La iglesia no ve Internet con buenos ojos, igual que no veía a Galileo, pero esta vez no tiene el poder para llevar a nadie a la hoguera como hacía antaño. Sólo puede condenar su uso y pedir a sus fieles que no se dejen tentar por esta nueva herramienta del diablo.
Sin embargo, hay sectores menos retrógrados que ven en la red una aliada. La hermandad de monjes de Sainte Marie de la Garde, cerca de Agen (a medio camino entre Bordeaux et Toulouse), han puesto en la red una iniciativa de lo más curiosa: desde jeconstruisunmonastere.com solicitan fondos para restaurar su monasterio. A cambio ofrecen ayuda espiritual, y hasta permiten descargar sus widget para poder rezar los salmos con estos cibermonjes: no hay excusa para no ir al cielo, y ahora hasta se puede solicitar on-line.