Desde hace dos años los tres agregados monetarios (M1,M2 y M3) ha tenido un descenso imparable en Italia, situación que explica el actual colapso que vive el país peninsular y la humillante salida de Il Cavalieri Berlusconi. El Banco Central Europeo podría haber evitado esta implosión pero Jean-Claude Trichet no reaccionó. Ahora se espera que Mario Draghi provea la mayor cantidad de liquidez para evitar el infierno por venir... aunque solo ayudará a dilatarlo en el tiempo.
La actual Unión Monetaria Europea se encuentra bloqueada por la pérdida de competitividad de los países del sur (Italia, España, Grecia, Portugal) en comparación a Alemania. En el caso de Italia la pérdida de competitividad llega al 40 por ciento y es tarde para revertirla por la vía de la deflación dado que la deuda pública supera el 120% del PIB. Dado que no hay manera de conciliar políticas de ajuste que estimulen el crecimiento y de aplicar una devaluación masiva de la moneda, lo más coherente es una salida de Italia de la zonaeuro. Se trata de una medida no deseable, y es lo que tiene a la economía italiana en una espiral fuera de control.
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