La importancia de darle atención a tu hijo

Por Ainara Moreno San Miguel

El lunes os comenté en el post dedicado al aguante del papi, el largo y difícil periodo que hemos pasado con la piccola Chloe. Las 3 largas semanas en las que todo era un lloriquear, un “mami teta” a todas horas, mil despertares nocturnos (si… las noches con un despertar se quedaron en la historia), una rabieta tras otra y una sensibilidad a flor de piel que sacaba a cualquiera de sus casillas. ¿Y si te digo que la culpable de este comportamiento era ya misma sin darme cuenta?

Me había planteado dos opciones, la primera parecía que la piccola estaba empezando con su crisis de los 2 años (aunque por adelantado) diciendo a todo que no y enfadándose por cualquier cosa… La segunda opción, que le estaban saliendo los colmillos, son los únicos dientes que le faltan y al parecer son muy molestos cuando les salen. Viendo las señales parecía que todo apuntaba a los dientes! Así que intentábamos cargarnos de paciencia pensando que sería pasajero y que pobrecita le dolía la boca.

Pero el viernes pasado, mientras estaba tumbada en la cama (como sabéis estuve enferma) y pensando en la piccola, sobretodo pensaba en lo complicado que debe ser para ella entender que su madre no le haga caso, que este siempre en la cama y que cuando la vea no tenga ni siquiera ganas de jugar con ella… se me encendió la luz. ¿NO SERÁ QUE LA PICCOLA ME ECHA DE MENOS?

Recapitulemos! He pasado una semana un poco distanciada de ella porque tuvimos de visita a mi padre y mi hermana, con lo que mi atención se dividía un poco para todos. Después me he lanzado con los cambios de la web de mi trabajo, si si, me he vuelto loca y estoy haciendo la web yo sola! Una locura, pero me ahorro 2.000 eurazos. Y por último, voy y me pongo enferma. Digamos que he estado absorbida, y mucho, por otros quehaceres que no se llamaban piccola Chloe, así que debo reconocer que he estado algo distanciada de ella.

Normalmente todas las tardes cuando se despierta de su siesta me dedico única y exclusivamente a ella, jugamos, paseamos, merendamos, todo juntas! A ratos juega sola, pero cuando a ella le apetece, entonces en ese momento yo aprovecho y hago mis cosas. Pero es ella quien ha decidido siempre cuando jugar sola, nunca se lo he marcado yo. Así que imagino que durante todos estos días que yo he estado haciendo mis cosas, ella no entendía porque su mami no le hacía caso como de costumbre… así que su plan era, si pido teta me hará caso. Con lo que cada dos por tres la tenía suplicándome la teta, y yo sin entender porque estábamos pasando esa crisis de lactancia! Incluso recuerdo un día que mientras yo estaba concentrada en mi nueva web en el ordenador ella me pegaba en la pierna y toda enfadada me decía “Mami, no!” y hacía que no con su dedito. Obviamente, ignorante de mi no entendí su mensaje…. aunque ahora lo veo bien claro, no quería que estuviera en el ordenador, me quería a mi.

El caso es que después de meditar sobre este tema, decidí dedicarme todo el fin de semana exclusivamente a ella y al papi. Nada de ordenador, nada de web, nada de móvil ni distracciones. Y adivina… el mismo sábado ya estaba mejor! El domingo estuvo tranquilísima y lleva toda la semana bien. Incluso duerme mejor. ¿No te parece increíble? A todo esto, no le ha salido ningún diente! Así que la teoría del diente la dejo un poco de lado… Aunque no la descarto!

¿Con esto que quiero decir? Que si nuestros hijos tienen nuestra atención, la justa que necesitan por nuestra parte, serán mucho menos propensos a tener rabietas y enfados! Por que muchas veces, el único motivo por el que nuestros hijos están intranquilos, es por nuestra culpa! Y lo peor es que en tantas ocasiones no nos damos ni cuenta!

¿Que he aprendido de todo esto? Amiga, cuando veas a tu hijo enfadado lo primero que debes hacer, es analizarte tu misma! Seguramente de ahí sacarás la raíz del problema. Obviamente hablo desde mi experiencia, con lo que puede que con los niños más mayores la cosa sea distinta… aunque me da a mi que todo está muy ligado. Aún así seguramente hayan fases y periodos de más rabietas que no son controlables… pero puede que esta técnica ayude a calmar la situación.

¿Que te parece mi teoría? ¿Te has encontrado en una situación similar en algún momento? Estoy muy interesada en saber vuestras opiniones, sobretodo la de las mamás con hijos más mayores para saber si esta se aplica también en ellos. 


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