- Joven, venga aquí, tome la llave y vaya a aquel jeep, y estaciónelo allá.
El joven soldado dijo:
- No sé manejar
Entonces dijo el superior:
- Pero vamos, pida ayuda a su Dios, muéstrenos que él existe.
El soldado agarró la llave y mientras iba al vehículo empezó a orar, subió al jeep y manejó estacionándolo perfectamente.Al salir del jeep, el soldado vio a todos aquellos del pelotón que estaban llorando y diciendo:
- Nosotros queremos servir a tu Dios.
El joven soldado espantado preguntó qué estaba sucediendo. A lo que el superior llorando caminó hacia el jeep, y abrió el capó del vehículo, y le mostró que el jeep que había manejado no tenía motor.