La ignorancia al alcance de todos

Publicado el 30 junio 2016 por Belduque

Hoy en día está muy de moda los revolucionarios de escritorio, de celular o de cibercafé, que creen que porque “opinan” o publican sus puntos de vista ya están haciendo algo por cambiar al mundo. Es esta sub-cultura de los llamados “millennials” que originalmente fue llamada la “generación Y”, vanagloria mucho el hablar sin reflexionar o penar bien antes de decir las cosas.
Estos “opinólogos” de hoy saben mucho de aplicaciones para sus smarthphones, pero no saben nada de ciencia ni de tecnología, e incluso la mayoría de ellos ni siquiera saben como funcionan sus propios teléfonos o de que están fabricados. Los jóvenes de hoy solo les interesa saber que son las cosas, pero no les interesa saber el como y porque de las cosas. Ahí radica su ignorancia y así se ponen a opinar de todo lo que está a su alcance, y hasta de lo que no está a su alcance.
Tenemos muchos ejemplos en el internet y las redes sociales, hay individuos que aseguran que la Tierra es plana, que la gravedad no existe, que las pirámides las construyeron los extraterrestres o que la evolución es falsa. En pleno siglo XXI existe ese nivel de ignorancia e incultura en las personas de grandes ciudades industrializadas.
Pero como hoy en día cualquiera se puede poner a escribir en una página web o grabar un video, ya se creen con la autoridad para hacer señalamientos e indicar el rumbo por donde debe ir el mundo, según sus creencias e ideologías, y autonombrarse dueños de la verdad absoluta. De esos hay muchos, el problema es cuando se les pone frente a la cruda realidad, de que lo que tanto promueven es falso y sin sentido.
Estos pseudo-filósofos posmodernos se toman el papel de una nueva “Santa Inquisición” y se ponen a atacar y condenar a cuanta persona les señale sus errores. Se lanzarán con toda su furia contra quien ponga en evidencia que sus argumentos solo son viles falacias sustentados en sofismas. Les interesa mucho su libertad de expresión, pero harán todo lo que esté en sus manos para censurar y coartar la libertad de expresión de los demás que pongan en duda o cuestionen sus ideas, y más si esos otros demuestran que lo que ellos dicen es una falsedad.
El título de “Licenciado en filosofía” no te hace filósofo, el haber leído un puñado de libros o revistas de un tema te hace experto en ello. No niños, andan muy errados, el mundo existe desde mucho antes que ustedes hubieran nacido. Los ladridos de muchos perros no dicen nada aunque sean muchos perros los que ladran, solo son ladridos. Esa es su realidad.
Es lastimoso ver como personas que leyeron un par de folletos de “metafísica” ya se quieren poner a explicar fenómenos naturales que son universales y que ya han sido más que explicados y evidenciados por la ciencia. El neo-oscurantismo hace de las suyas cuando se le permite actuar. Los padres jóvenes de estos años ya no saben educar a sus hijos, no saben inculcarles valores ni enseñarles virtudes, pero publican en las redes sociales que sus hijos son los “tesoros de sus vidas”, pero no hacen nada por no convertirlos en fracasados y lastres de la sociedad.
Se quejan de gobernantes y políticos incultos, pero la gran mayoría de ellos son los mismos que colaboraron para imponer esa ideocracia en el mundo virtual de las redes sociales. Como dirían algunos, escupen para arriba y no hacen nada para esquivar su escupitajo. Cuando tú teléfono inteligente es más inteligente que tú, es cuando puedes darte cuenta de que eres un ignorante.
Hoy en día tenemos el problema de la telebasura, las páginas de internet basura y hasta libros basura que solo publican y promueven ideas que solo podrían ser “ciertas” si alguien se las cree, como el ilógico y falso “secreto de la ley de la atracción del pensamiento positivo”. La conmiseración en para los miserables que solo desean que los demás sean tan miserables como ellos.
En pleno siglo XXI y muchos siguen checando su horóscopo por internet. Algo hizo mal la sociedad en estas últimas dos décadas, pero hay que corregirlo, de lo contrario la sociedad misma vivirá una crisis intelectual, o más bien una involución intelectual a nivel mundial. Hay que dejar de escuchar a los burros rebuznar, y poner atención a lo que sí nos aporta conocimiento, a lo que sí nos aporta valores, a lo que nos haga crecer en virtudes humanas.
He dicho, ahí se los dejo de tarea.
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