Una buena pregunta es una semilla que debe
sembrarse para que produzca más semillas, con
la esperanza de reverdecer el paisaje de las ideas.
John Ciardi
Lograr que los estudiantes
desarrollen las capacidades necesarias para desempeñarse como
aprendices permanentes, trabajadores y ciudadanos activos en la economía
del conocimiento, es una de las mayores preocupaciones de quienes
formulan políticas educativas en cualquier nación. El mundo cambió y
resulta inaplazable reducir la brecha entre lo que aprenden los
estudiantes cada día en la escuela y lo que los ámbitos académico y
laboral requieren de ellos.
Así las cosas, la pregunta
natural es: ¿cuáles son esas capacidades que cualquier ciudadano
requiere para desempeñarse con éxito en el mundo de hoy? Tony Wagner,
codirector del grupo “Cambio de Liderazgo” (CLG, por su sigla en inglés)
de la Escuela de Graduados en Educación de la Universidad de Harvard,
en su libro “The Global Achievement Gap” [1], identificó siete capacidades necesarias para sobrevivir en el nuevo mundo del trabajo:
- Pensamiento crítico y solución de problemas.
- Colaboración a través de redes y liderazgo por influencia.
- Agilidad y adaptabilidad.
- Iniciativa y espíritu emprendedor.
- Comunicación efectiva, oral y escrita.
- Acceso y análisis de información.
- Curiosidad e imaginación.
Según Wagner, “padres y
educadores que no atienden estas siete capacidades exponen a la
juventud al riesgo de no estar en condiciones de conseguir y mantener un
buen trabajo, de crecer como aprendices, o de hacer contribuciones
positivas a su comunidad”.
Respecto a la primera capacidad,
pensamiento crítico y solución de problemas, Wagner narra en su libro
las respuestas, de dos altos directivos de sendas multinacionales, ante
la pregunta ¿cuáles son las cualidades más importantes para seleccionar
a un nuevo empleado en su compañía? Las respuestas lo sorprendieron:
más allá de habilidades técnicas, lo que estas multinacionales buscan
son personas que “pueda hacer buenas preguntas”. Adicionalmente
argumentaron: “en un mundo, en el que los negocios son cambiantes y,
por ello, las habilidades de nuestros ingenieros deben también cambiar y
rápidamente, podemos enseñar a los nuevos empleados cosas técnicas;
sin embargo, para resolver problemas o aprender cosas nuevas, ellos
deben saber qué preguntas formular y eso no podemos enseñarlo. Formular
las preguntas correctas es la capacidad más importante que buscamos”.
En
resumidas cuentas, hay consenso entre los empresarios acerca de que
“la capacidad para hacer buenas preguntas es componente esencial tanto
del pensamiento crítico como de la capacidad para solucionar
problemas”. Y ahora, cuando las organizaciones deben lidiar con grandes
flujos de información, las personas deben pensar de manera crítica y
tamizar cantidades abrumadoras de información con el fin de averiguar
qué es importante y qué no.
Esto nos lleva directamente a la
Competencia para Manejar Información
(CMI) que los estudiantes deberían desarrollar durante los ciclos de
educación básica y media. La CMI es uno de los muy variados escenarios
educativos en el que formular buenas preguntas resulta fundamental y
Eduteka ha tratado este tema en profundidad desde el año 2002. Para
ello, se desarrolló y publicó el
Modelo Gavilán
para solucionar problemas de información y se acompañó de una
metodología que facilita al docente diseñar y ejecutar actividades de
clase que conduzcan a que los estudiantes desarrollen, de manera
efectiva, esta competencia.
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