En aquella época, Halloween era una festividad que los celtas celebraban con el nombre de 'Samain', una antigua palabra gaélica que significa "el final de la cosecha".
Tradicionalmente el festival se celebraba cuando los antiguos celtas almacenaban provisiones y sacrificaban el ganado para prepararse para el invierno.
Los celtas creían que en la noche de Samain (Halloween), los espíritus de los muertos volvían a visitar el mundo de los mortales, así que encendían grandes hogueras para ahuyentar a los espíritus malignos, y la única forma de que no les raptaran era pareciéndose a ellos, por los que se ponían máscaras y trajes que daban miedo.
En 1846, los inmigrantes irlandeses llevaron consigo versiones de esta tradición a Estados Unidos, donde se hizo muy popular hasta nuestros días. Comparte: Facebook Twitter Google+