Hoy se puede orquestar un juicio a nivel mundial, sin que se presenten pruebas fehacientes y convencer al jurado -o sea nosotros- de la culpabilidad de cualquier persona u organización.
En este tribunal que integramos la población de México con acceso a internet y redes sociales ya se juzgó por ejemplo a la mamá de Paulette Gebara, sin que la investigación policiaca haya concluido, en este mismo tribunal se vive una inusitada campaña en contra de la Iglesia Católica, en lo personal no me consta que haya curas pederastas, y al grueso de la población tampoco, pero el internet hace posible que nuestros sentimientos de rechazo hacía la institución los volquemos en todo tipo de comentarios.
Se requiere de verdadera maestría para salir bien librado de esta, si la Iglesia es culpable de admitir y no despedir a sacerdotes pederastas tiene que agilizar su respuesta a la sociedad, ya no son los tiempos de antes, tienen que actuar como dice la publicidad de telmex “en infinitum”, o sea a una velocidad de 2 a 5 gigabytes por segundo.
La Iglesia Católica esta repleta de personas inteligentes, es necesario que esas personas evalúen como el internet puede construir una nueva imagen para todos ellos, el campo de batalla es en la WWW y los veo como queriendo luchar fuera de este ring, por lo que bien haría Benedicto XVI en agarrar un iPad y desde allí gobernar su grey parte de su valioso tiempo cada día.
Si en realidad hay curas pederastas en México en este momento, como lo señala el artículo de Milenio hoy en su edición digital, ¿que esperan para mandarlos a una clínica de rehabilitación? Después dejarles de lado, no tirarlos a la basura aclaro pues ante todo son personas, pero son ovejas negras que difícilmente tienen compostura, tienen la capacidad de desarrollar un oficio en este país, casarse o vivir en soltería y allá ellos en sus largas noches, pedir perdón por sus pecados.
Mientras tanto la Iglesia puede mostrar el músculo que tiene detrás de los ojos, subirse a la red y no dejar de comunicar sus virtudes 24/7, pues este organismo es como lo fue el imperio español en sus días de esplendor: En sus dominios nunca se oculta el sol. Son seguramente muy pocos los casos de pederastia como para tratar de satanizar a toda la institución, es más una campaña de desprestigio alimentada por la facilidad de opinar al respecto gracias a las nuevas tecnologías.
A ellos les dejo una pregunta: ¿Han escuchado hablar del nuevo marketing?
Señores, si me permiten un humilde consejo: Suban los archivos secretos del Vaticano a la red, no pierdan esta valiosa oportunidad, no saben como el mundo de hoy se los agradecería y la imagen positiva del catolicismo mejoraría notablemente. Hoy ya han perdido demasiado, pueden recuperarse.