La importancia de llamarse Ernesto, y no Hernesto, para el SEO

Publicado el 14 noviembre 2011 por Inmaflor

La credibilidad, queridos amigos, puntúa. Nuestro posicionamiento SEO no se debe sólo a “complicadas” normas a seguir que sólo los cerebros más familiarizados con el HTML pueden llegar a controlar. El uso correcto de negritas, links, anchor texts, url’s, etc., son también parte del juego y esas sí son variables accesibles para todos nosotros, comunes mortales.

Pero no estoy aquí para hablar de ello, sino de algo más “frugal”, menos “complicado”, el uso correcto de nuestro lenguaje. Algo que me parece de lo más relevante. Lo bueno, es que no sólo me lo parece a mí, también los lectores lo valoran y otorgan peso y valor a nuestras elucubraciones en función de lo bien o mal escritas que están. Y eso es algo que no muchos responsables y/o editores de medios online tienen en cuenta.

Parece que todo vale, que nada importa a la hora de plasmar negro sobre blanco (textos mal escritos o descuidados están a la orden del día), mientras sean más o menos legilbles. Sin embargo, no es así. Los usuarios de Internet tampoco menosprecian estos “descuidos” y, créanme, cuentan a la hora de darle credibilidad a una fuente informativa (que se lo digan a Wikipedia) y, por defecto, a lograr que sea más visitada y se posicione mejor en el buscador.

Una infografía desarrollada por Marketing Zeus nos ofrece 13 recomendaciones a seguir para mejorar el posicionamiento de nuestros sitios en los buscadores. El “Quality Control” que engloba la recomendación número 13 de esta infografía es, en este sentido, el gran indicador, perdón, recomendación. Visto en Geeks Room.

Y no, no vale con pasar el corrector ortográfico, como todos sabemos no es fiable al 100%. Si necesitamos ayuda o asesoramiento en nuestra actividad diaria con los textos, podemos acudir a la RAE, incluso a la Fundéu (Fundación patrocinada por la Agencia Efe y el BBVA, y asesorada por la RAE, cuyo objetivo es el buen uso del español en los medios de comunicación) o, en casos extremos de necesidad, podemos apuntarnos a algún curso específico redacción y/o edición (ofertas hay muchas y muy variadas).