Todos sabemos que la hidratación durante el embarazo y la lactancia es muy importante. Sin embargo, nos surge la duda de cuánto es la cantidad adecuada de agua a ingerir y cuál es el tipo de agua recomendada.
En España se comercializan más de 100 aguas envasadas y cada una de ellas tiene una composición única que viene determinada por su origen y la cantidad de minerales.
En su libro “Más claro que el agua” la Doctora Magda Carlas, licenciada en medicina y cirugía, y master en ciencias de la alimentación, hace hincapié en la importante de conocer los aportes en nutrientes esenciales que tiene cada agua mineral natural y poder así elegir la más adecuada en cada momento.
El agua mineral natural es mucho más que un simple elemento hidratante, es fuente de minerales, esenciales para nuestros cuerpos y no los fabricamos, pero los gastamos día a día. Los minerales son imprescindibles para nuestra salud y un aporte adecuado de minerales es siempre necesario, muy especialmente en el embarazo y la lactancia.
La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria recomienda una ingesta total de agua de 1,6 litros diarios para mujeres adultas. Además establece varias etapas de la vida en las que se requiere una ingesta mayor de agua y con un aporte mineral importante. Entre las que están el embarazo y la lactancia, debido a que los requerimientos fisiológicos en agua y de ciertos minerales, como el calcio y el magnesio, aumentan. Por lo tanto, un agua mineral que asegure un adecuado aporte de minerales, como las de mineralización débil, es la más recomendada en estas etapas.
Es importante leer la etiqueta para conocer el aporte de minerales de las aguas embotelladas, que se expresa en forma de residuo seco. A mayor residuo seco mayor aporte de minerales. Más de un 80% son agua mineral natural de mineralización débil, es decir, que tienen una cantidad en minerales de entre un 50 y un 500 mg/l. La Dra. Magda Carlas, recomiendan fijarse en la etiqueta para conocer la cantidad de residuo seco que contiene un agua mineral natural y elegir la más adecuada en cada situación. En este sentido, junto a una dieta equilibrada, y en personas sanas, el agua mineral natural de mineralización débil es apta para toda la familia.
Según datos científicos estudiados por la Organización Mundial de la Salud, se establece uno aporte de minerales mínimos de 20 mg/l de calcio y 10 mg/l de magnesio para las aguas minerales naturales.
Otra recomendación importante es no esperar a tener sed para beber. Cuándo tenemos sed, ya se ha perdido aproximadamente un 1% del agua corporal y a este nivel de deshidratación ya se pueden notar algunos efectos como un menor rendimiento físico o cognitivo, que se refleja en forma de falta de concentración, cansancio, estado de ánimo, etc…
Ventajas del agua mineral natural durante el embarazo y maternidad:
Es recomendable para mujeres embarazadas y lactantes porque además de hidratar contribuye al aporte de minerales necesarios en esa etapa vital.
Es apta para biberones y papillas de los bebés y no necesita hervirse.
Es la bebida embotellada más saludable, recomendable para niños y adolescentes porque no aporta calorías y tiene buen sabor.
En una entrevista concedida a Europa Press, la Doctora Magda Carlas autora del libro ‘Más claro que el agua. Todo lo que deberías saber del agua mineral natural y nunca te han contado’ de la editorial Amat, afirma que no hay aguas buenas o malas, sólo hay aguas “más o menos adecuadas” en función de la edad, la actividad y las necesidades del organismo.
La nutricionista nos ofrece consejos prácticos para asegurar “un consumo de agua más inteligente”. A lo largo de 5 capítulos en los que nos presenta: el papel del agua en el organismo; el agua mineral natural y la importancia de la hidratación en las distintas etapas de la vida (embarazo, lactancia, bebés, adolescentes, adultos y personas mayores); el papel del agua en las dietas de adelgazamiento; la etiqueta y la composición mineral del agua; y la importancia del agua en la cocina.
¿Qué otros consejos puedes aportar sobre la importancia de la hidratación durante el embarazo y la lactancia?
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