Si le acostumbras a un cepillado desde muy pequeño, no pondrá pegas en que le pases el cepillo por todo el cuerpo. Es más, la mayoría de los felinos en cuanto te ven con el cepillo se ponen a hacer arrumacos para que le cepilles. Aprovecha la ocasión que te brinda y cepíllale con suavidad.
Los beneficios de este simple ejercicio son muchos:
- Evitarás nudos en el pelaje.
- Minimizarás las bolas de pelo que se le forman en el estómago.
- Podrás inspeccionarle por si tuviera algún parásito: pulgas, garrapatas,…
- Puedes usarlo como un premio por su comportamiento.
- Evitarás la mayoría de los pelos en casa.
- Su pelo se verá brillante y bonito.
No lo dudes, cepilla a tu gato una vez al día y crea una rutina para este sencillo ejercicio de higiene. A tu gato le encantará y te lo agradecerá. Si, además, les das malta o aceite de parafina para evitar las bolas de pelo, mucho mejor.