La historia del dni

Publicado el 27 septiembre 2024 por ArÍstides

No todos los países obligan a sus ciudadanos a portar un documento con el cual se les identifique. Sin ir muy lejos, cuando Tony Blair, Primer Ministro de Reino Unido, trató de instaurarlo, se encontró con las críticas y las mofas de los residentes en aquellos lares. En el estado español está en vigor a través de un decreto del 2 de marzo de 1944, que obliga a llevar un documento identificatorio con 8 cifras y terminado con un letra.

En 1951, el número 1 se reservó para el Generalísimo Francisco Franco, el número 2 para su mujer y el número 3 para la hija adoptada de ambos, quedando libres del 4 al 9; por si a caso, pienso yo. Los números del 10 al 99 están reservados para la Familia Real. El 10 lo posée el monarca emérito. El 11 la que sigue siendo su mujer, Doña Sofía. El 13 quedó vacante por aquello de la superstición y de la mala suerte. El 12 ,14 y 15 lo ostentan los hijos de los monarcas según el orden de nacimiento. Las dos hijas de Felipe VI llevan el 16 y el 17 respectivamente.

El primer DNI fue el diseño ganador de un concurso público dotado con 30.000 ptas. Se lo llevó el empresario Aquilino Rieusset Planchón, quien anteriormente había desarrollado su actividad profesional en la confección de billetes y de sellos. Hasta entonces lo único reglado que tenía como fin la identificación de las personas lo constituían los "salvoconductos para viajar", algunas "cartas identificativas" en los negocios con ultramar y las "cédulas de vecindad", que actuaban como justificantes de pago.

Los primeros archivos para identificar a las personas los creó la Policía General del Reino, que en 1884 pasaría a ser la Guardia Civil. El DNI comenzó un proceso de documentación por grupos, siendo los presos y las personas en liberdad vigilada los primeros en poseerlo. Posteriormente se expendió a quienes viajaban mucho debido a su trabajo. Antes de ser obligatorio para toda la población lo fue solo para los hombres que residían en ciudades de más de 100.000 habitantes y después a los varones que lo hicieran en poblaciones de entre 25.000 y 100.000 personas. Y fin.