Dirigida por Chris Gorak, la película nos sitúa ante un grupo de jóvenes americanos en Moscú, y su odisea para sobrevivir en la ciudad, mientras una misteriosa invasión alienígena ha acabado con casi toda la humanidad en tan solo un día.
Y es que casi nada se salva. Todo es muy previsible, desde el orden en el que van muriendo uno a uno, hasta el final. Por salvar algo, lo haría el haber visto Moscú, como debe ser hoy en día, una orbe cosmopolita y moderna, o por lo menos su lado más turístico.