(AE)
No sé cuántas veces he recibido ya el mensaje que acompaña a esta terrible foto, donde se puede apreciar a decenas de cadáveres quemados puestos en fila. El mensaje en cuestión que acompaña a la fotos habla de la pasividad del mundo occidental ante los ataques de musulmanes fundamentalistas (en algunos casos identificados ya como el grupo Boko Haram que impera por algunas partes de Nigeria y otros
El caso es que, cuando se habla de África, y al haber mucha más escasez de fuentes de datos fiables, es mucho más fácil caer en el error o en el cliché manido de desgracias, enfermedades, hambres, repúblicas bananeras y otras tragedias. Mientras que en muchos países occidentales hay por ejemplo páginas especializadas en estadísticas, en transparencia de datos ya sea oficiales o de estudios privados, en África es mucho más difícil establecer sistemas mínimos de fiabilidad. El hecho por ejemplo de que sea mucho más difícil para un país subsahariano llevar a cabo un censo de población y que apenas haya estadísticas fiables en muchos campos es un caldo de cultivo para especulación y la generalización. Son muchas las personas que pasan por la ciudad donde vivo y me preguntan cuántos habitantes tiene... y la verdad es que no sé qué decir porque no hay nada fiable al respecto y los últimos datos oficiales tienen una antigüedad de más de 12 años.
Pues esa situación está en la raíz de la foto y la historia de los supuestos ataques de Boko Haram. Sin negar en absoluto la crítica situación de muchos cristianos tanto en Nigeria como en otras zonas del mundo donde viven una auténtica y salvaje persecución y que particularmente Boko Haram como sus primos del ISIS han llevado a cabo terribles masacres, es también de justicia reconocer que esta foto no pertenece a ataque alguno por parte de Boko Haram. Los cadáveres achicharrados de la foto son las víctimas de un terrible accidente de tráfico en la República Democrática del Congo el 3 de Julio del 2010 y que se saldó con 230 fallecidos y 190 heridos. Un camión cisterna cargado con combustible volcó al adelantar a otro vehículo, los locales quisieron aprovechar la situación y se acercaron temeriariamente al camión accidentado con botellas vacías para poder recoger algo del combustible que se derramaba de la cisterna. Cuando en algún sitio hubo una chispa o algún cigarro se tiró al suelo, el combustible explotó y en el radio de unos cientos de metros una gran bola de fuego consumió todo lo que había. Las filas de cadáveres consumidos por el fuego es impresionante y trágica en cualquier circunstancia, pero obviamente no son el resultado de una acción terrorista, aunque las cadenas que se compartan por correo electrónico y por redes sociales sigan alimentando el bulo. Nadie, o muy pocos, se preocupan de contrastar la veracidad o la exactitud de la historia en relación con la foto. El cliché del África cuna natural y paraíso atávico de las grandes tragedias hace que todos los consumidores de noticias den la historia por buena. Ya no es el legendario y vago hic sunt leones que aparecía en los mapas antiguos del continente donde no se sabía qué poner, sino el machacón hic sunt calamitates ya que casi no hay noticia buena que venga de allá.
Para contrarrestar tales situaciones de supina ignorancia y para superar los clichés que hacen que África sea un batiburrillo de datos inconexos y sin fundamento, es de agradecer que hayan surgido iniciativas como Africa Check (www.africacheck.org), un portal de internet donde se pueden cotejar datos y se pueden verificar informaciones sobre el continente, a veces de manera general, a veces por países. Es un gran aporte para la investigación que contribuye a quien quiera saber más de África pueda obtener una imagen más objetiva del continente, donde también se pueden comprobar cifras que por ejemplo utilizan los políticos en los parlamentos y en los discursos. Esta misma historia falsa de Nigeria aparece ya en sus archivos. Les invito que si tienen preguntas o están haciendo alguna investigación o pesquisa sobre África, esta página les ayudará a utilizar datos y cifras fiables, a superar los tópicos y a abordar los temas de África con un mucho mejor fundamento. Las truculentas historias de blancos que caen en las calderas del caníbal de turno con un hueso en la nariz se las dejamos mejor a los cuentacuentos de feria.