La historia de Pralín, el eterno “hermano pobre” de la Nocilla

Por Juan Carlos Fernández

Sin duda, en la frenetica batalla entre Nocilla y Nutella (aunque ésta tardó más en introducirse en el mercado español), existía otra crema de cacao que, para algunos, no estaba a la altura de las otras dos, pero que para otros su sabor era considerado como más auténtico y genuino. Nos referimos a la inolvidable Pralín de Zahor.

Zahor fue una empresa especializada en tabletas de chocolate, barritas y chocolates y como no, en cremas de chocolate, siendo uno de sus productos estrella el Pralín.

Esta crema de chocolate alcanzó bastante popularidad en los años 80 fundamentalmente, en donde quería competir a toda costa con la mítica Nocilla, que era la líder indiscutible de estas cremas. Y así lo hizo, de alguna manera, aunque nunca dejó de ser la hermana pobre de aquélla (por no hablar de Nutella).

Lo primero que destacaba de Pralín era el recipiente en que se contenía que, a diferencia del magnífico vaso de cristal de Nocilla (que, reconozcamoslo, acababa siendo parte de la vajilla de la casa), era de plástico, con un aspecto algo malucho. Los sabores solían ser de cacao con avellanas y chocolate blanco, y de fresa, aunque éste último no era tan fácil de encontrar. En cuanto a los sabores como tal, siendo sinceros, no estaban demasiado conseguidos (aunque tuvo muchos fans, auténticos devotos de su característico sabor). La parte de chocolate no estaba mal, pero la blanca ya era otra cosa. Para empezar, solía ponerse amarilla con facilidad, por lo que aspecto no invitaba mucho a ser degustada. La que era un auténtico esperpento era el sabor de fresa (yo nunca lo probé). Para aquellos que tuvieron la suerte o la desgracia de degustarla dicen que su sabor era horroroso. Quizás fue por eso por lo que no llegó a implantarse con fuerza.

En cuanto a la textura, digamos que tampoco era la más suave y cremosa. Lo malo que tenía era que enseguida se secaba y cogía una dureza que parecía una piedra, por lo que en ocasiones se hacía bastante complicada la tarea de untarla en el pan.

Por lo demás, Pralín era un producto más barato que Nocilla, lo cual sin duda era un elemento de peso en muchos hogares a la hora de escoger entre una y otra crema de cacao, para disgusto de muchos niños de los 80.

Zahor retiró Pralín a finales de los 90, debido a que el mercado se había concentrando en torno a Nocilla y a la pujante Nutella, más refinada. Sus fans la echaron de menos, pero la realidad es que su desaparición pasó bastante desapercibida.

Zahor fue comprada en el año 2004 por la española Natra, para poder introducirse en el mundo de las cremas untables. Para ello, tomó una arriesgada decisión, que no fue otra que la de resucitar a Pralín. Y así lo hizo en 2010, donde sacó al mercado Pralín Siglo XXI, una nueva versión de aquella crema untable que, por cierto, no gustó a nadie. El sabor era totalmente diferente al que en su día tuvo Pralín, por lo que a los ochenteros nostálgicos no les recordó a aquella y, por tanto, no se sintieron identificados. Para las nuevas generaciones, desprendidas del yugo de la nostalgia, tampoco vieron en aquella crema mediocre, clon de Nocilla o cualquier otra, ningún producto apetecible o destacable.

Natra venidó Zahor en 2011 a la también española Arluy, que igualmente quería meterse en el mundo de los chocolates. Arluy continuó un tiempo más el experimento de Pralín Siglo XXI, pero lo acabaron retirando allá por 2013 (si no antes) por lo escaso de sus ventas y apoyo comercial.

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