La Iglesia contemporánea en el Perú (1900-1934). Asambleas eclesiásticas y concilios provinciales

Por Joseantoniobenito

La Iglesia contemporánea en el Perú (1900-1934). Asambleas eclesiásticas y concilios provinciales.

Josep-Ignasi Saranyana, FERNANDO Armas Asín

Lima, 2010. 218 p. (Instituto Riva Agüero y Universidad de Navarra)

La Iglesia del Perú no se agota en el siglo XVI, a pesar de su riqueza y sus numerosos estudios como los pioneros de Fernando de Armas Medina. Otro Fernando Armas, experto en nuestra historia patria contemporánea, acompañado del maestro de la historia de la teología en América, Josep-Ignasi Saranyana, roturan un campo casi virgen en la historiografía de la iglesia contemporánea del Perú. Lo hacen con audacia y precisión. Las fuentes son de primera categoría pero lejanas para los peruanos ya que provienen del Archivo Secreto Vaticano y corresponden a las delegaciones apostólicas de Monseñor Alejandro Bavona (1901-7), Ángel María Dolci (1907-10), Ángel Jacinto Scapardini (1910-1917) y la nunciatura de Monseñor Lauri (1917-21). Los años correspondientes a los nuncios Serafino Cimino (1921-28) y Gaetano Cigognani (1928-36) en proceso de catalogación se han suplido con el fondo del Archivo del la Congregación del Concilio (hoy en la Congregación del Clero) y lo publicado en el boletín del Arzobispado de Lima “El Amigo del Clero”.

El primer capítulo nos ayuda a enmarcar las coordenadas políticas y religiosas del Perú en el cambio de siglo. El segundo se refiere a las asambleas eclesiásticas a partir del Concilio Plenario de América Latina de 1899, su recepción en las iglesias particulares, las reuniones de 1899, 1902, 1905. El tercer capítulo se centra en el VII Concilio Provincial de 1909 en el marco de las Asamblea episcopales de 1909 y 1911, la fundación del Seminario Central, el Concilio Provincial de 1912. El cuarto se refiere al VII Concilio Provincial de 1912 y al Codex Iuris Canonici de 1927, en el marco de las asambleas de 1915 y 1917. El capítulo 5 analiza el contexto político-eclesiástico del VIII Concilio provincial de 1927, referido al Oncenio de Leguía y el singular protagonismo de Monseñor Lissón que le lleva a extraña renuncia solicitada por el Vaticano. El capítulo 6 estudia el contenido del VIII Concilio, fijándose en los asuntos más debatidos: el influjo del protestantismo la prensa católica, las relaciones de los obispos con los capítulos catedrales, el Santuario de Santa Rosa, los católicos y la política, el matrimonio canónico y civil, las iniciativas financieras, Santo Tomás de Aquino, la vida común de los sacerdotes seculares. El 7 nos narra los entresijos del complejo y largo itinerario para aprobar el VIII concilio, así como la doctrina calcada del Concilio Plenario Latinoamericano de 1899, el VII Concilio de 190912 y el CIC de 1917.

El presente estudio se nos ofrece como importante revisión del accionar de la Iglesia Peruana en las primeras décadas del siglo XX. El texto nos remite a los hechos e ideas desarrollados en reuniones episcopales, asambleas episcopales y concilios provinciales entre 1900 y 1934, lo cual nos permite ver el desarrollo que tuvo la doctrina y praxis de los sectores eclesiásticos. Asimismo, este trabajo nos muestra la rica relación que la Iglesia tuvo con el mundo político y social de su época, algo evidenciado en hechos como la fundación de la Universidad Católica en 1917, la Consagración al Sagrado Corazón de Jesús de 1923, los debates sobre la creciente de una asociación para el clero diocesano o el apoyo de la jerarquía episcopal a un hipotético partido católico confesional, la discusión sobre la tolerancia de cultos en el marco de la Consti6tución de 1860 y la ambigua solución desde 1915, la buena prensa, la extraña renuncia de Monseñor Lissón, las dificultades de la aprobación del VII Concilio Provincial.

Como valor añadido, destaco los cuatro apéndices. Una valiosa síntesis de la estructura de la provincia eclesiástica de Lima desde 1546 a 1927 en la que se pasa de 5 diócesis en 1511 (Primer Concilio Provincial) a 13 demarcaciones (9 diócesis, tres vicariatos y una prefectura) en el VIII Concilio Provincial en 1927. El Plan detallado de la Congregación Consistorial para la reforma del clero y de los seminarios del Perú en 1910; los acuerdos de los obispos sobre el Seminario Central de 1911; la entrañable carta de San Pío X a los obispos del Perú, el 13 de septiembre de 1910, de la que cito su entrañable encabezamiento: “Si entre las provincias eclesiásticas de América hay alguna que deba aventajarse y resplandecer ante Dios y ante los hombres con los fulgores de la perfección evangélica, seguramente es la Iglesia Peruana, por ser una de las más antiguas de toda la América, por contar entre sus hijos tantos valores ilustres en santidad, y por haber sido desde sus principios cultivada y fecundizada con los trabajos apostólicos del gran Santo Toribio”.

Obra de obligada consulta para conocer todo lo que se fraguó en el primer tercio del siglo XX al calor de la interdependencia iglesia-estado del Perú.