La importancia de la evaluación internacional de alumnos (PISA)

Por Rene Aga @RAVAZE
El 7 de Diciembre se publicaron los resultados de la evaluación de PISA del año 2009. El 8 de Diciembre los periódicos han publicado a su vez los resultados, cada uno enfocando el ámbito local y nacional. Dan los rankings, puntuaciones, fortalezas y debilidades, pero poco dicen sobre lo que significa esta evaluación, las conclusiones a sacar para mejorar los sistemas educativos, la educación, etc., en unos países más que en otros, porque todos tienen margen de mejora.

El Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE (PISA, por sus siglas en inglés “Programme for International Student Assessment”), tiene por objeto evaluar hasta qué punto los alumnos cercanos al final de la educación obligatoria han adquirido algunos de los conocimientos y habilidades necesarios para la participación plena en la sociedad del saber. PISA saca a relucir aquellos países que han alcanzado un buen rendimiento y, al mismo tiempo, un reparto equitativo de oportunidades de aprendizaje. (La OCDE - Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico incluye a 30 países miembros y además mantiene relaciones activas con cerca de 70 países más). PISA se concentra en los temas que los jóvenes de 15 años necesitarán en el futuro, y busca evaluar lo que pueden hacer con lo que han aprendido. También evalúa la capacidad de los jóvenes para reflexionar sobre el conocimiento y la experiencia, y, en última instancia, para aplicar dicho conocimiento y experiencia a casos del mundo real.

Las pruebas de PISA son aplicadas cada tres años. Examinan el rendimiento en áreas temáticas clave (lectura comprensiva, matemáticas y ciencias) y estudian igualmente una gama amplia de resultados educativos, entre los que se encuentran: la motivación de los alumnos por aprender, la concepción que éstos tienen sobre sí mismos y sus estrategias de aprendizaje. El Programa está llevando a cabo una segunda fase de evaluaciones, en el 2009 (lectura), ya realizada, 2012 (matemáticas) y 2015 (ciencias). Los estudiantes son seleccionados a partir de una muestra aleatoria de escuelas públicas y privadas. Son elegidos solo en función de su edad y no del grado escolar en el que se encuentran. Además de las pruebas en papel y lápiz que miden la competencia en lectura, matemáticas y ciencias, los estudiantes han llenado cuestionarios sobre ellos mismos, mientras que sus directores lo han hecho sobre sus escuelas.

En el documento “El programa PISA de la OCDE: Qué es y para qué sirve” se dice, entre otras cosas:

“Los resultados de PISA han sido inquietantes para muchos países. Algunos han celebrado y otros han lamentado esos resultados, pero pocos han permanecido indiferentes. El gran desafío está, sin duda alguna, en salir de las reacciones momentáneas y pasar a la más laboriosa pero prometedora tarea de analizar a fondo los resultados de las evaluaciones, y empezar a diseñar y poner en práctica políticas públicas adecuadas a la atención de los problemas descubiertos. Varios de esos problemas tienen que ver, seguramente, con las escuelas, pero muchos otros se relacionan también con las condiciones de vida de las familias, el acceso a medios de comunicación de calidad, el adecuado funcionamiento y la difusión de las bibliotecas públicas, y otras muchas cosas.

En particular, ha sido dramático descubrir que segmentos importantes de la población estudiantil de algunos países europeos se encontraban en el nivel más bajo de evaluación de PISA, y que este fenómeno está estrechamente ligado con la migración. Los hijos de inmigrantes, en Alemania y otros países, muestran resultados muy inferiores al resto de la población.

La realización de PISA y su distribución entre los miembros de la OCDE y algunos países adherentes a la iniciativa ya ha tenido resultados importantes: los gobiernos y la opinión pública han volcado su atención en el tema de la educación y nadie soslaya su prioridad; se reconoce claramente el vínculo entre la calidad de la educación y el progreso de los países, y se ha visto, objetivamente, la grave desigualdad en opciones de educación en la comunidad internacional y dentro de cada país.”

Algunos resultados relevantes de la evaluación de 2009. Pueden ser un aviso para el mundo occidental:

Corea y Finlandia son los países de la OCDE con mejor rendimiento escolar (Lectura comprensiva, matemáticas y ciencias). Sin embargo, China (Shanghái) va muy por delante de los anteriores. También están arriba en las diversas clasificaciones Hong-Kong Singapur y Canadá. Después de Finlandia, los países europeos con mejores resultados medios son Países Bajos, Bélgica, Noruega, Estonia, Suiza, Polonia, Suecia y Alemania (que figuran entre los 20 primeros). España no ha sacado resultados brillantes y no entra en los treinta primeros. Le preceden la mayoría de los países europeos, incluso Portugal. Hay que preguntarse por qué un pequeño país como Finlandia consigue estar muy por encima de países grandes desarrollados…

Los autores del Informe sacan ellos mismos algunas conclusiones interesantes:

Los sistemas de educación de mejor rendimiento dispensan una enseñanza de calidad a todos los alumnos sin distinción, independientemente de su condición socioeconómica. Los mejores sistemas de educación son los que conceden una mayor autonomía individual a los establecimientos en la elaboración de los programas y políticas de evaluación. En los países de la OCDE, en general los establecimientos privados obtienen resultados análogos a los alumnos de establecimientos públicos. Los sistemas de educación con mejores resultados tienden a dar más importancia al salario de los enseñantes y no a la reducción del tamaño de las clases. Los alumnos desfavorecidos tienen a veces más profesores a su disposición pero estos no son necesariamente de la mejor calidad.

El ambiente familiar influye sobre el éxito escolar, y la escuela parece en muchas ocasiones reforzar este impacto. Vivir en un entorno socioeconómico desfavorecido no lleva necesariamente consigo malos resultados escolares, pero el perfil socioeconómico de los alumnos y de los establecimientos de enseñanza tiene con toda evidencia un impacto importante en el rendimiento. Los alumnos que, independientemente de su entorno socioeconómico, frecuentan un establecimiento en los cuales el grueso de los alumnos es más favorecido, tienen tendencia a obtener resultados más altos que alumnos inscritos en un establecimiento donde el grueso es más desfavorecido. En los países de la OCDE, los alumnos que proceden de la inmigración llamada de primera generación, o los que han nacido en el extranjero de padres nacidos en el extranjero, tienen unos resultados medios más bajos que los autóctonos. Los alumnos que frecuenten un establecimiento urbano tienen mejores resultados que los otros. Los alumnos que viven en una familia monoparental tienen resultados algo peores que los que viven en otra estructura familiar.

En la OCDE, la proporción de los alumnos que leen diariamente por placer ha disminuido en los últimos años. En todos los países, los alumnos que más gusto cogen a la lectura sobrepasan con mucho en lectura comprensiva a los alumnos a los que les gusta menos. Y las chicas ganan en esto a los chicos en todos los países participantes, porque en general a los chicos les gusta menos leer. Factores como la predisposición, el temperamento, la presión de los demás y la socialización contribuyen aparentemente a explicar porqué los chicos se interesan menos a la lectura, pero es posible animar a los chicos a leer con más gusto. Los últimos años esta diferencia entre las chicas y las chicas ha aumentado.

(En este último punto conviene remarcar que antes de saber escribir bien hay que saber leer bien. Es fundamental, porque por mucho que uno sabe y buenas notas saca en matemáticas y ciencias, si no sabe comunicar sus conocimientos por escrito, de poco le sirven. Y a los chicos: ¡Leer más y menos play station! Mi nieta está leyendo ahora los libros que a su madre y a sus tías les gustaban tanto cuando tenían su edad. Para conservar estos tesoros sirve el camarote…)