Hoy os propongo un paseo muy especial por l as calles de Madrid para revivir la huella de uno de sus vecinos más recordados y mitificados, y eso que fue todo un delincuente. Hoy descubrimos los lugares de la Villa y Corte vinculados a Luis Candelas, el bandolero más famoso de Madrid. Conocido por el ingenio que utilizaba en los asaltos (disfraces, engaños, etc..), evitando así la violencia y por no manchar nunca sus manos de sangre, su vida está muy unida a muchos puntos de la ciudad que repasamos en este post.
Nuestra primera parada nos lleva al barrio de Lavapiés. En una carpintería de esta castiza calle nacía el 9 de febrero de 1804 nuestro protagonista de hoy.
Iglesia de San Sebastián
No muy lejos de la calle Calvario nos encontramos esta histórica iglesia, en la que un bebé llamado Luis Candelas sería bautizado. Una placa en la entrada del templo nos lo recuerda.
Uno de los rasgos más recordados de Candelas fue su gran gusto por las mujeres. Mujeriego empedernido, llegó a compartir amante con José Bonaparte y en esta diminuta plaza de Madrid vivía otra de sus amantes. Por eso era muy común verle entrar y salir, ciertas noches, por alguna de estas puertas. Por cierto, se dice que colocaba a hombres de su confianza en los accesos de la plaza, para que no dejasen pasar a nadie y, de este modo, que no le molestasen.
Palacio de la Santa Cruz
Hoy sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, este bello edificio fue antaño la prisión de la Villa. De ello pudo dar buena fe Candelas, quien conoció sus calabozos en repetidas ocasiones (igual que, por ejemplo Lope de Vega).
En esta calle que habita a espaldas del glamour de la Gran Vía, estuvo la taberna preferida de Candelas, La Taberna Traganiños (ya solo el nombre asusta).
Cuevas de Luis Candelas
Vamos ahora con el punto más "evidente" de todo este paseo. A los pies del Arco de Cuchilleros se ubica este restaurante que, en su nombre y en la indumentaria de su personal, recuerdan a nuestro famoso bandolero. ¿El motivo? En tiempos de Luis Candelas estuvo en este lugar otra taberna frecuentada por la banda deCandelas. En ella, preparaban sus fechorías, repartían sus botines y, después, aprovechaban sus galerías subterráneas para escapar de las autoridades.
Por si no lo sabíais, aquí va un pequeño spóiler, la vida delictiva de Candelas no terminó muy bien y en 1837 fue apresado y condenado a muerte. Él mismo, de su puño y letra, pidió clemencia a la Reina pero no hubo compasión para él. Las cerca de 40 acusaciones de delitos que caían sobre él pesaron mucho y el 6 de noviembre era ejecutado en la Plaza de la Cebada mediante el garrote vil. Sus últimas palabras antes de morir fueron "P atría mía, sé feliz". Tenía 33 años.