“Creo que ya está bien de sembrar dudas sobre la honestidad de personas que han demostrado tener más honorabilidad que buena parte de la que gente que ha estado mandado en este país y disculpa que me enfade”.
De este modo defendía el Sr. Iglesias a su número tres en una entrevista radiofónica, suponemos que pactada, y llevada a efecto por un periodista que, como reconocerían ambos a lo largo de la misma, tenía una relación personal de amistad previa con D. Pablo. Curioso modo de expresarse en la línea del nuevo líder político; según nos dice, El Sr. Monedero ha demostrado tener honorabilidad, verdaderamente difícil de entender cuando se apresuró a llevar a cabo una declaración paralela ante la Agencia Tributaria al hacerse público el tema de su sociedad Caja de Resistencia Motiva 2, después de afirmar, poco tiempo atrás, justamente lo contrario de lo que él mismo llevó a cabo, en algunos medios televisivos. Honorabilidad no es afirmar públicamente que la policía repartía heroína entre los jóvenes vascos para evitar el número de adeptos al nacionalismo radical separatista, además de tener poco de cierto, es una afirmación que podría haberle costado a D. Juan Carlos algo más que el ridículo visto por millones de telespectadores. Pero es que, además de la “honorabilidad”, afirma que es mayor que la de la gente que ha estado mandando en este país, es decir, aproveha otra ocasión más para denostar a su rival político de forma indeterminada. Mientras el Sr. Monedero es elq ue personalmente está metido en el asunto de la empresa creada tres años después de haber llevado a cabo un trabajo para facturar a través de ella, no se refiere D. Pablo a falta de honorabilidad de alguien en concreto, sino de los partidos en general, suponemos que los de “la casta”. Dos golpes de mano en una sola frase, que finalmente, provoca el enfado del político, escandalizado porque alguien pudiera dudar de la horadez acrisolada de su número tres. Seguramente estaría comparando a Peter Pan con la hoz y el martillo, como ya hizo en un programa de televisión. Ver para creer.