«La herencia de las mujeres resulta tan rica, tan diversa y aún hoy día tan desconocida que desborda la manera convencional de contarla. Al igual que las mujeres han encontrado huecos para sobrevivir o imponerse, para escribir o pintar, para llegar a la educación o al poder, para que el dolor disminuyera o el trabajo resultara más liviano, es preciso que la historia que las estudia recurra a miradas y a formatos nuevos.»
Espido Freire nos muestra la astucia de nuestras antepasadas para dar respuesta a sus necesidades en una sociedad que las consideraba una prioridad menor, y rescata un universo condenado al silencio por los historiadores tradicionales.
Pero dejemos que la propia autora nos cuente.
Como toda mi generación, yo estudié historia como una sucesión de hechos ordenados de manera cronológica, con etapas oscuras y menos relevantes, dadas de manera superficial frente a otras que acaparaban gran parte de la atención. El temario repartía las épocas históricas en diversos cursos, y eso provocaba que algunos siglos se estudiaran hasta el aburrimiento, mientras que la historia contemporánea se interrumpía, de manera misteriosa e irrevocable, tras la Primera Guerra Mundial.
En esa narración, las mujeres, que yo buscaba de manera incansable, emergían en escasas ocasiones; cuatro o cinco reinas, con un enfoque más moderno, liberado de los estereotipos que arrastraban desde siglos atrás, y alguna escritora o inventora, siempre las mismas. El punto de vista eurocéntrico resultaba incuestionable. Solo en los últimos años se hacía hincapié en las dinámicas de la propia historia, en las relaciones de causa-efecto. Muchos de los estudiantes que abandonaron los estudios de historia en la adolescencia la recuerdan como una asignatura monótona que premiaba la memorización de fechas, nombres, lugares y conclusiones, una materia que no entendían porque nada había que comprender. La historia, con su peso pétreo, se imponía a sí misma.
A mí, en cambio, me apasionaba la historia desde niña, los qués y los porqués del pasado; mi intuición me decía que no se encontraba tan cerrada ni era tan inamovible como estudiábamos. Aprovechaba los huecos que nuestra formación dejaba para encontrarme con la ficción, y de las novelas o películas regresaba de nuevo a los hechos. Encontré, con los años, que me interesaba mucho más la historia cotidiana que la institucional, y que las mujeres, al igual que las minorías, se encontraban en unos márgenes cada vez más anchos, más evidentes, que debían incorporarse de una u otra manera.
La herencia histórica de las mujeres resulta tan rica, tan diversa y aún hoy día tan desconocida que rebosa la manera convencional de contarla: yo misma la he abordado con biografías, libros de viajes, álbumes ilustrados, conferencias, programas de radio o artículos. Al igual que las mujeres han encontrado huecos para sobrevivir o imponerse, para escribir o pintar, para llegar a los estudios o al poder, para que el dolor disminuyera o el trabajo resultara más liviano, es preciso que la historia que las estudia recurra a miradas y a formatos nuevos, y que sea tan flexible como ellas lo fueron.
En 2010 la BBC y el Museo Británico lanzaron un programa radiofónico revolucionario, una apuesta nueva por la divulgación dela historia: en un programa diario de unos quince minutos Neil MacGregor, director del museo, abordaba la importancia de un objeto de cualquier época y explicaba la relevancia que había tenido en la historia. Esa History of the World in 100 Objects no solo gozó de un éxito sin precedentes, sino que dio origen a un libro1 y a una exposición, para desembocar en un recurso educativo permanente a través de la web teachinghistory100.org
El modelo resultaba tan sencillo, tan versátil y aceptaba tantas adaptaciones que rápidamente se convirtió en una metodología de estudio y, sobre todo, en una manera de que la mirada del experto y del público reparara en momentos y en costumbres que hasta entonces no formaban parte de la historia oficial, de la Historia con mayúsculas. La historia de los objetos se ha convertido desde entonces en una forma de estudio más concreta y palpable, y accesible a quienes poseen conocimientos históricos muy superficiales.
Ese es el espíritu que anima este libro: el que, por un momento, por cien momentos, descubramos, a través de los objetos que nos guían, datos, circunstancias y hechos que no conocíamos, que tuvieron a las mujeres como protagonistas o como destinatarias, y que nos permitirán acercarnos a la historia femenina desde una perspectiva distinta.
Lee y disfruta de un fragmento del libro.
La autora:
Espido Freire nació en Bilbao en 1974. Debutaría como escritora con Irlanda (1998). Año y medio más tarde consiguió el Premio Planeta por su obra Melocotones helados (1999). Ha publicado otras siete novelas, entre ellas Llamadme Alejandra, Premio Azorín 2017, varios libros de cuentos (entre ellos El tiempo huye, Premio NH 2001) y destaca por su producción ensayística: sus temas oscilan entre el análisis social (Primer amor, Mileuristas, Los malos del cuento), la literatura (Para vos nací, Tras los pasos de Jane Austen) y los viajes (Querida Jane, querida Charlotte, Hijos del fin del mundo, Premio de Libro de Viajes de Llanes 2009). Otros tres ensayos (Cuando comer es un infierno, Quería volar y La vida frente al espejo) tratan el tema del cuerpo femenino y los conflictos entre emoción y enfermedad.
Además de otros géneros (poemas, libro ilustrado, teatro…) ha publicado cuatro novelas juveniles. Colabora y ha colaborado con los principales medios de prensa nacionales: La Ser, Radio Euskadi, Radio Clásica, Antena 3… En la actualidad publica en 20m, Viajar y Vida Nueva, además de en la plataforma literaria Zenda. También ha trabajado como traductora literaria.
Es directora del Máster de Creación Literaria de la Universidad Internacional de Valencia, VIU y del Máster de Creación Literaria y otras Narrativas en The Core (Madrid). La crítica la ha saludado como a una de las voces más interesantes de la narrativa española, y las alabanzas que surgieron con su primera obra han acompañado sus siguientes novelas. Ha sido traducida a más de una docena de idiomas.
El libro:
La historia de la mujer en 100 objetos ha sido publicado por la Editorial La Esfera de Los Libros fuera de colección. Encuadernado en cartoné, tiene 440 páginas.
Como complemento pongo un vídeo realizado por la editorial de La historia de la mujer en 100 objetos.
Para saber más:
https://espidofreire.com/
https://www.instagram.com/espidofreire/