Cada vez son más las empresas que precisan solicitar avales para el sector construcción para: licitaciones nacionales e internacionales, aportar garantías de pago a sus proveedores, suministrar materiales, prorrogar deudas con la Agencia Tributaria o la Seguridad Social, etc.
Por ello, es de muy importante conocer qué es y cómo funciona un aval o seguro de caución. Es una garantía con la que la compañía aseguradora se obliga a indemnizar al asegurado por los perjuicios que sufra en caso de que el tomador del seguro incumpla las obligaciones, legales o contractuales, que mantenga con éste.
Los avales más comunes son los técnicos, pudiéndose pactar por un plazo determinado o indeterminado. Si no hay fecha de termino y el avalado quiere cancelar la garantía, la compañía le exigirá la devolución del documento original o la anulación del mismo. A la hora de rescatar una de estas garantías, habrá que tener en cuenta el tipo de aval, su duración, el importe máximo a pagar, si existen requerimientos del pago, las obligaciones del objeto del aval y los datos del ordenante.
Nos encontramos con la problemática de que las empresas del sector construcción no cuentan con procedimientos preestablecidos, ni herramientas de IT apropiadas, ni personal dedicado a rescatar los avales, ni tampoco a hacer el seguimiento desde la solicitud hasta la cancelación. La comunicación interdepartamental no suele ser fluida y a menudo los avales solicitados se quedan sin recuperar.
Todas estas circunstancias ocurren, por ello es recomendable seguir unas normas para reducir en nº de incidencias y detectarlas cuanto antes:
* Guardar y controlar toda documentación que da origen a la solicitud del aval.
* Informarse del tipo de aval del que se trata.
* Revisar el condicionado.
* Contar con una herramienta informática para el seguimiento y cancelación.
* Delimitar quién es el responsable de solicitar el aval, de su seguimiento, cancelación, etc.