El 31 de octubre de 2017 habrán pasado 500 años desde que Lutero clavara sus Tesis en la puerta de la catedral de Wittenberg. En Brasil, los fieles luteranos se preparan desde ahora para celebrar el que se considera el comienzo de la reforma protestante. Una celebración «no en sentido triunfalista», sino recordando el espíritu ecuménico de un Lutero que bucaba una renovación interna para toda la cristiandad.
El pastor presidente de la Iglesia Evangélica de Confesión Luterana en el Brasil (IECLB), Walter Altmann, llamó en el Día de la Reforma de 2010 a sus congregaciones a que se prepararan para «esa fecha tan significativa para la vida de las iglesias de la cristiandad como un todo».
Por más orgullosos que el mundo luterano pueda estar ante del redescubrimiento que Martín Lutero hizo del mensaje central del Evangelio – salvación por gracia y fe -, no cabe celebrarla en sentido confesional, como su fuese mérito de las iglesias luteranas, advierte Altmann. «Lutero nunca quiso crear una iglesia propia, él quiso dar su contribución a la vida de toda la iglesia. Por tanto, tenemos un sentido ecuménico universal en el ser iglesia. Esa dimensión debe ser preservada y en ella queremos expresar nuestra gratitud por el Día de la Reforma, por aquel acontecimiento en 1517», sustenta.