La música es una herramienta de estimulación que durante la primera infancia favorece áreas del desarrollo y del aprendizaje.
Es ideal propiciar desde muy pequeños, ya sea en casa o el jardín de infancia, el contacto con los instrumentos y a modo de juego, con instrumentos sencillos como los de (tambores, panderetas, xilófonos, maracas, etc.)
Casi todos lo niños aman la música desde etapas muy tempranas, pues les ayuda a relajarse, a comunicarse y a interrelacionarse con pares y adultos.
Los niños que toman alguna clase de música desarrollan sentido del ritmo y de coordinación desarrollando así un alto nivel de concentración. Esto, gracias a que deben trabajar el cerebro y las manos al mismo tiempo para no perder los acordes.
Se han realizado numerosas investigaciones sobre la relación entre la educación musical y el desarrollo del cerebro.
Los estudios demuestran que aquellos niños/as que participan activamente en actividades relacionadas con la música son aquellos que hacen las mayores conexiones, porque la música en los niños/as tiene inmensos beneficios:
- Aumento en la capacidad de memoria, atención y concentración de los niños.
- Mejora la habilidad para la resolución de problemas matemáticos y de razonamiento complejo.
- Hace que los niños puedan expresarse más facilmente.
- Al combinarse con el baile, estimula los sentidos, el equilibrio y el desarrollo muscular.
- Estimula la creatividad y la imaginación infantil.
- Enriquece el intelecto.
- Hace que los niños puedan interactuar entre sí.
- Aumenta su autoestima.
El impacto de la música lo vemos todos los días sobre nuestro estado de ánimo, enriquece nuestras vidas, y envuelve nuestras mentes.
La música tiene un efecto profundo en el estado de ánimo, la inteligencia, la memoria y el lenguaje; como también en la salud y en sistema inmunológico:
- Inteligencia: El escuchar música durante la infancia contribuye a la creación de ciertos patrones en el cerebro. Nuestros niños nacen con billones de neuronas, pero si no son utilizadas se pierden con el tiempo. Cuando los niños reciben estímulo a través de la música sus neuronas funcionan en el cerebro y mientras más neuronas se desarrollen, más fácil se les hará aprender nuevas cosas y desarrollar nuevos talentos.
- Memoria: Los niños pueden acordarse de música que han escuchado desde muy pequeños. Además, el escuchar música también ayuda a los niños a acordarse de cómo hacer ciertas cosas, es decir, que si nuestros niños aprenden a realizar cualquier tipo de tarea mientras escuchan música, será más facil que la siguiente vez que vuelvan a oír dicha melodía, recuerden la tarea realizada y por tanto puedan reproducirla.
- Entendimiento: El entendimiento y el lenguaje son ayudados por la habilidad de procesar información más rápidamente. Aquellos niños que escuchan música de manera regular tienen un mayor CI (Cociente Intelectual). La habilidad de entender y procesar el lenguaje se consigue al entender los varios sonidos que crea el lenguaje hablado. Los niños que suelen estar expuestos a la música se acostumbran a escuchar diferentes sonidos complejos, los cuales les ayudaran a discernir el lenguaje.
- Emociones: Las emociones y los estados de ánimo están directamente vinculados a la música. La música suave los ayuda a calmarlos, mientras que la música creativa los ayuda a estimularlos/activarlos.
- Salud: La música puede tener un impacto poderoso en la salud. Ayuda a restaurar las respiraciones, las cuales nos calman físicamente y nos ayuda con la presión arterial y los latidos cardíacos. La música también tiene el efecto de aliviar el dolor y la mejora física.
Música durante la gestación
Desde las primeras semanas de gestación, un bebé es capaz de percibir las vibraciones sonoras. A partir del quinto mes de embarazo, ya puede escuchar los sonidos que provienen del cuerpo de la madre, así como su voz y las voces de los que se encuentran cerca, y también los sonidos del ambiente. La música rítmica lo calma y la estridente, lo excita; siente, escucha y aprende. Y en el último trimestre, es capaz de recordar sonidos y de reaccionar ante estímulo. Por ello, la estimulación prenatal es fundamental para su progresivo desarrollo.
La voz de la madre y la música que a ella le agrada le estimulan y le transmiten bienestar. Compartir la música favorece una relación íntima, que fortalece los lazos afectivos entre madre e hijo, potencia la sensibilidad del niño y desarrolla su sistema nervioso, favoreciendo su desarrollo afectivo, cognitivo, sensorial, motor y social.
A los 3 meses ya un bebé puede reconocer y recordar una música. Con 2 años, el niño ya improvisa canciones repetitivas. A los 3 desarrolla una capacidad creativa, inventa canciones, danzas. Con 4 aumenta su capacidad de entonación. A los 5 , además de seguir la pulsación, puede seguir el ritmo de la música con las extremidades superiores. Con 6, desarrolla la capacidad para inventar ritmos y música... la música favorece la creatividad en el niño y es parte de nuestro trabajo reforzar.
Según nuevos aportes de neurociencia los violines y guitarras potencian lo cognitivo, la percusión (tambores y bombos) hace lo suyo con los aprendizajes motores, mientras que los instrumentos de viento se vinculan con los aprendizajes afectivos.