Pero hay que seguir luchando para que la información y el conocimiento real llegue al público, que es quien lo necesita. Por esas campañas de desinformación varios médicos y enfermeras han sido atacados en varios lugares, lanzándoles desde agua con jabón hasta cloro para agredirlos. Por esos mismos bulos han atacado clínicas y hospitales donde se hacen pruebas o se han atendido a pacientes con SARS CoV2, la enfermedad causada por el coronavirus Covid-19.
Otra campaña que causó mucho ruido y confusión fue esa que atacaba a las antenas de telefonía móvil 5G, pues decían que ayudaba a la difusión del coronavirus o que causaba falta de oxigenación en el organismo, algo que es totalmente falso como se ha demostrado y constatado. La radiofrecuencia que se utiliza en la telefonía 5G no es ionizante por lo que no genera ninguna radiación residual que pueda ser dañina a algún organismo.
Evidentemente varios de esos conspiracionistas que malintencionadamente promueven esas ideas falsas y bulos, tienen intereses ocultos para hacerlo. Pues se ha constatado reiteradamente su reacción violenta al ser desenmascarados y refutados sus falsos postulados, dejando expuesto que sí tienen intereses oscuros tras sus maquinaciones, y que no se trata de simples aficionados conspiranoicos, por eso atacan y amenazan a todos aquellos que hemos descubierto sus engaños.
Hace varios años denuncié públicamente al movimiento neo-oscurantista y la influencia que estaba tomando en medios de comunicación y en el internet, pues es el más vivo ejemplo de la corrupción humana. Buscan corromper y contaminar todo lo que esté a su alcance con sus timos. Quieren justificar ideas irracionales con videos de Youtube plagados de sofismas o memes que promueven falacias e ideas de odio.
Promueven la tecnofobia, el odio y temor a la ciencia y a la tecnología, el miedo al conocimiento dirían otros, como lo hacía la Iglesia católica y otros cultos en la Edad Media que condenaban a muerte a quienes no se apegaban a sus ideologías basadas en sobrevaloradas mitologías antiguas. Hoy en día lo siguen haciendo los grupos político religiosos que promueven iniciativas de ley que van contra los derechos y libertades humanas.
Una barrabasada que ha surgido en Estados Unidos para intentar argumentar el no usar el cubrebocas es lo de “mi cuerpo, mi decisión”, pero eso no aplica si tu decisión pone en peligro a toda la comunidad, es de imbéciles creer que son negociables las normas de sanidad para protegernos del coronavirus. Otros han sacado que la implantación de un chip de identificación es “la marca de la bestia”, pero esa bestia mitológica ya vive en sus corazones y en sus cerebros si creen realmente en esas cosas.
Lo del chip de identificación ya lo comentamos hace muchos años, cuando comenzó el movimiento de odio de los globalifóbicos, encabezados por agrupaciones de odio religiosas, grupos pro-comunismo y pro-anarquismo. El odio y la ignorancia siempre han sido una gran herramienta para tiranos y dictadores, en este siglo así lo estamos constatando de nuevo.
Esta crisis mundial esta siendo aprovechada por esos grupos que promueven la mistificación, se aprovechan de que a mucha gente, la masa barbara e inculta, le gusta mucho los contenidos basura en los medios de comunicación (telebasura, radiobasura, basuraweb, etc.) y los atraen con ese tipo de contenidos que les satisface y les hace sentir bien, aunque en realidad no les deje nada de provecho o beneficio, más que una terrible perdida de tiempo. Y no falta los que dicen “pero es lo que le gusta a la gente”, y es ahí donde les recuerdo eso que dije de “a las moscas dales mierda y ellas estarán contentas”.
Lo que hace mucha falta hoy en día es medios con contenido de valor, con contenidos que promuevan la cienca, la tecnología, el arte y la cultura, eso que sí aporta valores y virtudes a la sociedad. No ver como hacen “twerking” o “perrean” unas adolescentes, o escuchar música que vanagloria a los vicios. El contenido basura se produce para un público mosca, gente que no quiere estudiar ni trabajar para progresar.
Esa degradación humana es la misma que ahora busca que la gente ataque a las antenas 5G, que la gente salga a las calles a videograbar hospitales con enfermos o atacar a los médicos que combaten al Covid-19 y que buscan el desarrollo de la vacuna. A propósito de esta futura vacuna, tiene que ser obligatoria para todos, pues es por el bien de toda la humanidad, tiene que ser consignado penalmente como ciberterrorismo esos ataques. Los que atacan a la vacunación pública también deben de ser encarcelados. No es libertad de expresión lo que ellos hacen, la libertad de expresión no es para difundir viles engaños que ya han sido refutados y descartados o para incitar a actos que son dañinos para todos, es para informar y servir a la comunidad.
La ciencia tiene un gran valor, y es que se puede corregir y optimizar a si misma con el paso del tiempo y con el avance de ella misma, esa es su función, generar conocimiento que permita a la humanidad avanzar por el bien de todos. El mundo necesita una nuevo movimiento mundial de ilustración, el mismo movimiento que puso fin al oscurantismo en la antigüedad.
Que todos tengan una muy bella y desmitificante noche.
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