedicamos una entrada a un gran inventor y hoy le ponemos remedio recordando a uno de los más grandes de todos los tiempos.
¿Por qué paso a la historia?: por ser el promotor más importante del nacimiento de la electricidad comercial así como por sus numerosas y revolucionarias invenciones en el campo del electromagnetismo, desarrolladas a finales del siglo XIX y principios del siglo XX entre las que destacan el sistema polifásico de distribución eléctrica y el motor de corriente alterna.
¿Sabías que…?: Tesla raramente dormía, y afirmó que él nunca durmió durante más de dos horas. El inventor también dijo que una vez trabajó durante 84 horas seguidas sin descanso.
Tesla era vegetariano. Su peculiar dieta consistía en leche, miel, pan y zumos de vegetales. Posteriormente en la vida, consumido por una aversión extrema a los gérmenes, sólo comía comida que hubiera sido hervida.
Nikola Tesla nació aproximadamente a medianoche, entre el 9 de julio y 10 de julio de 1856, durante una tormenta eléctrica. Durante el parto y de acuerdo a la historia contada por su familia, la partera dijo que los relámpagos eran un símbolo de mal augurio a lo que añadió: “Este niño será un hijo de la oscuridad”, la madre de Tesla respondió: “No. Él será un hijo de la luz”.
Tesla era ecologista. El inventor estaba muy preocupado por el hecho de que estábamos usando los recursos de la Tierra demasiado rápido, y quería asegurarse de que usábamos combustibles renovables.
Muchos de los inventos de Tesla fueron convertidos en secretos de estado. Cuando Tesla murió en 1943, durante la Segunda Guerra Mundial, muchos de sus inventos fueron reclamados por el Gobierno de los Estados Unidos. La mayoría de sus cosas fueron devueltas más tarde a su familia, y muchas de ellas terminaron en el Museo de Tesla de Belgrado, que abrió sus puertas en la década de 1950. Misteriosamente algunos de los papeles de Tesla todavía están en poder del gobierno de los Estados Unidos.
Tesla murió arruinado. Tesla hizo todo lo que hizo por el bien de la humanidad, para ayudar a las personas tener una mejor calidad de vida. Nunca pareció estar interesado en obtener beneficios con sus inventos, lo que se tradujo en no tener nunca los fondos para llevar acabo sus proyectos. Tesla tenía amigos famosos, como Mark Twain y la actriz francesa Sarah Bernhardt, pero nunca tuvo un respaldo económico por parte de ellos. Edison y Westinghouse fueron exitoso hombres de negocios lo que explica por qué sus legados son más recordados que el de Tesla.
Tesla murió en la habitación 3327 del New Yorker Hotel el 7 de enero de 1943. Una máscara funeraria fue realizada después de que un médico inspeccionase el cuerpo. La máscara se encuentra es exhibida en el museo de Nikola Tesla en Belgrado, Serbia.
Entre sus muchos inventos destaca el conocido como Rayo de la muerte. Este espectacular y rimbombante invento, digno del mejor villano de la edad de oro del comic, era una gigantesca arma de 60 millones de voltios capaz de exterminar a 300 kilómetros de distancia, o al menos así lo definió la propaganda. Nunca llego a terminar el prototipo y Tesla siempre defendió su valor científico más allá del militar.
Muchos han caracterizado Tesla y Thomas Edison como enemigos, pero su relación se ha tergiversado. Al principio de su carrera, Tesla trabajó para Edison en el diseño de los generadores de corriente continua, pero renunció para dedicarse a su propio proyecto: el motor de inducción de corriente alterna. En una rara ocasión, Edison asistió a una conferencia de Tesla. Edison, con problemas de audición y no queriendo ser visto, se sentó en la parte trasera del auditorio para escuchar la conferencia. Pero Tesla vio a Edison entre la multitud y llamó la atención sobre él pidiendo a la audiencia darle una gran ovación.
En sus últimos años de vida, Tesla frecuentaba los parques en la ciudad de Nueva York, rescatando palomas lesionadas y haciéndose cargo de ellas hasta curarla. Cuando el inventor se instaló en el Hotel New Yorker, pidió al chef del hotel que prepara una mezcla especial de semillas para sus palomas, que esperaba vender en el mercado.
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