La huelga general y la masacre del 22 de mayo de 1958

Publicado el 23 mayo 2020 por Acervo Mexiquense @AcervoMX
La Historia que no aparece en los libros de textos y que no se le cuenta a nuestros estudiantes.
Panamá.
Por: Abdiel De León 
A raíz de la salvaje represión, y la muerte de José Manuel Araúz, Su sepelio fue sin precedentes, y se realizó el martes 20 de mayo de 1958. 
Luego la dirigencia del movimiento estudiantil aglutinada en la (FEP- / UES y UEU), se reunió para tomar nuevas acciones, ya que el asesinato motivó a convocar la realización de una gran marcha silenciosa bajo la creatividad de estudiantes femeninas y luego la fuerza de la huelga de 48 horas, exigiendo la destitución de los Comandantes de la Guardia Nacional y del Ministro de Educación, la Democratización y Mejoramiento de la Enseñanza y el Adecentamiento Público.
El llamado contó con la participación de instituciones educativas y organizaciones populares:Encabezado por el glorioso Instituto Nacional de Panamá, Instituto Fermín Naudeau, Instituto Nacional de Agricultura, Instituto Justo Arosemena, Instituto Moderno, Instituto Istmeño, Escuela Artes y Oficios Melchor Lasso de la Vega, Escuela Normal Juan Demóstenes Arosemena, Escuela Profesional Isabel Herrera Obaldía, Colegio Félix Olivares Contreras, Colegio Abel Bravo, Liceo de Señoritas, Universidad de Panamá al igual del Partido del Pueblo, sindicatos y gremios.
SANGRE Y MUERTE
Del libro: PANAMÁ REPUBLICANA (página 428 y 429). 
"" Desde las dos de la madrugada del día 22, los estudiantes se apoderaron de la ciudad capital. Entonando las notas del Himno Nacional y dando vítores a JoséManuel Araúz, obstaculizaron el tránsito colocando barricadas con el propósito de paralizar todas las actividades de transporte y comerciales. 
La participación de los choferes en la huelga contribuyó a lograr este objetivo. Mientras ello ocurría.
La Guardia Nacional se mantenía en los cuarteles, pero a las ocho y treinta de la mañana, las unidades motorizadas y el escuadrón de caballería del cuerpo armado entraron en acción quitando las barricadas en el Mercado Público y en la Avenida Central, en el sector de Calidonia. 
La Comandancia de la Guardia Nacional informó que había recibido instrucciones de limpiar las calles de los obstáculos, al tiempo que se comunicó que el Coronel Bolívar Vallarino había ordenado a sus subalternos que evitaran reprimir a los estudiantes. Pero estos, tras ser replegados a las áreas aledañas al Instituto Nacional, se enfrentaron con piedras a los efectivos de la Guardia Nacional que, a su vez, lanzaron bombas lacrimógenas y descargas de fusilería, por lo cual no tardó en generalizarse la confrontación en los barrios deSanta Ana, el Marañón y Calidonia "".
DETALLES DE LA ACCIÓN DE FUERZA 
La fecha clave era el jueves 22 de mayo, donde inicia la movilización y huelga de estudiantes, los muchachos conglomerados en la Unión de Estudiantes de escuelas Secundarias (UES) y la Unión de Estudiantes Universitarios (UEU), se fueron uniendo en el "Glorioso Nido de Águilas", estudiantes de diferentes lugares llegaban. Hasta que se da la orden de evitar que creciera la gran concentración.
Esa presión fue tan efectiva que el gobierno mandó a prohibir las acciones de la aguerrida Federación de Estudiantes de Panamá (FEP).
Los comerciantes ese día no abrieron y la población empezó a participar mientras iniciaba la batalla contra la Guardia Nacional.
Se levantaron barricadas en la distintas calles de la ciudad y el Instituto Nacional se convirtio en el máximo refugio, pués las calles era un campo de fuertes enfrentamientos; Mientras tanto el asedio policial contra el templo educativo custodiado por las esfinges y las cariátides de bronce se caracterizó por ser el más intenso y violento.
La lucha recrudeció cuando los estudiantes deciden atrincherarse en el insigne Nido de Águilas.
Ya en los barrios aledaños, salpicaba la sangre, comenzaron a caer los primeros heridos y muertos.
En los barrios los disparos de desconocidos francotiradores sembraban el caos. Niños menores, hombres y mujeres fueron víctimas de la brutalidad y salvajismo.
"Hubo una censura por parte del gobierno de Ernesto De La Guardia a la prensa nacional, que duró tres semanas. El Panamá América sacó en junio de 1958 un suplemento especial de los incidentes, con las fotos de los asesinados por la Guardia Nacional".
Hay una foto en la morgue donde están los cadáveres amontonados uno sobre otro, porque no había espacio para acomodarlos", recuerda un ahora escritor y profesor universitario.
Añade que "el diario La Hora, también de la Flia. Arias, publicó en distintos números todas las fotos de los muertos en los hechos, pero eso no se dice, porque es una historia silenciada, porque los historiadores oficiales han silenciado esos acontecimientos. Deliberadamente han ocultado la verdad de lo que ocurrió en mayo del '58".
TESTIMONIOS:
"El Instituto Nacional recibió centenares de disparos de armas de todo calibre; Así lo describe el profesor de la Facultad de Comunicación Social Milciades Ortiz, donde señala que por años los huecos de esos disparos fueron un monumento a la rebeldía de la época. Según contó él y su compañero Eliseo Echevez, también hoy profesor, decenas de heridos fueron evacuados hacia el campus, ellos vivieron esos acontecimientos.
La jornada dejó un saldo de cerca 30 personas muertas y más de 300 heridos, entre estudiantes y personas de los corregimientos del centro de la ciudad capital.
Al terminar todo lo vivido bajo un acuerdo nacional, desgraciadamente sobresalen los nombres de los panameños asesinados tales como: José Manuel Araúz (primer mártir de esa gesta Est. del Colegio Artes y Oficios), Rolando Jiménez ( Est. del Instituto Nacional), Belermina De León, Miguel Batista (Est. del Instituto Nacional), Eduardo Oscar Girón (Est. de 5 años de edad, vivió en calle 14 Oeste, Santa Ana), Luciano Paz (Est. del Artes y Oficios), Héctor Eloy Gómez Díaz, Oswald Campbell, Manuel De Gracia y Luisa Barnett, entre otros cuyo nombres quedaron en el anonimato.
Luego muchos jóvenes y estudiantes quedaron sitiados en el Instituto Nacional; fueron posteriormente trasladados hasta la sede del Campus de la Universidad de Panamá, en la vía    Transistmica, allí también fueron rodeados por más de una semana por unidades de la militarizada Guardia Nacional de Panamá.
Lo que ocurría en la capital era vigilada por un numeroso grupo de policías zoneitas al otro lado de la entonces llamada Avenida 4 de Julio (Avenida de los Mártires), se rumoraba sobre la intención de intervenir en el conflicto. 
LA FIRMA DE UN ACUERDO QUE NO SE CUMPLIÓ 
Los estudiantes rodeados en el Instituto Nacional por la G.N. tras fuertes enfrentamientos y los disparos de bala viva, en un choque desigual, fueron posteriormente llevados hasta la Universidad de Panamá, Eran más de 2,000 los estudiantes allí instalados. La ciudadanía militante presiona para resolver la crisis.
"Entretanto, grupos integrados por asociaciones cívicas y profesionales hacíanesfuerzos para que los estudiantes y el gobierno llegaran a un entendimiento.
En las negociaciones intervinieron por parte de éste último el Embajador en Washington Ricardo M . Arias Espinosa, el Comandante del Cuerpo de Bomberos Raúl Arango, el Ingeniero Juan De Arco Galindo y el Doctor Erasmo De la Guardia. Por parte del sector estudiantil participaron Carlos Arellano Lennox, Presidente de la U.E .U.,y Andrés Cantillo, Secretario General de la FEP".
Tras arduos días de discusión y debate por la caótica condición que vivían los panameños, se logra un acuerdo que llevaba los puntos en el pliego de peticiones, finalmente se alcanzó la firma del denominado ‘Pacto de la Colina’, con el cual se pone fin a este primer episodio de mayo del 58. Entre otras cosas el pacto intentaba lograr el compromiso del gobierno y los representantes estudiantiles de resolver la crisis educativa y dar cumplimiento a las aspiraciones de los estudiantes, se crearían nuevos impuestos que permitirían disponer del dinero necesario, se acordó el pago de indemnización a la familia de los fallecidos y lesionados. Se acordó que los comandantes de la Guardia Nacional serían nombrados y removidos por el presidente de la República.
Fue así que el jueves 29 de mayo el Pacto de la Colina puso fin a la violencia que se vivió en Panamá semanas antes, pero al final no resolvió el problema educativo y durante los meses que siguieron se dieron nuevas manifestaciones y cierres de escuelas.
(Firmado en la Universidad de Panamá en cuyas demandas exigían:- Resolver la crisis de la educación panameña en ese entonces.
- Renuncia de los comandantes de la policía nacional, que lideraron la represión y los asesinatos.
- Renuncia del Ministro de Educación, Víctor Juliao, por incompetente.
- Indemnización para los heridos y deudos de los mártires.
- Destinar mayor presupuesto a favor de la educación panameña.
- La construcción de nuevos planteles, a nivel nacional, entre otras demandas y reivindicaciones legítimas).
El Pacto de la Colina fue oficializado mediante la Ley No. 50 del 30 de octubre de 1958.
Dos días posteriores de anunciarse la firma del "Pacto de la Colina", los estudiantes comenzaron a salir de su refugios en la Universidad.
Por otro lado, el gobierno nacional suspendió el toque de queda, pero mantuvo la censura de los  medios de comunicación. Por lo ocurrido durante la crisis, se registró cambios en el Gabinete donde: Miguel J. Moreno Jr. pasó a ocupar el Ministerio de Relaciones Exteriores; Alberto Boyd, el Ministerio de Agricultura, Comercio e Industrias ; Heraclio Barletta B., el Ministerio de Trabajo, Previsión Social y Salud Pública : en tanto que Carlos Sucre Calvo fungiría como nuevos Ministro deEducación.
IMPORTANTES TESTIMONIOS DE REINALDO ELIECER RIVERA ESCUDERO(Extractos recogidos de la Estrella de Panamá).
"Cuatro días inolvidables militancia (19, 20, 21 y 22 de mayo de 1958) los estudiantes y el pueblo panameño desarrollaron una  jornada militante contra el militarismo, y por la educación, y las autoridades del momento desataron una de las mas crueles acciones represivas que dejó decenas de muertos. La hemos recordado, pero Reynaldo Eliecer Rivera Escudero, participante de aquella epopeya; Recuerda que iba a cumplir 13 años y cursaba segundo año en el Instituto Nacional. En verdad ha corrido mucha agua bajo el puente de mi vida.
La muchachada institutora, estaba bulliciosa y decidida. El "Nido de Águilas", tenía casi cuatro mil estudiantes. Hasta los salones de Coiba (así le llamabamos a las antiguas edificaciones del internado se usaban para dar clases).
Carlos Núñez, entonces secretario general de la Asociación Federada había dado su grito de combate: "a la calle compañeros, llegó la hora cero". Y así fué, frente a las escalinatas de las esfinges y bajo las "cariátides de bronce", estaba Víctor Gorday portando el estandarte patrio entre los primeros, a su lado Adolfo Ahumada, Floy Britton, Medardo Pascual (el cholo), Eduardo Santos Blanco, Enrique Tejada y muchos otros dirigentes que el tiempo se ha llevado, pero escucho la consigna de lucha, desde su garganta de gigantes de dignidad: "ESCUELAS SÍ, CUARTELES NO".El rector, prof. Gallegos y el vice, prof. "Chachi" García, estaban preocupados.
Sabian que el ministro de educación de turno, Carlos Sucre Calvo, no era hombre de tolerar acciones en las calles y la Guardia Nacional, comandada por "Lilo" Vallarino, menos. La oligarquía nacional, despreciaba las luchas reivindicativas del estudiantado de la época y el Presidente de la República, Ernesto de la Guardia, jr., era en realidad un prisionero de los tres comandantes de la Guardia Nacional, al servicio del imperialismo colonialista y su obsecuente servidora gobernante.
La ciudad se levantó en protestas, con la gloriosa FEP, en pie de lucha. Se perdió el miedo y el pueblo se sublevó, pese a la masacre de más de veinte muertes, entre ellas, la de ( "Rolando Jimenez, el adolescente institutor"), causada por los francotiradores que a mansalva disparaban desde la azoteas de los pocos edificios altos de la ciudad en la época (el seguro social, en calle estudiante, la caja de ahorros en la ave. central y el edificio De Diego en la ave. Balboa, entre otros).
Cuatro días de lucha inolvidable. El resultado logrado fue con la firma del Pacto de la Colina, obligaba a la rotación cada dos años a los Jefes militares de los cuarteles del país fue una clara conquista popular contra el creciente militarismo y el compromiso de edificar más colegios públicos y facilitar el acceso a la educación, selló aquella gesta gloriosa del pueblo panameño.
A pesar de mi corta edad, milité en ella, tirando piedras a los agentes represivos y fué el inicio de mi vocación de lucha por las causas populares y patriótica, de mis ideales inquebrantables, que dura hasta ahora que me acerco al ocaso de la vida. Mucha agua ha corrido bajo el puente, pero el compromiso de lucha continua. Hay que defender los principios, los valores, la justicia, la independencia, la autodeterminación, la soberanía, la libertad y a los de abajo, como decía Mariano Azuela.Loor a los mártires de mayo de 1958".
PARTÍCIPE DE AQUEL MOMENTO DIFÍCIL
Otra vivencia de un testigo activo en la batalla indica que hubo "otro aguilucho fallecido ese día, se trata de Miguel Batista", fue mi compañero en el I y II año en el Instituto Nacional.
Yo era el representante de los compañeros de primer Ciclo y subsecretario de Actas y Archivos de la AFIN.
Carlos Nuñez y yo posteriormente vivimos las persecuciones. Él en mayor medida que tuvo que refugiarse en la República de Chile. Fueron dias dificiles pero que fueron el preambulo a posteriores cambios en Panamá.
DURANTE EL SEPELIO LUEGO DE LA MASACRE
Cientos de jóvenes junto a la población con el luto y dolor, dado el asesinato de panameños de toda edades, toman con dignidad la actitud de valentía de los mártires caídos en la lucha; Por esa razón en honor a ellos ante sus tumbas develan sus sentimientos con el juramento de Octavio Méndez Pereira que dice: "Juro luchar con toda mi capacidad por la dignidad del hombre, por la justicia, por la libertad, por el derecho a vivir en paz, sin miedos y sin amenazas, en un mundo donde impere lípidamente la democracia y la solidaridad humana. Demandado la destitución inmediata de los tres comandantes de la G.N panameña.
EL ENGAÑO GUBERNAMENTAL Y  EL ACUERDO QUE LLEVÓ UN SABOR AMARGO POR SU INCUMPLIMIENTO 
Al final todo fue solo una táctica sucia y dilatoria del régimen, para ganar tiempo y recomponerse de su desastrosa imágen.
Tras el paso del tiempo y el descontento de la juventud estudiosa, como también la del Pueblo panameño, se convirtió  en brasas ardientes el incumplimiento del terco gobierno. Una vez más inician los llamados de lucha y la toma total del Instituto Nacional.
El miércoles 22 de octubre de 1958, la Federación de Estudiantes de Panamá lanza un desafío al Gobierno por quebrantar lo pactado: 200 dirigentes estudiantiles de todo el país se atrincheran nuevamente en el Nido de Aguilas y tratan de motivar el levantamiento de la clase trabajadora.
Ante la sospecha de que se guardaban armas en el Instituto Nacional, efectivos de la Guardia rodearon el centro educativo para allanarlo, pese a que en el interior se encontraban reunidos padres de familia, profesores y estudiantes. Fue gracias a la mediación de Carlos Iván Zúñiga, Ernesto Castillero Pimentel y Manuel Solís Palma que el Instituto logró ser abandonado en forma pacífica.
(Esta situación duró dos semanas donde resistieron rodeados por los gendarmes armados hasta los dientes).
El nuevo descontento llegó aunado a una nueva coyuntura política y social, cuando surgen acciones de protestas contra  el gobierno que presentó reformas a la Ley Orgánica de Educación de 1946. La propuesta eliminaba la Comisión de Escalafón. Las reclamaciones provocaron que el Ministerio de Educación ordene una vez  más el cierre temporal de todos los colegios secundarios.
De allí nace el convencimiento de que lo que era un movimiento estudiantil que no le temía al combate en las calles, y que había recibido ya su bautismo de fuego, tenía que pasar a una fase revolucionaria superior que diera los frutos que el pueblo anhelaba.
Con el levantamiento armado en Cerro Tute, el año siguiente, todos estos hechos históricos se vieron reflejados una década después.
La semilla revolucionaria había prendido: la juventud había comprendido que sin lucha en las calles un Gobierno de poder económico, cuya élite militar era dominada por sus miembros, no cumpliría jamás las justas reclamaciones de la Federación de Estudiantes de Panamá y del pueblo en general.