La hora de los militantes

Publicado el 13 junio 2011 por Piniella
El problema que tiene gobernar es que el partido que lo hace suele convertir su acción política en una acción institucional. Cuando esto se hace por años y años, la ideología y la ética mudan hacia un quehacer diario que demanda de un partido-empresa donde las relaciones personales pasan de ser políticas a laborales. Quizás todo lo que le ocurre al PSOE, en estos momentos, sea eso, y yo lo veo especialmente en Cádiz donde la alcaldesa del PP ha repetido por quinta vez su triunfo y se dice desde el aparato "hemos aguantado el tirón". Recordaba Santos Juliá el otro día, en El País, una frase de Felipe González, que decía que el error de los socialistas consiste en actuar como si la gente percibiera lo que los políticos creen que percibe o, todavía más, lo que los políticos quieren que la gente perciba. La élite socialista quiere que los ciudadanos, por ejemplo, perciban que la elección de Rubalcaba va a ser por unas primarias y que cualquier militante del partido se puede presentar; la realidad es que la gente no se lo cree y la gente se frustra al pensar que se le está tomando el pelo, cuando no pasaría nada por llamar a las cosas por su nombre y decir que es la persona más idónea elegida por el Secretario General y punto. Pues eso pasa con todo, queremos que se perciba que el PSOE defiende políticas sociales cuando lo que se percibe por el ciudadano es que hay todos los días recortes, en la jubilación, en la reforma laboral,... Digamos la verdad que hay una crisis del sistema capitalista y que no queremos cambiarlo, tan solo administrarlo lo mejor que podemos, y no vayamos mintiendo con milongas de la socialdemocracia y la defensa del Estado del bienestar ¡por favor! Y punto y aparte son las Juventudes Socialistas cuya presencia en la gente joven es testimonial; con excepciones por supuesto, las JJSS se han convertido en una entrada fácil a puestos de dirección en el partido, sin experiencia, pero con docilidad para el ordeno y mando del aparato. Y además de la música están los músicos, quiero decir con esto, que después de una más que aparente derrota electoral los que quedan se aferran a los restos del naufragio y no conjugan el verbo dimitir, tan difícil de pronunciar cuando uno lleva en un coche oficial tantos años. Por eso es la hora de los militantes, la hora de que la gente vaya a las Asambleas y asuma la responsabilidad de decirles a los aparatos que el PSOE de Pablo Iglesias es otra cosa, que queremos que los compañeros que han hecho del partido un trabajo (bien remunerado) que desembarquen en la sociedad y sepan de los problemas reales de la gente. Si como militante no participas unos pocos controlarán la muerte silenciosa de una ideología, el socialismo democrático. 
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