Pero ¿cómo empezó la confusión? El panda gigante fue descrito por el misionero Armand David en 1869 (1). David lo reconoció de inmediato como un oso. Tal fue el reconocimiento que David no lo describió con el nombre que ostenta hoy, sino como Ursus melanoleucus, nombre que significa "oso blanco y negro".
Y la cosa hubiera parado ahí de no ser por el zoólogo francés Alphonse Milne-Edwards. En 1870 él fue el responsable de hacer una descripción más científica que la de David. Fue él quién cambiara el nombre del género de Ursus a Ailuropoda (este nombre significa "pies de gato" en griego) pero también es él el responsable de meter la pata. Edwards se dejó llevar por el nombre común de éste y otro carnívoro del este de Asia, pensando que eran parientes muy cercanos. Éstos fueron el panda gigante (Ailuropoda melanoleuca) y el panda rojo (Ailurus fulgens).
Gracias al error de Edwards se formó una corriente de pensamiento que aseveraba que los pandas eran parientes muy cercanos y que éstos eran parientes de los mapaches (de la familia Procyonidae); después de todo, el panda rojo sí parece un mapache y se pensaba que el panda gigante era un deforme pandita que se había hecho gigante y con forma de oso como respuesta a su dieta: el bambú.
Hubo un tiempo en el que el panda fue más misterioso, se publicaban artículos por doquier, unos apoyando la idea de que el panda gigante era un mapache raro y otros diciendo que eran osos. Mejor vean la cantidad de artículos por ustedes mismos...
Si no alcanzan a ver la imagen, pueden hacer clic en este enlace para descargar la versión completa y en alta definición. Para entender mejor esa tabla y que no se pierda su información, he hecho este gráfico que explica la situación de los estudios desde 1869 y hasta 1999.
Pero hubo algunos que resistieron a la "mapachemanía". Una última alianza de anatomistas y biólogos moleculares lucharon contra el ejército de
Fue entonces cuando el zoólogo D. Dwight Davis publicó en 1964 el tratado anatómico más completo del panda que jamás se haya publicado (3). En serio, ni siquiera hoy en día existe tratado más completo que el de Davis. Gracias a este estudio, se comenzó a asentar la noción del panda como un oso altamente modificado y no como un pariente cercano de Ailurus (el panda rojo).
Pero como ahora estamos locos por la genética y la filogenia molecular, la cosa no podía acabar aquí. Así que los acólitos de la órden del nucleótido sagrado nos trajeron diversos estudios que apuntaban en la misma dirección a la que apuntó Davis. Pero de esos estudios el más completo llegó en 2010 de la mano de un equipo multinacional (4). En dicho estudio se utilizó no sólo un único gen, sino que se usaron 14 genes, incluidos genes nucleares y mitocondriales. Y no sólo eso, también se usaron representantes de casi todas las familias de carnívoros, tanto feliformes como caniformes. Dando como resultado un estudio muy completo que sanja la cuestión de ¿es el panda un oso?
Resulta que el panda gigante SÍ es un oso (Ursidae) y el panda rojo NO es un mapache (Procyonidae) y en cambio, tiene familia propia (Ailuridae). Los números sobre cada rama indican el tiempo de divergencia. Notamos que el panda se separó del género Ursus hace 18.2 millones de años, durante el Mioceno temprano. Y ¿qué dicen los fósiles? ¿hay pandas o parientes cercanos en el registro fósil? ¿estos parientes parecen osos o mapaches?
Pues bueno. Resulta que los fósiles más tempranos del género Ailuropoda son del Plioceno tardío (5) y pertenecen a la cronoespecie A. microta, de talla más reducida que los pandas modernos y que el panda del Pleistoceno (A. baconi, que era ligeramente mayor que el panda actual). Y además de observarse que desde el Plioceno tardío los pandas ya tenían adaptaciones hacia una dieta durófaga consistente en plantas duras, lo más sobresaliente (para efectos de este artículo) es que los autores reconocen que este panda antiguo es ni más ni menos que un oso...
Entre los representantes fósiles del género actual (Ailuropoda) tenemos a A. melanoleuca fovealis (una subespecie de panda gigante) del Pleistoceno tardío, a A. baconi del Pleistoceno medio a tardío (de 10,000 a 750,000 años), A. sp. (especie no identificada) del Pleistoceno inferior (de 1.2 a 1 Ma), A. wulingshanensis de la transición Plio-Pleistoceno (1.9 a 1.6 Ma) y A. microta del Plioceno tardío (2.4 a 1.9 Ma). Pero ¿hay otros pandas fósiles? Si.
Tenemos a varias especies del género Agriarctos (que requieren un estudio taxonómico para descartar sinónimos) del Mioceno tardío (9.7 a 6.85 Ma), Ailuractos lufengensis del Mioceno tardío (8.7 a 7.5 Ma) y al más antiguo de todo el linaje pandesco: Kretzoiarctos beatrix (que solía conocerse como Ursavus depereti, Ursavus primaevus y Agriarctos beatrix, todos estos nombres inválidos) del Mioceno medio (12.85 a 11.1 Ma). Todos estos animales no sólo son pandas, sino que además, los análisis filogenéticos (6) muestran que se agrupan dentro de la familia de los osos sin ser los más primitivos, formando una tribu recientemente denominada: Ailuropodinae. Así que más oso no se puede ser. Y además de los osos previamente mencionados, tenemos tres miembros del género Indarctos, I. punjabiensis (de 9.7 a 5.2 Ma), I. arctoides (de 9.7 a 7.5 Ma) e I. vireti (de 11.1 a 8.7 Ma).
Lo más interesante es que ahora hasta podemos saber con mucha seguridad que el linaje panda surgió del genero de oso Ursavus, uno de los más antiguos y primitivos de entre todos los osos. Esto es lo que hace que el panda tenga un aspecto muy primitivo en su esqueleto, pues deriva de un linaje de osos similares a los primeros osos. De ahí que en algunos sitios sensacionalistas hasta le digan al panda "fósil viviente".
Así que en conclusión, el panda gigante (u oso panda) es y siempre ha sido un oso, un miembro de la familia Ursidae, cuyo linaje se separó del resto de los osos modernos hace al menos 17 o 18 millones de años. Esto y la peculiar dieta del panda hacen que su morfología sea curiosa y fuera del arquetipo clásico de un oso, pero para nada cercana a la de los mapaches o la del panda rojo con quién sólo comparte rango de distribución y nombre común.
Literatura consultada:(1) David, A. 1869. Extrait d'une lettre du mêm, datée de la Principaute Thibetaine (independente) de Mou-pin, le 21 Mars 1869. Nouv. Arch. Mus. Hist. Nat., Paris 5:12-13.
(2) Lindburg, D. G., & Baragona, K. (Eds.). (2004). Giant pandas: biology and conservation. Univ of California Press. 311pp.
(3) Davis, D. D. (1964). The Giant Panda: A morphological Study of Evolutionary Mechanisms (Fieldiana Zoology Memoirs Vol 3). Chigaco Natural History Museum.
(4) Eizirik, E., Murphy, W. J., Koepfli, K. P., Johnson, W. E., Dragoo, J. W., Wayne, R. K., & O’Brien, S. J. (2010). Pattern and timing of diversification of the mammalian order Carnivora inferred from multiple nuclear gene sequences. Molecular Phylogenetics and Evolution, 56(1), 49-63.
(5) Jin, C., Ciochon, R. L., Dong, W., Hunt, R. M., Liu, J., Jaeger, M., & Zhu, Q. (2007). The first skull of the earliest giant panda. Proceedings of the National Academy of Sciences, 104(26), 10932-10937.
(6) Abella, J., Alba, D. M., Robles, J. M., Valenciano, A., Rotgers, C., Carmona, R., ... & Morales, J. (2012). Kretzoiarctos gen. nov., the oldest member of the giant panda clade.