La importancia de no interrumpir – The importance of not interrupting

Por Montessoriencasa @CristinaTebar80

(scroll down for English)

Una de las normas a seguir en un aula Montessori es “Nunca se debe interrumpir el trabajo de un compañero”. Cuando interrumpimos el trabajo de un niño o de un adulto, estamos enviándole el mensaje de que lo que está haciendo no es valioso, o al menos no tan valioso como el motivo que nos lleva a interrumpirle.

A veces me sorprendo a mí misma interrumpiendo la concentración de Alejandro porque quiero decirle algo o porque quiero hacerle una sugerencia sobre lo que está haciendo. Por suerte esto me ocurre cada vez con menor frecuencia, y es  que algo que todos nos deberíamos plantear antes de interrumpir a un niño es “Realmente necesito interrumpirle?”, y si la respuesta es no, lo mejor es dejar que el niño aproveche y refuerce su capacidad de concentración.

Es bastante común, sobre todo en el caso de los bebés, dar por hecho que cualquier cosa que estén haciendo no es suficientemente importante como para no ser interrumpida.

Un ejemplo que todos hemos vivido: Un bebé está tumbado observando un móvil, o sus manos, o el reflejo de la luz en la pared, o cualquier cosa que en ese momento esté atrayendo su atención, y es interrumpido por un adulto que (con la mejor intención del mundo) empieza a mover un sonajero o a llamarle por su nombre para atraer su atención. Esta interrupción está impidiendo que el bebé desarrolle su capacidad de atención, y le ha distraido de algo que tenía una importancia mucho mayor de lo que mucha gente imagina, algo en lo que estaba “trabajando”. Sí, aunque pueda sonar raro, los bebés y los niños trabajan constantemente, y por eso María Montessori era partidaria de llamar “trabajo” y no “juego” a lo que hacen los bebés y los niños, para darle la importancia que se merece.

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One of the rules to be followed in a Montessori classroom is “Never interrupt the work of a fellow“. When we interrupt the work of a child or an adult, we are sending the message that what they are doing is not valuable, or at least not as valuable as the reason that leads us to interrupt.

Sometimes I find myself  interrupting Alejandro because I want to tell him something or because I want to make a suggestion about whatever he is doing. Fortunately this happens less and less frequently, and is that something we should all ask before interrupt a child is “Do I really need to interrupt?” And if the answer is no, it is best to let the child take and strengthen his ability to concentrate.

It is quite common, especially with babies, to assume that whatever they are doing is not important enough to not be interrupted.

An example we’ve all experienced: A baby is lying watching a mobile, or her hands, or the reflection of light on the wall, or anything that is currently attracting her attention, and is interrupted by an adult (with the best will in the world) who starts to move a rattle or call her by her name to get her attention. This disruption is preventing the baby from developing their attention span, and has distracted her from something that was much more important than many people imagine, something that she was “working” on. Yes, it may sound weird, but babies and children work constantly, and therefore Maria Montessori preferred to call it “work” instead of “play” what babies and children do, to give it the importance it deserves.