El Sombrero tiene una finalidad principal que nadie puede discutir, proteger nuestras cabezas de las inclemencias del tiempo. La lluvia, el frío, el sol y el calor serán mucho más soportables si nos cubrimos con él. Muchas personas están descubriendo lo práctico y cómodo que puede resultar usar un buen Sombrero y quizá en unos años regrese como complemento imprescindible.
Pero no solo la parte práctica nos puede animar a usarlo, la estética y la moda también apuntan hacia esa dirección, sobre todo si hablamos de los modelos para el verano. ¿Cuántos sombreros de Panamá ha visto esta año en la playa? yo diría que bastantes.
El sombrero es sin duda un complemento muy especial que remarca nuestra personalidad y que genera grandes aficiones y también rechazo, porqué no decirlo. Aunque por suerte, cada vez hay menos partidarios del “sin sombrerismo”.
La importancia del Sombrero como complemento se puede apreciar en diferentes entornos, por ejemplo en el cine. ¿Se imaginan ustedes a John Wayne sin su sombrero Stetson?, o ¿a Stan Laurel y Oliver Hardy sin su sombrero Bombín? Modelo que por cierto acompañó también a lo largo de su vida artística a Charles Chaplin.
El bombín tiene su origen en Inglaterra y una historia bastante curiosa. Este sombrero, como casi todos los modelos nace por una necesidad, la de proteger la cabeza de los guardabosques y fue encargado por Willian Coke al legendario sombrerero londinense Lock´s.
Se trataba de desarrollar un tipo de sombrero duro y con poca ala, que se ajustase bien en la cabeza y que a su vez protegiese de impactos contra las ramas. Un modelo que posteriormente llegó a los Estados Unidos y triunfó entre los empleados de ferrocarriles por tratarse de un modelo que no se escapaba fácilmente de la cabeza con el viento.
El bombín sigue estando de plena actualidad y en las sombrererías siempre se encuentra entre nuestros preferidos, por su peculiaridad e historia. No es nada difícil verlo en las pasarelas de moda en la temporada de invierno o encontrarlo en la cabeza de famosos artistas.
Está claro ya bien sea por comodidad, a simplemente por rematar su estética personal, no debe olvidarse nunca de un buen Sombrero.
Visto en: Biblioteca Pública de Nueva York