La iglesia no quiere mirar el pasado sino el futuro.

Publicado el 16 agosto 2011 por Santiagomiro

Pacto de la Iglesia y del franquismo fascista.


“La Buena Nueva” película de Unax Ugalde, muestra el alucinante el papel que la Iglesia tuvo durante la Guerra Civil, inequívocamente del lado franquista.

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha remitido una carta a todos los obispos y arzobispos españoles, pidiéndoles un “gesto simbólico” de condena a la dictadura franquista en el marco de los actos previstos durante estos días. La Asociación considera que la visita papal es una “buena oportunidad” para que la jerarquía española “asuma con madurez y responsabilidad las consecuencias de su apoyo a la dictadura y su colaboración en la constitución de un régimen que causó daños enormes a miles de ciudadanos. “La Iglesia –reconoce dicha asociación– trabajó con los golpistas en la guerra y ayudó localmente a planificar la represión”. Pide una condena del uso de la fuerza “de quienes no aceptaron los resultados de unas elecciones democráticas” y la asunción pública de los errores por parte de la Iglesia, dada la cercana relación de la institución religiosa con los militares sublevados contra el gobierno de la República, el 18 de julio de 1936.

“La Iglesia católica –denuncia la ARMH presidida por Emilio Silva, nieto del comerciante asesinado en octubre de 1936– fue uno de los grandes pilares del régimen y muchos de sus miembros miraron para otro lado cuando, en la retaguardia, los pistoleros de falange asesinaron a decenas de miles de civiles”. Como prueba de los lazos que unían al Vaticano con los militares franquistas, la ARMH recuerda la portada de ABC del 20 de junio de 1939, donde se ve al papa, Pío XII, con García Súñer, entonces ministro de Gobernación, y varios legionarios de visita en Roma para rendir homenaje al pontífice. “La Iglesia –señala el colectivo que busca e identifica, desde hace más de diez años, a los desaparecidos en fosas comunes– trabajó con los golpistas en la guerra, ayudó localmente a planificar la represión, hizo propaganda para construir el mito del dictador como primer vencedor del comunismo, convirtió a la mujer en una especie inferior y maleducó a millones de ciudadanos”

En la misiva enviada a la jerarquía de la Iglesia que estos días se reúne en Madrid, la ARMH insiste en que la visita de Ratzinger es una “oportunidad inmejorable” para rechazar el “colaboracionismo franquista, condenarlo y reparar, en la medida de lo posible, el terrible daño que la dictadura causó a millones de personas”. Para Silva, realizar este gesto delante de miles de jóvenes supondría “sembrar una semilla para que errores tan duros no se vuelvan a cometer”. Pero la Iglesia ya ha dicho que “ese pasado hay que dejarlo quieto, a la vez que ha beatificado a cientos de mártires de la Guerra Civil”.

El historiador Julián Casanova nos recuerda cómo, cuando se cumplía el primer año de la contienda, la jerarquía católica, a petición de Franco, firmaba una carta fechada el 1 de julio de 1937 para definir su postura en la Guerra Civil Español como “Cruzada de liberación” y delimitar su posición frente al resto del mundo. De esta manera pretendía explicar a los católicos de fuera de España los motivos de su adhesión a los militares sublevados contra el gobierno de la República. Hoy, la jerarquía española ya no firma cartas que dejen sus intenciones tan claras, pero prefiere olvidarse del pasado e insiste en magnos acontecimientos mundiales como el de la JMJ que esta semana se celebra en Madrid y que el mismo Franco hubiera celebrado con el mismo empuje que los gobiernos madrileños del PP y central, del PSOE.