La Inteligencia Emocional, parece que está de moda, muchos hablan de ella, empieza a ser propuesta en colegios y familias… equilibrio en las propias emociones es parte de su lema. Por lo que decidí profundizar un poco más y preguntar a una experta: Miriam Escacena profe de nuestro Curso Online Educando desde la Inteligencia Emocional y esto es lo que me respondió…
La importancia de la Inteligencia Emocional por Miriam Escacena (www.comunicacionconbebes.com)
¿Alguna vez te has preguntado por qué a algunas personas les va mejor en la vida que a otras?
Parece que siempre tienen éxito en aquello que comienzan, quizá en los estudios, o en su desarrollo profesional o incluso son capaces de sacar adelante negocios… Eligen bien a sus parejas y amigos y se parecen llevarse bien por todo el mundo, ¿han nacido afortunados?
La respuesta a estas cuestiones se encuentra en las competencias emocionales que es capaz de desarrollar cada persona.
Puede que cualquiera de nosotros entremos a trabajar en una empresa por nuestros conocimientos reflejamos en nuestro currículo, pero si alguna día llega el día en que somos despedidos lo más probable es que sea debido a nuestros comportamientos o nuestra actitud, ¿lo habías pensado alguna vez? Y hablando de todo esto.. ¿qué te gustaría enseñarles a tus hijos? Para los niños los padres somos sus ejemplos más importantes, ¡no lo olvidemos!
La Inteligencia Emocional engloba las cualidades más importantes para tener éxito en la vida: la empatía, la expresión y la comprensión de los sentimientos, el control de nuestro genio, la independencia, la capacidad de adaptación, la simpatía, la capacidad de resolver problemas de forma interpersonal, la persistencia, la cordialidad, la amabilidad y el respeto.
Gracias al trabajo de Daniel Goleman y sus exitosos libros, poco a poco se va reconociendo la Inteligencia Emocional como una parte de nuestra inteligencia global, pero a menudo queda eclipsada por el brillo de la razón y la importancia que le damos al Coeficiente Intelectual, que por otro lado es mucho más sencillo de medir.
Queramos o no, las emociones están presentes en nuestra vida. En realidad, todas las decisiones que tomamos, incluidas las que parecen más racionales, están influidas por nuestros sentimientos. Los avances en neurociencia nos demuestras que emoción y razón no son compartimentos estancos. Se encuentran localizadas en el mismo sitio: nuestro maravilloso cerebro, y además mucho más fusionadas de lo que parece.
El ritmo de vida que llevamos en la sociedad actual nos hace estar continuamente estresados, a veces nos sentimos desbordados y no somos capaces de controlar nuestras emociones. Quizá insultamos mientras vamos al volante, discutimos con un vecino al llegar a nuestra casa, o lo que es mucho peor, se nos escapa algún grito delante de nuestros hijos, que son lo que más queremos en este mundo.
Debemos ser muy conscientes de nuestros actos, ya que los niños aprenden de nosotros, y por mucho que digamos que “no se pega” o “no se grita ni se insulta”, somos sus modelos, y si nosotros lo hacemos en casa ellos terminarán actuando de la misma manera.
Además de nuestros propios problemas, los padres estamos muy presionados por el ambiente que nos rodea. Todo el mundo opina sobre algo que es realmente íntimo y no se debería criticar tan a la ligera: la forma en que decidimos criar a nuestros hijos. Que si no hay que malcriar a los niños, que siempre tratan de manipular a los adultos, que si no te haces con ellos de bebés será imposible tratarles cuando sean adolescentes.. Etc etc. También arrastramos nuestros propias “mochilas” llenas de cargas emocionales de nuestra propia infancia, (quizá emociones que fueron reprimidas o creencias que hoy en día no funcionan, pero que venían de nuestros propios padres).
Realmente es posible tener una vida armoniosa en familia, basándonos en una comunicación respetuosa con nuestros hijos, explicándoles que todo tiene un porqué, (dejando atrás lo de “esto es así porque lo digo yo y punto”). Es posible explicarles que los límites son necesarios y que les proporcionan la seguridad suficiente para crecer como adultos sanos, sin necesidad de amenazar con castigos o recurrir a chantajes o premios, realmente existen muchas más herramientas y nosotros como adultos podemos emplear muchos recursos. Acompañar a nuestros hijos en su propio proceso de autoconocimiento y de forma simultánea fomentar cada día su autoestima puede ser un camino maravilloso lleno de paz y alegría que nos haga crecer como familia.
Entender todos estos conceptos e integrarlos en tu vida diaria puede trasformar tu vida y la de tus hijos, ¿te animas a probar?
No tienes nada que perder y sin embargo todo un recorrido por ganar.. Me despido con esta cita que a mí me hizo cambiar el chip, espero que te haya gustado el artículo.
“La Inteligencia Emocional es útil en tiempos de bonanza, e imprescindible en tiempos difíciles”
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Imagen de portada:
http://www.balancedlearners.com/emotional-intelligence.html
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