El anterior jefe del Estado, el rey emérito Juan Carlos I, comunicó al actual jefe del Estado, su hijo el rey Felipe VI, su “meditada decisión” de trasladarse a vivir fuera de España ante la “repercusión pública” de “ciertos acontecimientos pasados” de su vida privada. La decisión, según informaba el pasado lunes la Casa Real, se produjo tras las investigaciones judiciales abiertas en Suiza y en España a Juan Carlos I por su patrimonio oculto. El rey emérito Juan Carlos I, cercado por la Justicia, anunció que se marcharía de España. “Es una decisión que tomo con profundo sentimiento, pero con gran serenidad”, explicaba en un comunicado. Juan Carlos Iº parecía, según revelaba El Mundo, estar dispuesto a aceptar una suerte de exilio. Dentro de Zarzuela, hubo voces como la de Pablo Iglesias, vicepresidente segundo del Gobierno, que recomendaban que Juan Carlos I continuase en España. El emérito aseguró “no huir”, pero todo indicaba lo contrario. No olvidemos que se había negado a renunciar al título de rey emérito y que continuaba siendo capitán general, en la reserva, de los tres ejércitos. Juan Carlos Iº justificaba su decisión en “contribuir a facilitar el ejercicio” de las funciones de su hijo como Jefe de Estado “ante la repercusión pública que está generando ciertos acontecimientos pasados” de su vida privada. Zarzuela informó también de que Felipe VIº había acogido esta noticia con “sentido respeto y agradecimiento”. El anuncio llegaba después de que, durante las últimas semanas, se hubiesen conocido numerosos detalles de los negocios opacos del emérito durante su reinado. En concreto, Juan Carlos Iº habría metido en España miles de euros en billetes por avión y hasta tenía una máquina de contar dinero en la Zarzuela. Igualmente, había aparecido en la prensa el nombre de su examiga Corinna Larsen, “a la que Juan Carlos Iº reclamaba los 65 millones de euros después de abdicar y que fuera citada a declarar por el juez del Caso Villarejo”. Larsen habría dicho sobre el emérito que este “se muere por el dinero”, según confesó en 2016 al comisario jubilado José Manuel Villarejo. Sin embargo, Juan Carlos Iº había rechazado renunciar a su título de rey emérito como pretendía Zarzuela. Se especuló que el emérito abandonaría La Zarzuela, pero no España. Y que Felipe VIº intentó quitar a su padre el título que todavía hoy disfruta. Ni una cosa ni otra. Y mientras el Gobierno guarda silencio sobre si revoca o no ese tratamiento con un decreto, el rey emérito desaparece de la Moncloa y de su reino, “huyendo” y “corriendo”, con la intención de ubicarse en una república de otro continente.
Su reacción contrastaba con la de Íñigo Errejón. Para el diputado de Más Madrid, “el rey emérito huye de España sin rendir cuentas para prestar el mejor servicio a los españoles. Es escandaloso. Al menos, que devuelva el dinero, que buena falta le hace a nuestro país”. El diputado de Compromís y compañero de coalición de Errejón, Joan Baldoví, se refirió a la salida de Juan Carlos I: “¿También se lo ha comunicado a la Fiscalía del Supremo? ¿Todos los investigados pueden abandonar España o sólo los eméritos?”, se preguntaba. En ese mismo sentido era la reacción de ERC. Para Carolina Telechea, la portavoz adjunta de los republicanos en el Congreso de los Diputados, Juan Carlos I huye de la justicia española “por corrupto” en lugar de quedarse “a dar la cara con dignidad” y a responder ante los tribunales de las presuntas irregularidades por las que se le investiga. “El mejor servicio que podrías hacer a los españoles es no huir de la justicia y dar la cara con dignidad”. La secretaria general de su partido, Marta Rovira, también 'huyó' de España, como Carles Puigdemont, algo que para ERC era distinto: “Qué diferente es el que se exilia por defender la democracia del que huye por corrupto”. El líder de los republicanos en el Congreso, Gabriel Rufián, ha ironizó con que se hable de que el emérito “abandona” España en lugar de decir que “huye” del país.
El portavoz adjunto de Ciudadanos, Edmundo Bal, califica de “inadmisible” que miembros del Gobierno de Unidas Podemos como Pablo Iglesias e Irene Montero “aprovechen” la situación del rey emérito Juan Carlos para “tratar de confundir” las acciones de una persona concreta con las de la institución monárquica. El president de la Generalitat, Quim Torra, opta por criticar al Gobierno, a Juan Carlos I y a Felipe VI y anuncia haber pedido al presidente del Parlament, Roger Torrent, celebrar un pleno extraordinario para censurar al rey emérito y al actual monarca, del que pidió su abdicación tras su “huida tolerada. Y exige al Gobierno que dé explicaciones por haber “permitido, facilitado y aplaudido la huida de una persona llena de privilegios e investigado por un caso inmenso de corrupción”. Para Torra, la marcha de Juan Carlos I “avergüenza a cualquier demócrata, y pone en duda el compromiso del Gobierno y de Felipe VI en la lucha contra la corrupción y el rendimiento de cuentas”. Por ello, asegura que el régimen borbónico está en quiebra: “Pido a Felipe VI que no alargue más la agonía borbónica y abdique”. Por otra parte, el Bloque Nacionalista Galego demanda que se juzgue “con todas las consecuencias penales y políticas toda la corrupción de la Casa Real y a los Borbones” después de que el rey emérito anunciase el pasado lunes que abandonaba el país.
En una entrevista publicada en Eldiario.es por el periodista donostiarra Iñigo Aduriz, Anasagasti confiesa que las investigaciones abiertas contra Juan Carlos I han acabado por darle la razón. “El mayor daño que nadie le ha podido hacer a Juan Carlos, a parte de sus no cualidades personales, han sido todos estos cortesanos que le han protegido. Ha sido terrible, porque no han permitido que la democracia funcione, con la gran contradicción de que se les llena la boca diciendo que esto es una monarquía parlamentaria pero que aquí, el Parlamento no puede actuar en su contra, luego ¿qué monarquía parlamentaria es esta?”. “Indudablemente –concluye Anasagasti– esa imagen impoluta de la monarquía está muy tocada. La prueba está en que el CIS no quiere hacer preguntas que puedan dar pábulo a ese debate. Pero la democracia es un régimen de opinión pública, y la opinión pública actual no tiene nada que ver con la de hace diez años, cuando estábamos todos narcotizados. Entonces era la institución más valorada. Ahora ya no lo es. Creo que, si se plantea la pregunta sobre cuál es la institución menos valorada, sería la monarquía. Se lo han ganado a pulso. Felipe VI, que actuó con semejante celeridad con el tema catalán, con esto está dejando pudrir el tema esperando cómo se van sucediendo los tempos”. El dirigente del PNV opina que, para cambiar una monarquía tiene que ser por la revolución o por alguna cosa exterior muy fuerte. De momento, el PSOE va a actuar en las claves del PP y Ciudadanos en este tema y eso blinda al actual monarca. Iñigo Aduriz le pregunta si hay algo que pueda hacer Felipe VIº para limpiar la institución. Anasagasti contesta: “En primer lugar, debería quitarle el título de rey emérito, porque si se lo puede dar, se lo puede quitar y no pasa nada. En segundo lugar, tiene que lograr que su padre entre en el silencio más absoluto, que no aparezcan fotos de él en cacerías ni en francachelas, porque la opinión pública no se lo toleraría. El Tribunal de Cuentas no puede inferir para nada en la Casa Real, y eso que recibe dinero público. Hay Presupuestos Generales del Estado en los que se aprueban partidas de más de ocho millones de euros, pero no se tiene ninguna información. En Inglaterra, se sabe lo que gasta la reina Isabel en sombreros y en peluquería, pero aquí no se sabe nada. Todo es opaco. Felipe tendría que dar un paso de gigante, situando a la Casa Real como lo más transparente, dando a conocer todos los gastos. Todos esos regalos, esos debates sobre si le habían regalado un Ferrari, son un escándalo impropio de un país serio, democrático y con valores. Además, el actual rey debe tener una conducta ajustada a derecho”.
Manuel Monge escribe en Público, bajo el título “El clandestino”: “Quiero hablar de El Clandestino que salió de Madrid un 2 de agosto de 2020 y que, cuando escribo esta crónica de urgencia, 72 horas después, continúa desaparecido. Unos lo sitúan en el Caribe y otros en el entorno de Lisboa. ¡Y nadie sabe nada!... El martes, a primera hora, se conocía la noticia de que el rey emérito, Juan Carlos I de Borbón, se había ya exiliado, pero no en otra monarquía, sino en una república, la República Dominicana. Lo revela el monárquico diario 'ABC', de fuentes propias… El anterior monarca ha cruzado el Atlántico y se ha ido al Caribe. Aunque sus abogados prometieron seguir a disposición de la Justicia, sobre todo de la Fiscalía, que tiene abiertas diligencias sobre el rey emérito y sus negocios, difícilmente se imagina un regreso sencillo a España desde el otro lado del mundo”. Según 'ABC', don Juan Carlos de Borbón había viajado antes, durante el fin de semana, a la localidad gallega de Sanxenxo, en Pontevedra. Desde allí, donde siempre ha practicado la vela, una de sus grandes aficiones recreativas, se desplazó a Oporto, Portugal. En el país vecino, tomó un avión, pero no para regresar a la España monárquica, sino para viajar al aeropuerto de Santo Domingo de República Dominicana. “Lo más probable es que el Rey padre haya aceptado alguna de las muchas invitaciones que ha recibido por parte de sus amigos, conocedores del amargo momento que está viviendo, como consecuencia de las acusaciones realizadas por su ex amiga, Corinna Larsen. Y entre todos sus amigos, destaca Pepe Fanjul, que reside en Miami y es propietario del complejo hotelero Casa de Campo”, explica este periódico. Y, ante cualquier duda que pudiera surgir tras la noticia, sí que existe un tratado de extradición entre España y República Dominicana, desde 1984. En todo caso, nadie habla de que sea una residencia definitiva para Juan Carlos de Borbón, quien podría más adelante elegir otro lugar para vivir.
José Antonio Illanes publica en Facebook la siguiente carta:
“Una berlina barroca tirada por ocho corceles negros abandona a buen paso el Palacio Real. Los caballos lucen penachos negros que bailan al trote impuesto por cocheros vestidos con libreas encarnadas de paño fino, pelucas empolvadas y recogidas en trenza, zapatitos de charol y calzas blancas. Una caravana de cortesanos donde abundan las cortesanas, mayormente rubias, sigue en silencio a la berlina real. Una nube de moscas molestas como revolucionarios acosa a la comitiva. Hace calor. Un rey de España se marcha al exilio, otro rey, otra vez, y nadie sabe a dónde. Lo hace por el bien de España y de su hijo, también rey. Se lo dice en una carta: ‘Guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles, a sus instituciones y a ti como rey’. En España, cuando los reyes se exilian, siempre es mirando por el pueblo chusco, nunca por ellos. ‘Yo no quiero resistir. Si el bien de España exige que me vaya, lo haré sin vacilaciones’, dijo su abuelo antes de exiliarse en aquella carta escrita por el conde de Romanones, si bien Valle-Inclán aseguró que lo echaban ‘no por rey, sino por ladrón’. (…) Ya hay una legión de tertulianos, heraldos reales y mercaderes de noticias –me niego ya a llamarlos periodistas–, maquillando esta última tragedia de la España cañí en los platós y en la ‘prensa’ del IBEX: ‘Se ha hecho el harakiri por España y por su hijo’, cantan lagrimeando emocionados, como tonadilleras con bata de cola, peineta de carey y abanico rojigualda. Qué gran hombre. Cuánto le deben esta buena tierra de pan llevar y estos vasallos lenguaraces y descamisados, ingratos rufianes postulantes de repúblicas y guillotinas. El monarca que se marcha al exilio ha escrito una carta a su hijo, cuyo reinado ha manchado para siempre ya, pero no a los españoles por quienes tanto se ha sacrificado. ¿No merecemos los vasallos una explicación, una despedida, unas palabras de disculpa? ¿Siquiera un leve adiós desde la ventanilla de caoba de la berlina real? ¿Nosotros, que con nuestro sudor hemos pagado durante décadas sus pelucas, sus comilonas, sus cacerías y sus putas de lujo? ¿Ni siquiera un breve sermoncillo como aquellos de Navidad? ¿Ni una esquelita, aunque sea en papel de estraza? Yo tenía 13 años cuando proclamaron rey al monarca que se marcha al exilio. Yo era un niño y él, entonces, un rey joven y fuerte. Hoy es solo un viejo rico, decrépito y solitario al que su propio hijo ha echado de palacio por ladrón. Solo me inspira tristeza y le agradezco las lecciones aprendidas: que no cambiaría mi destino por el suyo y que, en España, las repúblicas las traen los reyes y no los revolucionarios”.David Torres escribe en Público “El rey y las ovejas”, en el que nos recuerda que nadie puede negar que uno de los grandes aciertos del juancarlismo es su servicio de prensa, habilidad que más bien es un privilegio, consistente en tener a la prensa a su servicio. “El penúltimo favor que acaban de hacerle es vender su escandalosa fuga al extranjero como otro servicio hecho al pueblo español, uno más en una larga lista de presuntos sacrificios patrióticos que incluyen el adulterio en serie, las comisiones millonarias, el desfalco a Hacienda y el blanqueo de capitales. La reacción de la prensa cortesana ha sido muy parecida a la de aquel médico que se estaba follando a una oveja y cuando su esposa, junto a unos detectives, lo sorprende en la cama de un hotel revolcándose con la oveja, exclama: ‘No, cariño, no es lo que te piensas. Es una paciente mía que se cree que es una oveja’. Sí, lo más grande del periodismo juancarlista es que se cree a pies juntillas sus propios editoriales (…) Con todo, el servicio de prensa está haciendo otro descomunal esfuerzo de genuflexión y limpiabotismo, intentando vender a un prófugo de la justicia, blindado constitucionalmente hasta las trancas, como un pobre hombre indefenso perseguido por una turba de desagradecidos. Gracias a una ingente labor de desinformación mantenida a lo largo de decenios, la opinión pública española es capaz no sólo de compadecerse de un vividor a todo trapo sino de ver un gran monarca en don Juan Carlos de igual modo que don Quijote transformaba en gigantes los molinos de viento. Antes, la moda consistía en decir que uno no era monárquico, sino juancarlista, ya que habíamos tenido la inmensa suerte de que un superhéroe viniera a aterrizar al final de una histórica dinastía de tarados, ineptos, holgazanes, traidores, ladrones y sátiros. Ahora, a la vista de la liebre levantada por la fiscalía suiza –un lepórido del tamaño y porte de un elefante blanco– los juancarlistas se han vuelto monárquicos de toda la vida… La Casa Real parece una de esas lámparas insectívoras donde, de vez en cuando, un mosquito se achicharra vivo. Ayer chisporroteó un elefante, algo normal en un país que todavía cree que Corinna Larsen es una oveja”.
Nius, el nuevo medio digital impulsado por Mediaset, que arrancaba en septiembre del año pasado, publicaba ayer, el sábado, esta fotografía e información del rey emérito a su llegada a Abu Dabi. “Ni Portugal ni República Dominicana. El primer destino del rey emérito tras su salida de España ha sido Emiratos Árabes. Así lo ha podido confirmar NIUS, que ha tenido acceso en exclusiva a una imagen de Juan Carlos I descendiendo del avión en un aeropuerto de Abu Dabi. El rey llegó a la capital de Emiratos el pasado lunes, momento en el que se tomó la instantánea que acompaña esta noticia. En Abu Dabi arranca pues el exilio voluntario acordado entre Juan Carlos I y su hijo Felipe VI”.
Fotomontajes, imágenes y fotos sorprendentes:
Monarquía corrupta.
Salida real.
Pep Roig, desde Mallorca: Tomando el covid, Plan, Quejas argumentadas, Tradicionando, A las bravas, Localógica…
Los vídeos de esta semana:
Sigue siendo una incógnita dónde se encuentra el rey emérito tras anunciar que se marchaba de España. Varios medios apuntan a que podría haber viajado a República Dominicana, pero no hay ninguna confirmación oficial.
La vinculación del REY emérito JUAN CARLOS I con REPÚBLICA DOMINICANA | RTVE“Yo, Juan Carlos I, Rey de España”, documental que el Gobierno del PP de Mariano Rajoy vetó su emisión, en octubre del 2016, e impidió que pudiera verse en España, fue emitido por TV1 el pasado jueves. Este documental fue grabado entre los años 2014 y 2015, está dirigido por el cineasta hispano-francés Miguel Courtois y guionizado por él mismo junto a la biógrafa del Rey emérito, Laurence Debray.
Investigan si el REY JUAN CARLOS ocultó DINERO en SUIZA | RTVE Noticias
Abraçando Jacare Trumpet |Trumpet ChoroChoro Abraçando Jacaré. Composed by Pixinguinha. Música y Trompeta | David Pastor