La imagen pública

Por Alena Murillo @AlenaMurillo


   Todos tenemos una imagen pública.  En el momento en el que nos relacionamos con otras personas, todos nuestros actos y decisiones, tienen repercusión en lo que los demás piensan de nosotros.  
         Por otro lado, es muy frecuente que los demás perciban algo diferente de lo que queremos transmitir.
   ¿Cómo se crea la imagen pública?

 


   A través de nuestros sentidos, captamos los diferentes estímulos que recibimos de las otras personas.  Este proceso es la percepción.  Todos los estímulos que percibimos los procesamos mentalmente y creamos imágenes o conceptos básicos.  Pero los seres humanos tenemos opiniones; así que esas imágenes o conceptos pasan nuestro filtro de opinión y con ello creamos la identidad de las personas con las que nos relacionamos.  Con el tiempo, y la repetición de este proceso, se crea la reputación.

   Este proceso es conocido como la ecuación de la imagen.



   Cuando una imagen es percibida de la misma forma por un grupo de personas, pasa a convertirse en imagen pública.
       Por lo tanto, la imagen pública es la opinión que un colectivo tiene de una persona o una institución. 

   La imagen pública es dinámica.  Crear la imagen que queremos tener y que se corresponda a nuestras expectativas es complicado, pero mantenerla mucho más.  
   Es por este motivo que deberíamos tener presente el no disfrazarnos e intentar aparentar ser lo que no somos, ya que es imposible mantener una imagen falsa durante un periodo prolongado de tiempo.  Sólo hay que ver esos realitys en los que los protagonistas intentan caer bien a la audiencia pero tarde o temprano su verdarero temperamento sale a la luz, unas veces para mejor y otras para peor.  Y aún así, la audiencia cada semana elige "un malvado" al que nominar que varía según las circunstancias.  
       Esto  se  debe  a  que  la opinión que tenemos sobre las personas se basa principalmente en nuestra percepción del mundo y nuestros sentimientos.  Por eso se dice que la imagen es relativa.  Depende tanto del emisor como del receptor.  Ante un mismo estímulo, dos personas pueden tener opiniones totalmente opuestas.

   ¿Por qué debemos cuidar nuestra imagen pública?

   Está comprobado que cuanto mejor es la opinión pública que se tiene de nosotros, mayor es nuestro nivel de influencia, pudiendo alcanzar metas que de otra manera no estarían a nuestro alcance.
   Hay que tener en cuenta que la creación de la imagen es un proceso racional, y que por lo tanto se puede moldear como nosotros queramos pero que requiere una metodología.  Además, hay que cuidarla porque es más fácil crearla a partir de cero que reconstruirla.
   El secreto de crear una imagen pública fuerte y que resista en el tiempo es la coherencia.  Debe representar la naturaleza y la esencia de la persona que la sustenta.  Alcanzar y desarrollar nuestro máximo potencial es una meta que todos podemos conseguir; intentar ser quien no somos es un imposible difícil de mantener.